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vigencia de los conceptos psicoanalíticos - psicoanalisis freud 1

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porque si las changas son por usted y se toma el ácido…!”.<br />

Así se abre un tiempo subjetivo, en el que un fallido y la vergüenza abren<br />

a un segundo momento <strong>de</strong>l tratamiento. El paciente viene a buscarme a<br />

Consultorios Externos. Creer en él, en su palabra, provocó que arme<br />

“estoy <strong>de</strong>primido” y apertura <strong>de</strong>l inconciente. Se inaugura este ciclo con<br />

el pedido <strong>de</strong> tratamiento. Su modo <strong>de</strong> consentir: “tengo miedo que me<br />

vuelva a suce<strong>de</strong>r, quiero seguir viéndola”. Se realiza también una entrevis-<br />

ta familiar a pedido <strong>de</strong>l hijo que dice “en esta familia hay cosas que no se<br />

hablan”, oportunidad para el analista <strong>de</strong> señalar las diferencias. Les anun-<br />

cio que esta semana quedará una colega en mi reemplazo a la que pue-<br />

<strong>de</strong>n acudir si lo <strong>de</strong>sean. Dentro <strong>de</strong> esta prisa, el no haber acordado la cita<br />

con mi compañera, <strong>de</strong>nuncia que ya algo marcó la pausa <strong>de</strong> la espera.<br />

Entramos a otro tiempo. Salimos <strong>de</strong> la urgencia. En este tiempo <strong>de</strong> trata-<br />

miento se produce un viraje, <strong>de</strong>l “sáqueme <strong>de</strong> acá” a “quiero salir <strong>de</strong><br />

esto”. Se avizora el camino hacia otro ciclo, el <strong>de</strong> otro precio por la vida.<br />

Pero volviendo a mi inquietud <strong>de</strong>l inicio uste<strong>de</strong>s se estarán preguntando,<br />

al igual que yo cada vez, ¿una sola o pocas entrevistas con el paciente,<br />

como suce<strong>de</strong> en estos casos, nos autoriza el nombre <strong>de</strong> práctica psicoa-<br />

nalítica? El alivio terapéutico no es el objetivo, no es consecuencia lineal<br />

<strong>de</strong> la búsqueda <strong>de</strong>l bien <strong>de</strong>l paciente, es el efecto <strong>de</strong> intentar cernir lo que<br />

resiste al discurso, apuntar al genio. 12 Ofreciéndose como instrumento,<br />

dar en el centro, tocar, acontecer la marca que la lengua en su primer<br />

encuentro con el sujeto haya <strong>de</strong>jado en su cuerpo para que el paciente se<br />

lleve al menos una pregunta. El encuentro con la pulsión es un mal en-<br />

cuentro porque <strong>de</strong>ja un resto, lo sabemos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el “Proyecto…”, <strong>de</strong> la<br />

pulsión no se pue<strong>de</strong> huir. Si bien hubo un efecto <strong>de</strong> alivio y recomposición<br />

familiar, que uno podría <strong>de</strong>cir si el paciente vino por eso ya está, ese<br />

efecto terapéutico rápido 13 se produce porque nuestro quehacer consi<strong>de</strong>-<br />

ra en el principio la pulsión, el obstáculo paradigmático, aquello que resis-<br />

te a caer bajo un sentido, y que habla <strong>de</strong> la singularidad <strong>de</strong> cada paciente<br />

MESA DE TRABAJOS LIBRES. ARTE Y PSICOANÁLISIS<br />

porque nos dice <strong>de</strong> su modo <strong>de</strong> vivir la pulsión. Apunta a su posición, a la<br />

responsabilidad <strong>de</strong> su acto. Entonces, volviendo al dispositivo y la opera-<br />

ción <strong>de</strong>l practicante, observamos que unas pocas sesiones marcan<br />

escansiones, 14 momentos <strong>de</strong> ruptura que posibilitan cumplir con el obje-<br />

tivo <strong>de</strong> la interconsulta como en este caso en el que introducen una pau-<br />

sa al hecho, al intento <strong>de</strong> suicidio tomado como hecho <strong>de</strong> la realidad,<br />

para permitir que el equívoco <strong>de</strong> la lengua saque al sujeto <strong>de</strong> ese lugar y<br />

<strong>de</strong> ese tiempo. Apuntar al tiempo <strong>de</strong>l inconciente, nos <strong>de</strong>spega <strong>de</strong>l hecho<br />

para entrar al acontecimiento subjetivo, lo que permitirá <strong>de</strong>jar <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong>l<br />

paciente la responsabilidad <strong>de</strong> consentir reanudar un nuevo ciclo. En este<br />

dispositivo hospitalario la posición <strong>de</strong>l analista y el mismo obstáculo que<br />

lo <strong>de</strong>ja en <strong>de</strong>samparo, en urgencia, al practicante cada vez al ubicarlo<br />

frente a lo imposible <strong>de</strong> curar es lo que da sitio al psicoanálisis haciendo<br />

aparecer en el más acá <strong>de</strong> la entrevista el más allá que rige el horizonte<br />

ético, haciendo <strong>de</strong>l obstáculo motor y causa.<br />

Para concluir voy a citar algo que graca nuestra práctica; cuando Sig-<br />

mund Freud trabaja sobre un aforismo atribuido a Hipócrates que dice:<br />

Aquellas enfermeda<strong>de</strong>s que <strong>los</strong> remedios no curan, las cura el hierro (el<br />

cuchillo); aquellas que el hierro no cura, las cura el fuego; y aquellas que<br />

el fuego no pue<strong>de</strong> curar <strong>de</strong>ben consi<strong>de</strong>rarse incurables. Freud nos dice<br />

que Allí, en lo incurable, seguirá siendo imprescindible el psicoanálisis<br />

practicado con arreglo <strong>de</strong>l arte. No amortiguado, que no teme manejar y<br />

dominar…las más peligrosas mociones anímicas. 15<br />

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