10.05.2013 Views

TIEMPO DE FIESTA - Junta de Castilla y León

TIEMPO DE FIESTA - Junta de Castilla y León

TIEMPO DE FIESTA - Junta de Castilla y León

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

y con consentimiento <strong>de</strong>l Concejo, carne <strong>de</strong> puerco, <strong>de</strong> macho cabrío, <strong>de</strong> carnero y<br />

<strong>de</strong> vaca, y darán un convite al Concejo con fiestas <strong>de</strong> máscaras”, don<strong>de</strong> se interpreta<br />

la palabra “zaharrón”, por “máscara”.<br />

Hasta aquí, los zaharrones profesionales, que cobraban por ello, pero también los<br />

había que se disfrazaban por diversión, como se <strong>de</strong>duce <strong>de</strong> la doble acepción <strong>de</strong>l término<br />

“zangarrón” que da el P. Andrés Merino en su Escuela paleográfica …, <strong>de</strong> 1780:<br />

“Zaharrones, disfrazados por diversión, y los que andan cantando y tocando por las<br />

calles”.<br />

Caro Baroja no ve coinci<strong>de</strong>ntes las funciones <strong>de</strong> los zaharrones medievales con las<br />

<strong>de</strong> las mascaradas actuales, que, a<strong>de</strong>más, ya habían sido con<strong>de</strong>nadas mucho tiempo<br />

antes por disfrazarse <strong>de</strong> esa forma. Por ello, concluye que nuestros Zangarrones son<br />

muy anteriores a los juglares medievales (1984, 253-254 y 2006, 254-255), primero<br />

por su forma <strong>de</strong> actuar -y aquí cita las <strong>de</strong>scripciones que hizo el P. Morán <strong>de</strong> las<br />

mascaradas leonesas-; segundo porque se realizan sólo en <strong>de</strong>terminadas festivida<strong>de</strong>s,<br />

mientras los juglares interpretaban siempre y por dinero; por último, porque conjugan<br />

el carácter bufonesco con el <strong>de</strong>moníaco y amedrentador.<br />

Más evolucionados parecen los Zaharrones, a los que el Diccionario <strong>de</strong> Francisco <strong>de</strong>l<br />

Rosal, <strong>de</strong> 1601, <strong>de</strong>fine como “figuras ridículas <strong>de</strong> enmascarados que acostumbran ir<br />

<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> las fiestas, procesiones o mascaradas para <strong>de</strong>tener y espantar la canalla<br />

enfadosa <strong>de</strong> muchachos que en semejantes fiestas inquietan y enfadan, y assí, para<br />

más horror <strong>de</strong> éstos, los visten en hábitos y figuras <strong>de</strong> diablo, por lo cual, en Zamora<br />

los çaharrones son llamados diablícalos”.<br />

Esto nos enlaza con Zarrones, Bobos, Birrias, Botargas, Diablos,..., que son algunos<br />

<strong>de</strong> los nombres que recibe el personaje que acompaña a la cuadrilla <strong>de</strong> danzantes <strong>de</strong><br />

paloteo y también <strong>de</strong> castañuelas. Es personaje estrafalario por su vestimenta, que<br />

lleva un instrumento fustigador, dirige los bailes, sustituye a algún danzante, distribuye<br />

los palos o agua, aleja a los muchachos que interfieren la danza y, sobre todo,<br />

divierte al público sobre todo cuando hay algún inci<strong>de</strong>nte; incluso “se reparte junto a<br />

los curas las propinas “ (Grado, 2000, 113), porque también suele ser el encargado<br />

<strong>de</strong> pedir al vecindario una propina por la actuación.<br />

Martínez Laseca (1985, 41-42) consi<strong>de</strong>ra que “estos curiosos zarragones, <strong>de</strong> connotaciones<br />

hechiceriles, parecen encarnar fuerzas mágicas e irracionales” y afirma<br />

que, a través <strong>de</strong> distintas coplas, se aprecia que el Zarragón muere en el último palo,<br />

<strong>de</strong>jando el baile sin maestro <strong>de</strong> ceremonias y, por tanto, se termina el mismo.<br />

Para Atienza (1997, 242-244) la esencia <strong>de</strong> su personalidad es la <strong>de</strong> ser perseguidor<br />

y perseguido y “viene a ser un chivo expiatorio”, que carga con las culpas <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más;<br />

por ello los hace <strong>de</strong>rivar <strong>de</strong> los pharmakoi <strong>de</strong> la antigua Grecia, aunque con el<br />

tiempo perdió parte <strong>de</strong> este papel catártico, pero “conservó sus señas <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad<br />

primitivas, las que le señalaban como ser que, al mismo tiempo era ajeno al pueblo y<br />

lo representaba, como símbolo <strong>de</strong> una situación que <strong>de</strong> ritual pasó a convertirse en<br />

burlesca”. Más a<strong>de</strong>lante (p. 277-278), hablando <strong>de</strong> los Diablos catalanes, que en realidad<br />

son Botargas, dice que el pueblo los reconocía como elemento imprescindible<br />

<strong>de</strong> la fiesta, sin darse cuenta <strong>de</strong> que son la alternativa a la religiosidad oficial y a las<br />

<strong>de</strong>vociones ortodoxas, pues simbolizan la libertad frente a la autoridad.<br />

López <strong>de</strong> los Mozos (2007, 30-31), al <strong>de</strong>scribir al Botarga <strong>de</strong> Beleña <strong>de</strong> Sorbe (Guadalajara)<br />

lo interpreta como “un diosecillo menor, antecristiano, <strong>de</strong> la agricultura y<br />

la gana<strong>de</strong>ría, <strong>de</strong>l propio hombre, que necesita <strong>de</strong> su ayuda, ya que con sus saltos y<br />

cabriolas hace que crezca más alta la cosecha”.<br />

Estos Zangarrones, que pue<strong>de</strong>n actuar solos o acompañados <strong>de</strong> otros personajes<br />

secundarios, son consi<strong>de</strong>rados por el pueblo, “personajes aviesos, representantes<br />

<strong>de</strong>l mal [...], que atacan y se <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n con diversos instrumentos. La gente sigue<br />

73<br />

MASCARADAS <strong>DE</strong> ASTILLA Y LEÓN<br />

Bernardo Calvo Brioso | Ed. <strong>Junta</strong> <strong>de</strong> <strong>Castilla</strong> y <strong>León</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!