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vigencia de los conceptos psicoanalíticos - psicoanalisis freud 1

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tentación <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempeñar frente al enfermo el papel <strong>de</strong> profeta, salvador<br />

<strong>de</strong> almas, re<strong>de</strong>ntor. Puesto que las reglas <strong>de</strong>l análisis <strong>de</strong>sechan terminan-<br />

temente semejante uso <strong>de</strong> la personalidad médica, es honesto admitir<br />

que aquí tropezamos con una nueva barrera para el efecto <strong>de</strong>l análisis,<br />

que no está <strong>de</strong>stinado a imposibilitar reacciones patológicas, sino a pro-<br />

curar al yo, (léase el sujeto) <strong>de</strong>l enfermo la libertad <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir en un senti-<br />

do o en otro”.<br />

Lo que me parece notable en esta cita don<strong>de</strong> está en juego tanto la abs-<br />

tinencia <strong>de</strong>l analista respecto a sus tentaciones <strong>de</strong> ejercicio <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, es<br />

que Freud es muy enfático al señalar que el psicoanálisis no lo cura todo<br />

y como se abstiene <strong>de</strong> plantear cual es el bien sobre el cual habría que<br />

orientar al paciente en sus <strong>de</strong>cisiones, el analizante tendrá que <strong>de</strong>cidir en<br />

un sentido o en otro. Ante esa encrucijada lo confronta el análisis.<br />

La segunda cita dice:<br />

“Parece, pues que numerosos analistas han aprendido a aplicar unos<br />

mecanismos <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa que les permite <strong>de</strong>sviar <strong>de</strong> la persona propia<br />

ciertas consecuencias y exigencias <strong>de</strong>l análisis, probablemente dirigién-<br />

dolas a otros, <strong>de</strong> suerte que el<strong>los</strong> mismos siguen siendo como son y<br />

pue<strong>de</strong>n substraerse <strong>de</strong>l inujo crítico y recticador <strong>de</strong> aquel. Acaso este<br />

hecho da la razón al poeta cuando nos advierte que, si a un hombre se le<br />

conere po<strong>de</strong>r, difícil le resultará no abusar <strong>de</strong> ese po<strong>de</strong>r.” (nota 32. Ana-<br />

tole France, la révolte <strong>de</strong>s anges).<br />

Nuevamente acecha como cuestión crucial el abuso <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r. Y agrega<br />

más a<strong>de</strong>lante:<br />

“[…] uno no se propondrá como meta limitar todas las peculiarida<strong>de</strong>s<br />

humanas a favor <strong>de</strong> una normalidad esquemática, ni <strong>de</strong>mandará <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />

«analizados a fondo» no registren pasiones, ni puedan <strong>de</strong>sarrollar conic-<br />

tos internos <strong>de</strong> ninguna índole”.<br />

MESA DE TRABAJOS LIBRES. EL QUE HACER DEL ANALISTA<br />

Como en la tragedia antigua el sujeto <strong>freud</strong>iano es un sujeto con pasio-<br />

nes, con conictos <strong>de</strong> lo convierten en un enigma encarnado y afectado<br />

por esa irreductible duplicidad estructural que hace que Freud diga en las<br />

lecciones introductorias, que al nal <strong>de</strong> un análisis el sujeto ha <strong>de</strong>venido<br />

otro y sin embargo es el mismo. Esta lógica ambigua, “es otro y el mis-<br />

mo”, opera un cuestionamiento radical <strong>de</strong> toda solución simple, universal<br />

y <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad, es la que encontramos en <strong>los</strong> fundamentos<br />

técnicos, lógicos y éticos <strong>de</strong>l psicoanálisis.<br />

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