vigencia de los conceptos psicoanalíticos - psicoanalisis freud 1
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<strong>de</strong> las “drogas estimulantes” <strong>de</strong> “control <strong>de</strong>l comportamiento”. Estas dro-<br />
gas estimulantes incluyen el metilfenidato (Ritalin, Concerta, y Metadate)<br />
o formas <strong>de</strong> anfetamina (Dexedrine y Ad<strong>de</strong>rall).<br />
Po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir, que lo nuevo en la historia <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong> sustancias psicoac-<br />
tivas es la prescripción masiva en niños y adolescentes.<br />
En nuestro país, <strong>los</strong> 150 profesionales que suscribieron la carta abierta<br />
al Ministerio <strong>de</strong> Salud (Beatriz Janin, Sara Slapak, Silvia Bleichmar; Ricar-<br />
do Rodulfo, Emiliano Galen<strong>de</strong>, entre otros) nos indican que “<strong>los</strong> niños son<br />
medicados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> eda<strong>de</strong>s muy tempranas, con una medicación que no<br />
cura”, <strong>de</strong>bido “a una concepción reduccionista <strong>de</strong> las problemáticas psi-<br />
copatológicas. Se hacen diagnósticos y hasta se postulan nuevos cua-<br />
dros a partir <strong>de</strong> observaciones y <strong>de</strong> agrupaciones arbitrarias <strong>de</strong> rasgos, a<br />
menudo basadas en nociones antiguas y confusas. Es el caso <strong>de</strong>l llama-<br />
do síndrome <strong>de</strong> décit <strong>de</strong> atención con y sin hiperactividad”. Es evi<strong>de</strong>nte<br />
que existe un llamado <strong>de</strong> atención <strong>de</strong>s<strong>de</strong> diferentes sectores <strong>de</strong> la socie-<br />
dad sobre esta problemática, sobre este exceso, en don<strong>de</strong> <strong>los</strong> sujetos<br />
son tratados como objetos <strong>de</strong> consumo, inclusos sus síntomas.<br />
Retomando nuestra pregunta sobre la atención <strong>de</strong>l niño, es necesario<br />
recordar la importancia <strong>de</strong> situar la función <strong>de</strong>l “síntoma” en la infancia.<br />
Lo que aparece, según nuestro criterio, como síntoma <strong>de</strong>l niño y señalado<br />
como lo más asequible a nuestras intervenciones, es aquello que está en<br />
posición <strong>de</strong> representar lo sintomático <strong>de</strong> la pareja parental, ¿qué se me-<br />
dica cuando se medica al niño? ¿La angustia <strong>de</strong> quién se acalla? ¿A qué<br />
<strong>de</strong>manda se acce<strong>de</strong>? No necesariamente la <strong>de</strong>l niño.<br />
Este tipo <strong>de</strong> intervenciones implica excluir la función estructurante <strong>de</strong> la<br />
angustia, la tristeza y las fobias en la infancia. Nos referimos a las “fobias<br />
infantiles” cuya aparición preanuncia <strong>los</strong> bosquejos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo por fuera<br />
<strong>de</strong> la territorialidad maternal.<br />
Si medicamos estos aconteceres estructurantes <strong>de</strong>l órgano que llama-<br />
mos mentalidad o psiquismo, seguramente produciremos sujetos <strong>de</strong>pen-<br />
MESA DE TRABAJOS LIBRES. CLÍNICA DE NIÑOS<br />
diente <strong>de</strong>l consumo <strong>de</strong> drogas legales o ilegales <strong>de</strong> control <strong>de</strong> comporta-<br />
miento. No permitiremos que estos niños puedan “saber hacer” con las<br />
diculta<strong>de</strong>s propias <strong>de</strong> la vida.<br />
Es evi<strong>de</strong>nte, según lo expuesto, que existe un “i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> ecacia” que fra-<br />
casa, aunque estemos inundados en <strong>los</strong> medicamentos y nos hagan creer<br />
que son omnipresentes en nuestro campo.<br />
Hagamos existir un llamado <strong>de</strong> atención <strong>de</strong>s<strong>de</strong> diferentes sectores <strong>de</strong> la<br />
sociedad sobre esta problemática, sobre este exceso, en don<strong>de</strong> <strong>los</strong> suje-<br />
tos son tratados como objetos <strong>de</strong> la ciencia y <strong>de</strong>l consumo, incluso sus<br />
síntomas.<br />
Avancemos ahora sucintamente, por el otro eje económico-comercial y <strong>de</strong><br />
estética <strong>de</strong> vida. Actualmente asistimos a un probable cambio <strong>de</strong> paradig-<br />
ma en la lógica <strong>de</strong>l mercado. Anteriormente se sostenía que el mercado<br />
se regulaba a si mismo. Concepción que se encuentra fracasada y que<br />
<strong>de</strong>muestra que una praxis sin regulación se <strong>de</strong>struye a si misma.<br />
Los laboratorios privados se encuentran dirigidos por la lógica <strong>de</strong>l merca-<br />
do, para el<strong>los</strong> la salud no es un <strong>de</strong>recho, sino un negocio. No hace falta<br />
que situemos las diferentes presiones <strong>de</strong> <strong>los</strong> laboratorios para medicar y<br />
que medicar. Y somos nosotros que tenemos que regular a estas lógicas<br />
comerciales.<br />
Existe una ten<strong>de</strong>ncia o síntomas exportados <strong>de</strong> algunas <strong>de</strong> las potencias<br />
<strong>de</strong> occi<strong>de</strong>nte, o amo, en don<strong>de</strong> se intenta <strong>de</strong>s-responsabilizar al sujeto<br />
sobre su <strong>de</strong>cir y sus actos por vía <strong>de</strong> lo genético, <strong>de</strong> lo orgánico o <strong>de</strong> lo<br />
contextual. Esto surge <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong>l amo <strong>de</strong> <strong>de</strong>s-responsabilizarse<br />
el mismo.<br />
Entonces estas prácticas y estas clínicas tienen esta misma estética<br />
creyendo que el psicofármaco pue<strong>de</strong> resolver el malestar, tentándolo al<br />
sujeto a no saber hacer con su pa<strong>de</strong>cer. Pero esta lógica lleva necesaria-<br />
mente a la <strong>de</strong>shumanización. Los actos no tienen consecuencias, si el<br />
límite es el psicofármaco.<br />
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