vigencia de los conceptos psicoanalíticos - psicoanalisis freud 1

cómo termina: si se han reeditado las elecciones infantiles, si se ha con-
sentido a acceder al otro sexo, si se ha reestructurado la imagen de sí. Si
luego de los grandes cambios de la pubertad el sujeto se ha orientado
hacia un ideal, o sea, una elección articulada a lo simbólico.
LA SEXUALIDAD
En cuanto a la sexualidad, Freud encuentra en lo infantil la medida de la
normalidad o sea que se borran las tajantes diferencias del desarrollo
intelectual. En su texto “Tres ensayos…” ubica que la sexualidad del niño
es autoerótica y por lo tanto el objeto es en el propio cuerpo. En el adulto
el placer está al servicio de la función de la reproducción sexual, hay pri-
macía de la zona erógena y el n sexual se orienta a un objeto sexual
exterior. Pero aun con esta diferencia, establece que:
“Las manifestaciones infantiles de la sexualidad no determinan tan solo
las desviaciones, sino también la estructura normal de la vida sexual del
adulto.” 2
Entonces, en cuanto a la sexualidad infantil y sus avatares se determinan
posiciones que permanecen en la vida adulta.
Freud advierte lo que cualquier investigador en su posición, es decir con
el deseo de saber, hubiera advertido y lo que el neurótico en su posición
de “no querer saber”, desconoce insistentemente, el dato de que la vagi-
na no participa en ninguna de las teorías sexuales infantiles, lo que se
desconoce con insistencia y prolijidad es consecuencia de una lógica:
fálico-castrado.
La investigación sexual infantil siempre desconoce el papel fundante del
semen y el oricio vaginal. Puntos en los cuales la organización genital
infantil no está completa. El trabajo de dicha organización permanecerá
infructuoso y terminará en “una renuncia” que produce muchas veces
“una interrupción duradera del instinto de saber”. La teoría sexual infantil
MESA DE TRABAJOS LIBRES. METAPSICOLOGÍA
ha funcionado como “tapón” ofreciendo una respuesta adecuada a ese
momento pero insuciente para lo que luego el sujeto en su desarrollo
“necesita saber”.
El niño depende del adulto en muchos aspectos sin embargo la investiga-
ción sexual se juega fuera de esta dependencia de manera solitaria y
constituye un primer paso hacia “una orientación independiente en el
mundo”. Este punto es crucial en cuanto a la elección del sujeto. O sea,
que se puede ejercer de manera independiente el deseo de saber o re-
nunciar a esa posición.
Es en este aspecto que la neurosis, como la posición del sujeto de “no
querer saber” borra las diferencias entre el niño y el adulto. Y deja plan-
teado: la neurosis como lo niño del sujeto. Freud es taxativo en esto.
“A pesar del paso del tiempo, ninguna de las marcas infantiles sucumben
en el adulto, los deseos y los impulsos del niño subsisten en el adulto
sepultados por otros estratos psíquicos. En la sintomatología neurótica,
se expresa la sexualidad y en la sexualidad las satisfacciones infantiles.
Toda neurosis de un adulto se basa en una neurosis infantil que no ha
sido lo suciente intensa para llamar la atención de sus familiares.” 3
OTRAS DIFERENCIAS. LA FUNCIÓN INTELECTUAL
Freud no encuentra problemas en establecer las diferencias entre el niño
y el adulto en cuanto a la función intelectual y al desarrollo de la capaci-
dad de simbolización. Lo explicita de esta manera.
En el capítulo 5 del texto “La interpretación de los sueños”, dice:
“[…] el niño es egoísta, siente con intensidad sus necesidades y tiende a
satisfacerlas […] la moral actuará luego, de manera tal que un yo secun-
dario coartará al primario”. 4
En “El chiste y su relación con lo inconciente”:
“Los niños se expresan con movimientos expresivos, tienden a la exage-
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