RE La ciudad de los muertos - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
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Capítulo 31<br />
Se había equivocado <strong>de</strong> camino. Los diferentes giros y esquinas <strong>de</strong>l pasillo<br />
frío y vacío por el que había pasado lo habían llevado hasta una estancia <strong>de</strong><br />
almacenamiento... un callejón sin salida.<br />
«Quedan tres minutos para la <strong>de</strong>tonación.» León se giró para regresar por<br />
el mismo camino por el que había llegado hasta aquel almacén, y se obligó a sí<br />
mismo a correr trastabillando con lo que sintió que eran <strong>los</strong> últimos restos <strong>de</strong><br />
sus fuerzas. Estaba <strong>de</strong>masiado cansado para sentirse <strong>de</strong>silusionado, para<br />
sentirse preocupado por la posible cercanía <strong>de</strong> su muerte, para <strong>de</strong>sear que todo<br />
hubiera salido <strong>de</strong> otro modo. Seguir en movimiento consumía todas las<br />
energías que le quedaban.<br />
Lo lograría o no lo lograría. En cualquiera <strong>de</strong> <strong>los</strong> dos casos, no creía que se<br />
tratase <strong>de</strong> una sorpresa.<br />
Claire se golpeó contra el suelo al pie <strong>de</strong> las escaleras, pero se puso <strong>de</strong> pie<br />
enseguida, aunque la sangre le bajaba corriendo por su pierna como un tibio<br />
latido <strong>de</strong> dolor punzante. Se alejó tambaleándose, sin ningún hueso roto..., pero<br />
sabía que su pierna <strong>de</strong>sgarrada sólo sería el principio <strong>de</strong> lo que el monstruo le<br />
haría, un preludio <strong>de</strong>l auténtico dolor que se avecinaba.<br />
El Señor X seguía inclinado sobre la barandilla <strong>de</strong> las escaleras, pero se<br />
puso en pie mientras ella se alejaba trastabillando con la espalda vuelta hacia la<br />
puerta rota <strong>de</strong>l andén. El monstruo giró su inmenso cuerpo en dirección a ella.<br />
Un extraño líquido oscuro y espeso salía <strong>de</strong> la abierta negrura <strong>de</strong> su cuenca <strong>de</strong><br />
ojo vacía. Sin embargo, ella estaba segura <strong>de</strong> que tendría otros sentidos que<br />
compensarían la pérdida <strong>de</strong>l ojo. <strong>La</strong> compensarían, le harían tomar la dirección<br />
a<strong>de</strong>cuada, empezaría a correr <strong>de</strong> nuevo hacia ella... y la mataría como la<br />
máquina implacable que en realidad era. Claire no podría hacer nada para<br />
impedirlo.<br />
Al menos, moriré en la exp<strong>los</strong>ión...<br />
Tropezó con una <strong>de</strong> las rejas metálicas <strong>de</strong> la puerta y a duras penas logró<br />
no caerse. <strong>La</strong> sangre salpicó el suelo cuando dio otro paso tambaleante.<br />
Por favor, que sea rápido...<br />
—¡Toma! ¡Utiliza esto!<br />
Claire se giró, vio que el Señor X se estaba poniendo en posición para<br />
lanzarse en otro <strong>de</strong> sus letales ataques... y también vio una silueta que estaba en<br />
lo alto, en la pasarela que cruzaba las vías justo por encima <strong>de</strong>l tren. Eran la voz<br />
y la silueta <strong>de</strong> una mujer. <strong>La</strong> figura envuelta en sombras le tiró alguna cosa...<br />
¿Quién?<br />
El objeto repiqueteó al caer en el suelo y se <strong>de</strong>slizó hasta <strong>de</strong>tenerse entre<br />
ella y el Señor X. Era <strong>de</strong> metal, <strong>de</strong> un metal plateado... Claire lo había visto<br />
antes, en las películas: era una ametralladora... y corrió hacia ella. Una nueva