vigencia de los conceptos psicoanalíticos - psicoanalisis freud 1
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Consi<strong>de</strong>raciones sobre el malestar actual<br />
Paula Contreras *<br />
En 1930 Sigmund Freud postulaba que el programa <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong>l placer<br />
era irrealizable. No hay a<strong>de</strong>cuación <strong>de</strong> la pulsión con el objeto, lo que<br />
es equivalente a <strong>de</strong>cir que la satisfacción plena <strong>de</strong> la pulsión sexual es<br />
imposible. Por otro lado, Jacques Lacan a partir <strong>de</strong> 1950 realizará un retorno<br />
a Freud y su lectura <strong>de</strong> la castración será bajo la fórmula “no hay<br />
relación sexual”: la complementariedad sexual para todo ser hablante<br />
-dirá- “no cesa <strong>de</strong> no escribirse”. Hay pues una imposible relación entre<br />
<strong>los</strong> sexos que nos indica que el malestar anunciado por Freud es inherente<br />
a la estructura misma <strong>de</strong>l lenguaje.<br />
Si <strong>de</strong>l malestar se trata, ¿con qué nos encontramos 70 años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
lo anunciado por Freud?<br />
Asistimos a una época en que la caída <strong>de</strong> <strong>los</strong> “gran<strong>de</strong>s relatos” y la <strong>de</strong>clinación<br />
<strong>de</strong>l clásico Estado mo<strong>de</strong>rno, abren el espacio para la instalación<br />
<strong>de</strong> un “imperialismo <strong>de</strong> mercado”. Los sujetos ya no son <strong>de</strong>nidos por su<br />
inserción en lo político-social sino por su inclusión o exclusión <strong>de</strong>l sistema<br />
<strong>de</strong>nido por la lógica neoliberal.<br />
Encontramos <strong>los</strong> nuevos semblantes propuestos por la revolución mediática.<br />
Hoy, la sociedad <strong>de</strong>l espectáculo se encarga <strong>de</strong> mostrar el horror, <strong>de</strong><br />
hacerlo existir y nos propone que gocemos <strong>de</strong> él.<br />
Las prácticas <strong>de</strong> goce, antes ocultas y reservadas al ámbito <strong>de</strong> lo privado,<br />
ahora se hacen públicas y se ofrecen como un objeto más <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la serie<br />
<strong>de</strong> objetos “listos-para-consumir”. El único velo: la pantalla <strong>de</strong>l televisor.<br />
En lo que respecta a la clínica <strong>de</strong>l síntoma la clasicación <strong>de</strong>scriptiva y<br />
ateórica <strong>de</strong>l DSM IV, rechaza su sentido reduciéndolo a no ser más que<br />
MESA DE TRABAJOS LIBRES. MALESTAR CONTEMPORÁNEO<br />
un “trastorno” al que le correspon<strong>de</strong> una <strong>de</strong>terminada droga.<br />
En este contexto cabe entonces la pregunta: ¿<strong>de</strong> qué modo vive nuestra<br />
época la pulsión y su imposibilidad <strong>de</strong> satisfacción plena?<br />
Cuando Freud ubica la función <strong>de</strong>l i<strong>de</strong>al <strong>de</strong>l yo como condición <strong>de</strong> la represión,<br />
el síntoma -en tanto retorno <strong>de</strong> lo reprimido- se constituye en sustituto<br />
<strong>de</strong> un modo <strong>de</strong> satisfacción pulsional que no concilia bien con el i<strong>de</strong>al.<br />
Se ha mencionado muchas veces la cuestión <strong>de</strong> la caída <strong>de</strong> <strong>los</strong> i<strong>de</strong>ales<br />
como el signo <strong>de</strong> esta época. Consi<strong>de</strong>ro que no se trata <strong>de</strong> esto. De lo<br />
que se trata es <strong>de</strong> un cambio en la función <strong>de</strong>l i<strong>de</strong>al: el i<strong>de</strong>al ya no or<strong>de</strong>na<br />
<strong>los</strong> modos <strong>de</strong> gozar sino más bien or<strong>de</strong>na gozar. Asistimos, entonces, a<br />
un tiempo en que se promueve la <strong>de</strong>clinación <strong>de</strong>l sentido en benecio <strong>de</strong><br />
un empuje superyoico a gozar sin límites, sin medida. ¿Será entonces<br />
que el i<strong>de</strong>al ya no funciona como condición <strong>de</strong> la represión? Tal vez esta<br />
particularidad nos permite a <strong>los</strong> analistas pensar si el pa<strong>de</strong>cimiento subjetivo<br />
actual se congura <strong>de</strong>l mismo modo que en la época <strong>de</strong> la moral<br />
victoriana <strong>de</strong> Freud.<br />
“Si alguien le encuentra un sentido a la vida, por favor que lo escriba”, tal<br />
es la frase que escribió en el aula el adolescente que entró a matar en su<br />
escuela <strong>de</strong> Carmen <strong>de</strong> Patagones. En la película Elephant po<strong>de</strong>mos ver<br />
qué le dice uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> adolescentes al otro en el instante previo al acto<br />
en que realizan la matanza en la escuela norteamericana: “divertite”. Ese<br />
es el único sentido presente allí.<br />
Jacques-Alain Millar en una conferencia que realizara hace pocos años en<br />
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