vigencia de los conceptos psicoanalíticos - psicoanalisis freud 1
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un elemento característico <strong>de</strong>l momento que antece<strong>de</strong>, situar a ésta fun-<br />
ción que llamamos Nombre <strong>de</strong>l Padre -NP- como uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> or<strong>de</strong>nadores<br />
necesarios.<br />
Efectivamente, durante años el padre como agente <strong>de</strong> la castración, or<strong>de</strong>-<br />
na <strong>los</strong> goces entorno a la lógica fálica; el trabajo <strong>de</strong> Sigmund Freud está<br />
signado por este or<strong>de</strong>namiento.<br />
En <strong>los</strong> tiempos <strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong>l psicoanálisis la <strong>vigencia</strong> <strong>de</strong> la autoridad<br />
simbólica <strong>de</strong>l padre era evi<strong>de</strong>nte, la i<strong>de</strong>ntidad sexual, la neurosis, y la<br />
<strong>de</strong>terminación misma <strong>de</strong> la estructura <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l tratamiento dado al<br />
signicante “padre”; así ha sido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces y hasta casi nales <strong>de</strong>l<br />
siglo XX inclusive, sin discusión.<br />
Ahora bien, si hemos concluido en <strong>de</strong>cir que esta función esta en crisis,<br />
¿Qué po<strong>de</strong>mos ubicar en su lugar? Es el mismo Lacan que en el año 1974<br />
nos advierte <strong>de</strong>l resquebrajamiento <strong>de</strong> la función paterna, en “El seminario<br />
21”, en la clase <strong>de</strong>l 19 <strong>de</strong> marzo dice:<br />
“[…] a ese Nombre <strong>de</strong>l Padre se sustituye una función que no es otra que<br />
la <strong>de</strong> ‘nombrar para’ (nommer `a). Ser nombrado para algo, he aquí lo que<br />
<strong>de</strong>spunta en un or<strong>de</strong>n que se ve efectivamente sustituir al Nombre <strong>de</strong>l<br />
Padre. Salvo que aquí, la madre generalmente basta por si sola para <strong>de</strong>-<br />
signar su proyecto, para efectuar su trazado, para indicar su camino […];<br />
¿qué <strong>de</strong>signa esa huella como retorno <strong>de</strong>l Nombre <strong>de</strong>l Padre en lo Real,<br />
en tanto que precisamente el Nombre <strong>de</strong>l Padre esta verworfen, forcluido,<br />
rechazado?; y si a ese título <strong>de</strong>signa esa forclusión <strong>de</strong> la que dije que es<br />
el principio <strong>de</strong> la locura misma, ¿acaso ese ‘nombrar para’ no es el signo<br />
<strong>de</strong> una <strong>de</strong>generación catastróca? […].” 2<br />
Esta cita, <strong>de</strong> redacción algo compleja, llama la atención por su carácter<br />
anticipatorio y por el abanico <strong>de</strong> problemas que abre; en principio, tene-<br />
mos el or<strong>de</strong>nador que buscábamos para sustituir al Nombre <strong>de</strong>l Padre:<br />
“nombrar para”, np.<br />
Luego se impone a la reexión la referencia a la forclusión.<br />
MESA DE TRABAJOS LIBRES. CLÍNICA CONTEMPORÁNEA<br />
La forclusión (verworfen) es a la psicosis lo que la represión (verdrängung)<br />
a la neurosis, sendas <strong>de</strong>fensas organizan y <strong>de</strong>nen la estructura y com-<br />
portan un tratamiento particular <strong>de</strong> la realidad; recor<strong>de</strong>mos lo que Freud<br />
nos enseña al respecto:<br />
“Ya en un trabajo reciente expusimos como uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> caracteres diferen-<br />
ciales entre la neurosis y la psicosis el hecho <strong>de</strong> que en la primera reprime<br />
el yo, obediente a las exigencias <strong>de</strong> la realidad, una parte <strong>de</strong>l Ello (<strong>de</strong> la<br />
vida instintiva), mientras que en la psicosis el mismo yo, <strong>de</strong>pendiente<br />
ahora <strong>de</strong>l Ello, se retrae <strong>de</strong> una parte <strong>de</strong> la realidad. Así, pues, en la neu-<br />
rosis dominaría el inujo <strong>de</strong> la realidad y en la psicosis el <strong>de</strong>l Ello. La pér-<br />
dida <strong>de</strong> realidad sería un fenómeno característico <strong>de</strong> la psicosis y ajeno,<br />
en cambio, a la neurosis.” 3<br />
Es importante señalar, que en este contexto no se trata <strong>de</strong> la estructura<br />
<strong>de</strong>l sujeto, sino <strong>de</strong> la subjetividad, no estamos diciendo que la neurosis<br />
ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> existir, aún no somos tan audaces.<br />
Cuando el conicto está centrado en torno al i<strong>de</strong>al y la pulsión, la repre-<br />
sión se erige como la <strong>de</strong>fensa privilegiada; el conicto entre la sexualidad<br />
y la llamada moral victoriana no solo esta en el centro mismo <strong>de</strong> <strong>los</strong> co-<br />
mienzos <strong>de</strong>l psicoanálisis sino que extien<strong>de</strong> su inuencia hasta bien pa-<br />
sada la década <strong>de</strong>l 60, muchos <strong>de</strong> sus movimientos emancipadores son<br />
respuestas a <strong>los</strong> po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> la represión.<br />
Existe entonces una consonancia entre la estructura neurótica y una rea-<br />
lidad que reeja un conicto similar.<br />
La contemporaneidad -y <strong>de</strong> esto el psicoanálisis no es totalmente inocen-<br />
te- ha ido relajando la tensión entre la pulsión y el i<strong>de</strong>al, se ha ido virando<br />
<strong>de</strong> un modo <strong>de</strong> satisfacción regido por la serie que entrama NP-represión,<br />
a una modalidad <strong>de</strong> satisfacción regida por un imperativo <strong>de</strong> goce, que<br />
manda gozar ilimitadamente, esto es lo que provoca el rechazo <strong>de</strong> la fun-<br />
ción NP, y las catastrócas consecuencias <strong>de</strong> su retorno en un “or<strong>de</strong>n <strong>de</strong><br />
hierro”. De aquí se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> que la sustitución <strong>de</strong> la función Nombre <strong>de</strong>l<br />
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