vigencia de los conceptos psicoanalíticos - psicoanalisis freud 1

Hospital de día. Lo que va quedando
Vanesa Epstein, Silvia Kleiban, Gabriela Luna, Laila Mariath, Mariana Pineda, Alicia Prefumo *
INTRODUCCIÓN
Partiendo de las referencias freudianas con relación a la transferencia en
las psicosis (neurosis narcisistas), presentaremos un caso de anorexia en
una estructura psicótica.
Si bien hay convicción sobre el objeto de estudio dado los resultados, 1
Sigmund Freud aventura la imposibilidad de curar dada la escasa capacidad
de transferencia. Más adelante en la autobiografía cuestiona esta
idea al relativizar esta carencia en algunos casos de psicosis. 2
Paradójicamente es con esta agresión a su propio cuerpo que la paciente
en cuestión trata su psicosis. Nos referimos a un síntoma: la anorexia,
cuya función para esta paciente es la de hacer un cuerpo, que a través de
la boca regula aquello que entra y sale.
G, puntúa que “todo empezó a los 14 años”. “No fue una relación, fue una
situación de goce”, remarca al referirse a su primera relación sexual con
su marido, padre de su único hijo.
“La sexualidad más que hacer sentido, hace agujero en lo real y él se presentica
en el tiempo de la pubertad”. 3 Este encuentro pone a prueba su
estructura y la respuesta es la anorexia como síntoma de su psicosis.
Freud en “Tres ensayos de teoría sexual” destaca que la libido narcisista
o libido yoica es el reservorio desde donde son emitidas las investiduras
de objeto, necesarias para hacer la elección de objeto. Estos procesos se
hallan profundamente perturbados en las psicosis, debido a que se ha
bloqueado el camino de la libido hacia los objetos por jaciones en fases
muy anteriores del desarrollo.
MESA DE TRABAJOS LIBRES. NUEVOS DISPOSITIVOS
QUE ALGO QUEDE
La paciente, de 47 años concurre desde hace un año a Hospital de Día.
Solicitó ser admitida porque según sus dichos, al comer con sus compañeros
siente el impulso de vomitar inmediatamente lo que come. Seis
años atrás había realizado durante un corto período otro tratamiento en
este dispositivo, sin aparentes efectos.
Debido a su delicado estado de salud ha tenido varias internaciones clínicas,
llegando a pesar 28 kilos. “En la internación me di cuenta de que el
problema es la comida: así expreso todo lo que me pasa. Yo sentía que
quería desaparecer”.
Esperó pacientemente la admisión, luego de la muerte de su madrina a
quien cuidaba y donde pasaba la mayor parte del día. Ella dice que quiere
hacer Hospital de Día “para que le quede una comida”, y por su nieta de
6 años. Su hijo y la esposa de este, padres de la niña, temen que la niña
copie cosas de su abuela y se vuelva anoréxica. La paciente resuelve
comunicarse haciéndole notitas y regalitos.
En su casa tiene atracones, se descontrola. Vomita hasta que dice “basta”
y lo retiene. Lo hacía varias veces por día, se baña otras tantas, se ve
sucia. Para ella, bañarse y vomitar “es un desahogo”. 4
A los 14 años, G se casó y quedó embarazada. Explica que nadie se daba
cuenta, ni su madre adoptiva, ni su madrina, ni ella misma y fue advertida
por las monjas del colegio. Sentía que sus compañeros la miraban y murmuraban.
Cuenta que comía en dos casas, la de su madre adoptiva y la de su ma-
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