vigencia de los conceptos psicoanalíticos - psicoanalisis freud 1

De la Sugestión al Despertar
Silvia Cislaghi *
El cuerpo teórico freudiano ha sido parcialmente reformulado a la luz de
los nuevos desarrollos linguísticos, matemáticos y topológicos, pero su
hueso se conserva totalmente y sólo se ha podido avanzar a partir de él.
Más aun, armo que la ética que orientó su construcción debería seguir
guiando nuestra clínica, ya que mantiene totalmente su vigencia.
Considero que es el hecho de mantenerse el a una ética lo que llevó a
Freud a abrir las grietas de la razón moderna, aun sin proponérselo. Su
tiempo, el del “Progreso”, el de la Ciencia, podemos sintetizarlo en rela-
ción al padecimiento subjetivo, como el de la tensión entre el Ideal y las
pulsiones. Freud no elige promover la vía del ideal, de la civilización, ya
que eso favorecería la multiplicación o reforzamiento de las satisfaccio-
nes sustitutivas, y más aun, la ferocidad del Superyo. Tampoco apuesta
como tarea del análisis, por la satisfacción directa, liberalización sexual
de la que se lo acusó para denostarlo. El neurótico no necesita permiso
para disfrutar, ya que eso lo aliviaría de la responsabilidad frente a su
deseo y su modo de satisfacción. Es decir que para él, no se trata de li-
berar al sujeto de esa tensión, eso bien lo sabe hacer el neurótico con un
alto costo, sino de enfrentarlo a ella.
Acerca de la actualidad, y su correspondiente malestar mucho se ha dicho,
pero me parece interesante la forma en que C. Soler la dene. Época del
“impulso hacia lo mismo”, o en otros términos la del “régimen del narcisis-
mo cínico”. Desde ahí hace una suerte de clasicación de los síntomas
predominantes, que va desde los que llama “disidentes” (depresiones, toxi-
MESA DE TRABAJOS LIBRES. EL QUE HACER DEL ANALISTA
comanías, anorexias) a los síntomas “del mismo lazo social” en su cara
positiva e inventiva. Los ubica como los nuevos esfuerzos por reinventar la
diferencia, para ir contra ese régimen. ¿Y qué coloca en ese lugar?
Justamente a la Histeria, la gran excluida del DSM IV, manual diagnóstico
que responde a los intereses del mercado hoy, el de los laboratorios. Las
histéricas/os promoviendo a pequeños líderes, gurues, etc , como defen-
soras de causas, a veces nimias, a veces perdidas, otras no, pero de to-
dos modos causas que no dejan de desaar, desenmascarar o poner en
entredicho al amo, en este caso, al amo actual.
La misma Histeria que en aquel fundacional momento hace surgir al psicoa-
nálisis en el punto en que Breuer abandona la partida y Freud toma la pos-
ta. El encuentro de la histeria con Freud, es el de la resistencia de ellas a
ser sugestionadas, el de la posición de Freud, que sólo en apariencia es
una posición de amo, ya que lo vemos aprendiendo de ellas, y el del resul-
tado, en el que el amor se expresa por la entrega de un saber hacia ése
que no retrocedió ante ese efecto que lo implicaba. Ese encuentro los mo-
dica a ambos, él pasa de médico a analista, ella de enferma a investiga-
dora. Ese encuentro también los inventa a ambos, y al discurso que los
llevará al dispositivo del análisis. A producir ese otro que su continuador
más el, Jacques Lacan formalizará como el discurso analítico.
Digo el en el sentido estricto que le da Badiou, cuando habla de la de-
lidad a una verdad, una verdad efecto de un acontecimiento. Aquí, el
“acontecimiento-Freud”.
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