vigencia de los conceptos psicoanalíticos - psicoanalisis freud 1
vigencia de los conceptos psicoanalíticos - psicoanalisis freud 1
vigencia de los conceptos psicoanalíticos - psicoanalisis freud 1
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
un análisis y contra la que no queda nada por hacer. La trama edípica<br />
recubre este rechazo a lo femenino, en tanto ausencia <strong>de</strong>l falo. El comple-<br />
jo <strong>de</strong> castración hace creer al neurótico que la satisfacción plena es im-<br />
posible porque está prohibida, cuando en verdad, no es posible por es-<br />
tructura. Esta incapacidad <strong>de</strong> obtener satisfacción plena <strong>de</strong> la pulsión<br />
habla <strong>de</strong> la primera experiencia <strong>de</strong> satisfacción, <strong>de</strong> la primera vivencia <strong>de</strong>l<br />
niño <strong>de</strong>svalido. Nombra a un Otro que auxilia, produce una marca en la<br />
psiquis <strong>de</strong>l individuo que lo constituye como sujeto <strong>de</strong>seante. Crea una<br />
i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> percepción. Esto convierte a la tensión <strong>de</strong>seante, como car-<br />
ga, en la fuente in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> <strong>de</strong>sprendimiento <strong>de</strong> displacer, mientras<br />
que ese <strong>de</strong>seo nunca podrá cumplirse. No hay satisfacción plena <strong>de</strong> la<br />
pulsión, queda un resto. Sin ese resto no se pondría en marcha el apara-<br />
to: es el combustible que aleja al hombre <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> nirvana, <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
dominios exclusivos <strong>de</strong> la pulsión <strong>de</strong> muerte.<br />
Setenta y un años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que Freud postulara cómo es el n <strong>de</strong> un<br />
análisis, las leyes <strong>de</strong>l mercado, establecidas por el sistema capitalista, in-<br />
uyen permanentemente en la sociedad mundial. Los tiempos son <strong>los</strong> <strong>de</strong>l<br />
aquí y ahora. Las personas son vistas como máquinas a las que se evalúa<br />
sobre la base <strong>de</strong> la utilidad, efectividad y rapi<strong>de</strong>z. Predominan <strong>los</strong> slogans<br />
que ofrecen reparaciones para las averías: “ante cualquier duda consulte a<br />
su médico”, pero no <strong>de</strong>je <strong>de</strong> tomar tal o cual pastilla para optimizar su ren-<br />
dimiento físico y mental. Las problemáticas individuales son <strong>de</strong>jadas <strong>de</strong><br />
lado, todo se globaliza, incluso <strong>los</strong> síntomas. Aparecen las enfermeda<strong>de</strong>s<br />
mentales como modas que se instalan, sin que existan fronteras ecaces<br />
para <strong>de</strong>tenerlas. Es que todo se hace en masa, y la masa hace todo. Inclu-<br />
so se piensa en masa. Todo lo que queda fuera <strong>de</strong>l circuito masivo no es<br />
consi<strong>de</strong>rado una individualidad legítima (por tratarse <strong>de</strong> seres distintos),<br />
sino como una rareza a discriminar. En estos términos, hasta las formas <strong>de</strong><br />
gozar están globalizadas. No hay miramientos ni lugar para el encuentro<br />
con el placer particular y peculiar <strong>de</strong> cada sujeto. No hay tiempo para <strong>de</strong>te-<br />
MESA DE TRABAJOS LIBRES. CLÍNICA CONTEMPORÁNEA<br />
nerse a pensar qué es lo placentero para cada uno. La sociedad mundial<br />
está presa <strong>de</strong> su adicción al goce. Sería interesante pensar qué ocurre con<br />
el <strong>de</strong>seo cuando lo que predomina es la búsqueda <strong>de</strong> gozar en todo mo-<br />
mento, sabiendo que el goce nombra el más allá y tiene como aditivo la<br />
satisfacción <strong>de</strong> la pulsión <strong>de</strong> muerte.<br />
En una entrevista realizada por Magdalena Ruiz Guiñazú, a Eric Laurent,<br />
el psicoanalista francés arma: “Una sociedad <strong>de</strong>be tener (y sin ello no<br />
pue<strong>de</strong> sobrevivir) otras cosas que no sean el placer por principio. Freud<br />
vio en 1920 que el placer (como principio) abre la puerta a un más allá<br />
permanente. Es <strong>de</strong>cir, un más allá en el que se busca sólo nuestro placer,<br />
y ¿qué encontramos entonces? Encontramos algo que Jacques Lacan<br />
tomó <strong>de</strong>l vocablo francés clásico, ‘el goce’. Y el goce tiene la característi-<br />
ca <strong>de</strong> ser cercano al placer, pero <strong>de</strong> ir más allá que él”. Laurent advierte<br />
sobre la necesidad imperiosa <strong>de</strong> restablecer el vínculo padre-hijo. El gran<br />
inconveniente <strong>de</strong> nuestros días es encontrar en qué punto <strong>de</strong>be <strong>de</strong>tener-<br />
se uno a la hora <strong>de</strong> buscar el goce. La sociedad mundial perdió la noción<br />
<strong>de</strong>l momento en que es necesario parar. Esto se <strong>de</strong>be, entre otras cosas,<br />
a que no hay reglamentaciones a<strong>de</strong>cuadas. No existe en nombre <strong>de</strong> qué<br />
prohibir. Esta función <strong>de</strong> imponer límites fue asumida tradicionalmente<br />
por el padre. Por <strong>los</strong> padres, <strong>los</strong> jefes <strong>de</strong> tribus, <strong>los</strong> dioses, <strong>los</strong> profetas,<br />
Jesús. Hoy en día estas creencias pier<strong>de</strong>n fuerza, y todas las imágenes<br />
paternas se ven amenazadas. El gran cuestionamiento es ¿quién ocupa<br />
el lugar <strong>de</strong> padre para la neurosis? ¿Quién constituye una amenaza en el<br />
imaginario neurótico que ponga freno a la búsqueda <strong>de</strong> la satisfacción<br />
completa <strong>de</strong> la pulsión? Padres hay, y <strong>de</strong> muchas maneras posibles. Pa-<br />
dres que son mujeres, en las parejas homosexuales. Padres <strong>de</strong> probeta.<br />
Padres heterosexuales. Padres que trabajan sin cesar, esclavos <strong>de</strong>l siste-<br />
ma capitalista. No es la función biológica la cuestionada, la ausente. Lo<br />
importante es que alguien responda, se haga cargo, <strong>de</strong> establecer un<br />
vínculo con ese hijo. Y que mediante ese vínculo se instaure un límite. Un<br />
[ 35 ]