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vigencia de los conceptos psicoanalíticos - psicoanalisis freud 1

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nada. En la medida en que el falo causa el <strong>de</strong>seo ella pue<strong>de</strong> transformarse<br />

al mismo tiempo en causa <strong>de</strong> su propio <strong>de</strong>seo.<br />

Como sostiene Freud en “Introducción <strong>de</strong>l narcisismo”, en relación con la<br />

elección <strong>de</strong> objeto en algunas mujeres en don<strong>de</strong> “su necesidad no se sacia<br />

amando, sino siendo amadas, y se prendan <strong>de</strong>l hombre que les colme esa<br />

necesidad”. 3 Po<strong>de</strong>mos pensar que la mujer se tienta tentando.<br />

Una mujer es capaz <strong>de</strong> todo sacricio, sacricio <strong>de</strong> todo tener. Tenemos<br />

un ejemplo trágico en Me<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Eurípi<strong>de</strong>s. Me<strong>de</strong>a es <strong>de</strong> aquellas heroí-<br />

nas que pasan el límite, que exploran zonas <strong>de</strong>sconocidas. Había sacri-<br />

cado todo por su marido Jasón, inclusive vivían en el exilio. Un buen día,<br />

su agra<strong>de</strong>cido marido, le confía su <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> casarse con otra mujer. Él<br />

ofrece retribuirla con toda clase <strong>de</strong> dones pero ella <strong>los</strong> rechaza contun-<br />

<strong>de</strong>ntemente ya que el tener no tiene ningún valor si le falta ese hombre.<br />

Su venganza será matar lo que él tenga <strong>de</strong> más preciado: sus propios<br />

hijos. Po<strong>de</strong>mos ver como Me<strong>de</strong>a pasa <strong>los</strong> límites, llega al extravío. En<br />

Me<strong>de</strong>a, lo que es mujer supera a lo que es madre, una realización como<br />

mujer en el no tener.<br />

Si la mujer pue<strong>de</strong> llegar al extravío difícilmente pueda hacerlo el hombre.<br />

El hombre está con<strong>de</strong>nado a la cautela. No se <strong>de</strong>spoja, el cuidado <strong>de</strong> sus<br />

“pertenencias” le resta libertad <strong>de</strong> acción.<br />

Muchos hombres se presentan como <strong>de</strong>svalidos, cuidando su pequeño<br />

tener, no arriesgando, preriendo el <strong>de</strong>sprecio <strong>de</strong> la mujer antes <strong>de</strong> avan-<br />

zar y po<strong>de</strong>r causar su <strong>de</strong>seo, eligiendo ir a la guerra para huir <strong>de</strong> las mu-<br />

jeres, <strong>de</strong>l agujero.<br />

Y son las mujeres, como Lisístrata <strong>de</strong> Aristófanes, quien junto al resto <strong>de</strong><br />

las mujeres atenienses con las polleras bien puestas y haciendo “huelga<br />

<strong>de</strong> sexo” logran el n <strong>de</strong> la guerra trayendo nuevamente a sus hombres a<br />

sus hogares.<br />

Po<strong>de</strong>mos ver en esta comedia el aspecto <strong>de</strong>structivo que posee la libido<br />

homosexual colectiva y no tan sólo su aspecto civilizador. Para Aristófa-<br />

MESA DE TRABAJOS LIBRES. CLÍNICA CONTEMPORÁNEA<br />

nes la mujer encarnaría el fundamento <strong>de</strong> la cultura.<br />

Volviendo al hombre, y a su intento <strong>de</strong> huida po<strong>de</strong>mos pensar el enorme<br />

costo que para él pue<strong>de</strong> tener, el “tener”. El hombre pue<strong>de</strong> embarazarse<br />

<strong>de</strong> tener. Incluso podría llegar a la impotencia en pos <strong>de</strong> proteger su pre-<br />

ciado tener. La masturbación también pue<strong>de</strong> ser un modo <strong>de</strong> reservarse<br />

una satisfacción sólo para sí mismo. Contabilizando: un goce para ella,<br />

uno para sí mismo.<br />

Po<strong>de</strong>mos poner el acento en lo disímil <strong>de</strong>l placer femenino. En aquella sa-<br />

tisfacción que no parece regulada por el falo. No es que la mujer esté por<br />

fuera <strong>de</strong> la medida fálica, se encuentra atravesada por ésta, esta otra sa-<br />

tisfacción se produce en suplemento; suplemento con el que Freud lidió<br />

durante toda su obra y hombres y mujeres lidian durante todas sus vidas.<br />

¿Qué resta para el encuentro-<strong>de</strong>sencuentro amoroso en la contempora-<br />

neidad? ¿Cayeron <strong>los</strong> mitos sobre el amor? ¿Cayó el amor?<br />

Sabemos que al sujeto no le escasea partenaire, lo tiene asegurado en<br />

su síntoma, llegando a <strong>de</strong>cir Freud que el síntoma es la práctica sexual <strong>de</strong><br />

<strong>los</strong> neuróticos. Esto no hace a lo especíco <strong>de</strong> la época, <strong>los</strong> sujetos siem-<br />

pre encontraron satisfacción sustitutiva en el síntoma pero sí hace a la<br />

dicultad que tiene la época <strong>de</strong> cubrir, <strong>de</strong> velar, que la satisfacción es<br />

solitaria, que el inconciente es célibe.<br />

Otros tiempos supieron recubrir muy bien el <strong>de</strong>sencuentro entre <strong>los</strong> sexos,<br />

la castración.<br />

El complejo <strong>de</strong> Edipo encubre como trama imaginaria, trama que comien-<br />

za a mostrar la hilacha, que la excitación sexual no está causada por este<br />

complejo sino que es un placer <strong>de</strong> órgano que resulta <strong>de</strong> “espiar con las<br />

orejas” la escena primaria.<br />

El amor cortes es el discurso más logrado sobre el amor, evitando el en-<br />

cuentro les ahorra a <strong>los</strong> amantes enfrentarse con la castración. Siendo<br />

<strong>los</strong> ve<strong>los</strong> necesarios ya que hay cosas a las que no se las pue<strong>de</strong> mirar <strong>de</strong><br />

frente, angustian.<br />

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