07.05.2013 Views

RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio

RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio

RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

entrada estaba bastante <strong>de</strong>spejada <strong>de</strong> portadores <strong>de</strong>l virus, ya que no parecían<br />

enten<strong>de</strong>r el concepto <strong>de</strong> <strong>los</strong> pomos <strong>de</strong> las puertas... pero había otras amenazas<br />

aparte <strong>de</strong> <strong>los</strong> infectados. Sólo Dios sabía lo que <strong>los</strong> <strong>de</strong> Umbrella eran capaces <strong>de</strong><br />

enviar para efectuar una «limpieza»... o lo que habría salido <strong>de</strong> <strong>los</strong> laboratorios<br />

cuando se produjo el escape. Menos temibles pero igualmente molestos eran <strong>los</strong><br />

policías que todavía estaban vivos y buscaban a alguien a quien salvar. Había<br />

oído disparos aislados, unos más cercanos, otros más lejanos, aproximadamente<br />

cada hora <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que había llegado al lugar. Estaba claro que había unas cuantas<br />

personas que no estaban infectadas en el interior <strong>de</strong>l enorme y antiguo edificio.<br />

Sin embargo, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> tener que intentar convencer a un aterrorizado machote<br />

con una pistola <strong>de</strong> que ella estaba realmente viva, que no era uno <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />

<strong>muertos</strong> vivientes y <strong>de</strong> que, a<strong>de</strong>más, no quería que la escoltase y la protegiese<br />

casi hacía atractivo el encuentro con <strong>los</strong> zombis.<br />

Ada caminó sobre la punta <strong>de</strong> sus pies para evitar hacer ruido, atravesó la<br />

puerta que se encontraba en un extremo <strong>de</strong> la extensa sala y luego se apoyó<br />

sobre ella. Aunque todavía no había explorado el sótano y existían unos cuantos<br />

infectados en <strong>los</strong> <strong>de</strong>spachos <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>de</strong>tectives, todas las puertas <strong>de</strong> la sala<br />

estaban cerradas. Si alguien o algo intentaba atacarla, podría verlo llegar y salir<br />

a tiempo <strong>de</strong>l lugar.<br />

¡Ah, la emocionante vida <strong>de</strong>l agente libre! ¡Viaja por el mundo! ¡Gana dinero<br />

robando objetos importantes! ¡Enfréntate a <strong>los</strong> <strong>muertos</strong> vivientes cuando no te has<br />

duchado o has comido en condiciones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace tres días! ¡Impresiona a tus amigos!<br />

Se recordó que <strong>de</strong>bía insistir en el tema <strong>de</strong> la bonificación. Cuando había<br />

llegado a Raccoon City hacía menos <strong>de</strong> una semana, ella creía estar preparada:<br />

había estudiado todos <strong>los</strong> mapas, memorizado <strong>los</strong> informes y preparado su<br />

tapa<strong>de</strong>ra: una joven que estaba buscando a su novio, un científico <strong>de</strong> Umbrella.<br />

Esa parte era casi verdad. De hecho, había sido su breve relación sentimental<br />

con John Howe diez meses antes la que le había proporcionado el trabajo. <strong>La</strong><br />

verdad es que más bien se había tratado <strong>de</strong> un revolcón <strong>de</strong> una noche, y uno no<br />

<strong>de</strong>masiado bueno, pero John se había creído que era otra cosa, y su relación con<br />

Umbrella, aunque era probablemente lo que lo había matado, se había<br />

convertido en un golpe <strong>de</strong> suerte para ella.<br />

Así pues, había estado preparada, pero a las veinticuatro horas <strong>de</strong> alojarse<br />

en el hotel más agradable <strong>de</strong> Raccoon City, su suerte había cambiado: había<br />

oído <strong>los</strong> primeros gritos en el exterior mientras comía en el restaurante casi<br />

vacío <strong>de</strong>l hotel Arklay Inn. Los primeros, pero en absoluto <strong>los</strong> últimos.<br />

En cierto modo, aquel <strong>de</strong>sastre era una ventaja para ella.<br />

No habían quedado guardias para proteger el exterior <strong>de</strong> <strong>los</strong> laboratorios,<br />

ni había tenido que efectuar incontables y sigi<strong>los</strong>os recorridos <strong>de</strong> prueba. El<br />

tiempo que había pasado estudiando la situación y el virus-T la había<br />

tranquilizado en el sentido <strong>de</strong> que su período <strong>de</strong> vida en el aire era bastante<br />

limitado y <strong>de</strong> que se disipaba con rapi<strong>de</strong>z en el aire, su principal medio <strong>de</strong><br />

transporte. El único modo <strong>de</strong> contagiarse en aquel momento era entrar en<br />

contacto con alguien infectado, así que no había ningún problema, y en cuanto<br />

ella y otro par <strong>de</strong> <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> personas habían logrado llegar a la comisaría <strong>de</strong><br />

policía, había visto que Bertolucci estaba entre <strong>los</strong> supervivientes. Incluso con el

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!