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vigencia de los conceptos psicoanalíticos - psicoanalisis freud 1

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si estoy loca.” Los padres dicen que no para <strong>de</strong> hablar, satura a todos y<br />

produce rechazo.<br />

Recorto dos datos relevantes <strong>de</strong> su historia.<br />

a) una <strong>de</strong>manda oral <strong>de</strong>fectuosa, esto es una lactancia traumática; “chupaba<br />

la teta y no salía leche”, su <strong>de</strong>sesperación la llevaba a rasguñarse<br />

la cara hasta lastimarse; mientras la madre miraba la escena insistiendo<br />

en ese acto, dándole nada.<br />

b) Un segundo dato clínico es que “habla sola”, siempre está con un lápiz<br />

en la mano y “habla sola”.<br />

Es justamente la exacerbación <strong>de</strong> la palabra el motivo <strong>de</strong> la consulta, se<br />

verica en las entrevistas, era imparable y en su avalancha <strong>de</strong> enunciados,<br />

a veces, no sabía lo que <strong>de</strong>cía.<br />

En una sesión estalla en angustia ante la intrusión <strong>de</strong> la madre que se<br />

a<strong>de</strong>lanta a ella diciendo que seguía hablando sola. S., llorando a gritos interroga:<br />

“por qué no espera a que yo encuentre el momento digno para<br />

<strong>de</strong>círtelo, y sabés qué no quiero hablar más.” Doy por nalizada la sesión.<br />

En la siguiente dice: “Hablo sola”, ahí pregunto: ¿A quién le hablás?, “A<br />

miles <strong>de</strong> oídos que me escuchan, a veces lo tengo a veces se me va”.<br />

Cito: “Miles <strong>de</strong> oídos que te escuchan”. “Sí, es un ruidito en el oído, como<br />

un zumbido, una interferencia, como cuando vos estás escuchando la<br />

radio, entonces cuando empiezo a escuchar ese ruidito hago todas estas<br />

cosas <strong>de</strong> hablar y hablar. A veces lo tengo, a veces se me va.”<br />

Se dirige a la analista: “Vos sos como miles <strong>de</strong> oídos que me escuchan<br />

más que nadie.”<br />

A partir <strong>de</strong> acá se produce un efecto <strong>de</strong> apaciguamiento. Empieza a jugar<br />

a las bolitas; pregunta a la analista ¿tenés lecheras?<br />

Arma un juego agrupando las bolitas <strong>de</strong> vidrio en “lecheras” y en “ojos <strong>de</strong><br />

gato.” También canta “Suerte que mis pechos son pequeños para que no<br />

se confundan con montañas”. Construye así una nueva signicación, <strong>de</strong><br />

aquel pecho privador.<br />

Se produce una tramitación que la saca <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> angustia por las<br />

MESA DE TRABAJOS LIBRES. CLÍNICA DE NIÑOS<br />

interferencias auditivas y por no tener un alojamiento en el Otro. “Ya no<br />

hablo sola y no te puedo <strong>de</strong>cir cómo era porque me olvidé.” Ese ruidito ya<br />

no es nombrado, “si no lo tengo me olvido”, la represión fue ecaz por la<br />

operatoria analítica, la alucinación auditiva acalló.<br />

El segundo recorte. Una niña <strong>de</strong> cuatro años ubicada entre el encierro<br />

materno y un padre que presentaba una severa patología <strong>de</strong> la paternidad,<br />

esta posición tiene resonancias en la niña. Los efectos <strong>de</strong> la violencia<br />

<strong>de</strong> su angustia la atormentaban. Y es por ello que consultan.<br />

En la primera entrevista comunica con “frescura, libre <strong>de</strong> todo prejuicio”,<br />

parafraseando a Freud, sus miedos. Uno es a la oscuridad, es por ello<br />

que duerme abrazada a un cangurito que la ayuda a no tener miedo. Inmediatamente<br />

agrega que también tiene miedo <strong>de</strong> algunos sueños: sueña<br />

con autos que explotan y queman <strong>los</strong> edicios y ahí se <strong>de</strong>spierta con<br />

“susto” (Schreck), 4 luego se vuelve a dormir y sueña con conejitos.<br />

Pasa <strong>de</strong> la pesadilla al juego: las víboras atacan a la mamá (analista),<br />

prepara un té para envenenarla y así muere. A la viborita le arma una<br />

jaula, y le pone un nombre “ahora es buena como un perrito.” Con esta<br />

modalidad <strong>de</strong>l tránsito <strong>de</strong> la pasividad a la actividad, procura dominar<br />

psíquicamente sus impresiones vitales. 5<br />

Otro juego: “El león secuestra a una muñeca en un castillo. Toda la familia<br />

viene a salvarla.” Intervención: “¿y el león?” “Le conseguimos una<br />

leona para que se case y la mamá se casa con el esposo.”<br />

El analista causa, causa la palabra, el juego favorece la construcción <strong>de</strong> un<br />

discurso para enmarcar la angustia, el sujeto la localiza, la regula con sus<br />

·poetizaciones inconcientes”, “invenciones”, dichtung, 6 las signicantiza.<br />

La irrupción <strong>de</strong> angustia se impone, a veces localizados en objetos o en<br />

sueños, otras en fenómenos elementales.<br />

Es en el dispositivo analítico don<strong>de</strong> la experiencia <strong>de</strong>l inconciente, bajo<br />

transferencia, tiene su posibilidad <strong>de</strong> ser, un modo <strong>de</strong> no cerrarles las<br />

bocas a sus inhibiciones, sus síntomas ni a sus angustias, pues <strong>de</strong> lo<br />

contrario quedarían acalladas en trastornos.<br />

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