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SAN AGUSTÍN - 10

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160 Sermón 213<br />

vida y liberación eterna. Damos gracias a Dios porque concedió<br />

este don a su Iglesia. Ved que vais a acercaros a la fuente santa:<br />

os bañaréis en el bautismo salvador y os renovaréis en el<br />

baño de la regeneración; al salir de ese baño quedaréis sin pecado<br />

alguno. Todo lo que en el pasado os perseguía quedará<br />

destruido allí. Vuestros pecados serán semejantes a los egipcios<br />

que perseguían a los israelitas; los persiguieron, pero sólo<br />

hasta el mar Rojo. ¿Qué significa «hasta el mar Rojo»? Hasta<br />

la fuente consagrada con la cruz y sangre de Cristo. Lo que es<br />

rojo tiñe de rojo. ¿No ves cómo está teñido de rojo el partido<br />

de Cristo? 5 Pregunta a los ojos de la fe; si miras a la cruz,<br />

pon atención también en la sangre; si miras a lo que de ella<br />

cuelga, considera también lo que derramó. El costado de Cristo<br />

fue perforado con una lanza, y manó nuestro precio. Es la razón<br />

por la que el bautismo, es decir, el agua en la que os sumergís<br />

y por la que pasáis cual si fuera el mar Rojo, es signada<br />

con la señal de Cristo. Vuestros pecados son vuestros enemigos;<br />

van detrás de vosotros, pero sólo hasta el mar. Cuando<br />

hayáis entrado en él, vosotros os libraréis, pero ellos serán aniquilados,<br />

del mismo modo que el agua cubrió a los egipcios,<br />

mientras los israelitas pasaban a pie enjuto. ¿Y qué dijo la<br />

Escritura? No quedó ni uno solo de ellos. Sean tus pecados<br />

muchos o pocos, sean grandes o pequeños, ¿qué importa, si no<br />

quedó ni uno solo de ellos? Pero como vivimos en este mundo,<br />

en el que nadie vive sin pecado, su perdón no se obtiene solamente<br />

en el lavado del santo bautismo, sino también mediante<br />

suae dedit hoc donurn. Ecce venturi estis [542] ad fontem sanctum:<br />

diluemini baptismo salutari, lavacro regenerationis renovabimini; eritis<br />

sine ullo peccato, ascendentes de illo lavacro. Omnia quae vos praeterita<br />

persequebantur, ibi delebuntur. Aegyptiis insequentibus Israhelitas similia<br />

erunt vestra peccata; persequentibus, sed usque ad mare Rubrum.<br />

Quid est, usque ad mare Rubrum? Usque ad fontem Christi cruce et<br />

sanguine consecratum. Quod enim rubrum est, rubet. Non vides, quomodo<br />

rubeat pars Christi? Interroga oculos fidei: si crucem vides,<br />

atiende et cruorem: si vides quod pendet, attende quod fudit. Lancea<br />

perforatum est latus Christi, et manavit pretium nostrum. Ideo signo<br />

Christi signatur baptismus, id est, aqua ubi tinguimini, et quasi in mari<br />

Rubro transitis. Peccata vestra hostes vestri sunt: sequuntur, sed usque<br />

ad mare. Cum vos intraveritis, evadetis, illa delebuntur; quomodo<br />

evadentibus per siccum Israhelitis aqua cooperuit Aegyptios. Et quid<br />

dixit scriptura? Unus ex eis non remanút (Ps <strong>10</strong>5,11)- Peccasti multa,<br />

peccasti pauca: peccasti magna, peccasti parva; quid ad unus ex eis non<br />

remansit? Sed quoniam vivituri sumus in isto saeculo, ubi quis non vivit<br />

sine peccato, ideo remissio peccatorum non est in sola ablutione sacri<br />

5 Cuando Agustín habla de la pars Christi, del partido de Cristo, suele hacerlo contraponiéndolo<br />

a la pars Donad, o partido de Donato, d? quien recibe nombre el donatis.rnp,<br />

La entrega del símbolo<br />

la oración del Señor, diariamente repetida, que vais a recibir<br />

dentro de ocho días *. En ella encontraréis una especie de bautismo<br />

diario 7 , de forma que habéis de dar gracias a Dios, que<br />

concedió a su Iglesia este don que proclamamos en el símbolo;<br />

en efecto, después de decir: en la santa Iglesia, añadimos: y<br />

en el perdón de los pecados.<br />

<strong>10</strong>. Y luego: en la resurrección de la carne. Este es el<br />

final; pero el final sin final será la resurrección de la carne;<br />

después ya no existirá en la carne muerte alguna, ningún dolor,<br />

ninguna angustia, hambre o sed; ninguna aflicción, ninguna senectud<br />

o cansancio. No te cause horror la resurrección de la<br />

carne: piensa en lo que la carne tiene de bueno y olvida sus<br />

males. Absolutamente ninguna de las miserias que la carne sufre<br />

ahora existirá allí entonces; seremos eternos, iguales a los<br />

ángeles de Dios; tendremos una única ciudadanía con los santos<br />

ángeles. Seremos poseídos por el Señor, seremos su heredad<br />

y él mismo será la nuestra, pues a él le decimos ahora: El Señor<br />

es la porción de mi heredad; y, refiriéndose a nosotros, se<br />

dijo a su Hijo: Pídemelo, y te daré los pueblos en heredad.<br />

Le poseeremos y seremos poseídos por él; le tendremos a él y<br />

él nos tendrá a nosotros. ¿Qué estoy diciendo? Le cultivamos<br />

y somos cultivados; le damos culto como Dios, y nos cultiva<br />

como un campo. Para convencernos de que nos cultiva, escuchad<br />

al Señor: Yo soy la vid verdadera, vosotros sois los sarmientos,<br />

y mi Padre es el agricultor. Si se le llama agricultor,<br />

baptismatís, sed etiam in oratione dominica et cottidiana, quam post<br />

octo (449) dies accepturi estis. In illa invenietis quasi cottidianum baptismum<br />

vestrum; ut agatis deo gratias, qui donavit hoc munus ecclesiae<br />

suae, quod confitemur in symbolo: ut cum dixerimus <strong>SAN</strong>CTAM ECCLE-<br />

SIAM, adiungamus REMISSIONEM PECCATORUM.<br />

<strong>10</strong>. Post haec, CARNIS RESURRECTIONEM. Iste iam finis est: sed finis<br />

sine fine erit resurrectio carnis; sed erit postea nulla mors carnis, nullus<br />

dolor carnis, nullae angustiae carnis, nulla fames et sitis carnis, nullae<br />

aflictiones carnis, nulla senectus et lassitudo carnis. Noli ergo horrere<br />

carnis resurrectionem: bona eius vide, mala obliviscere. Prorsus quicquid<br />

querelarum est carnalium modo, tune ibi non erit: aeterni erimus, aequales<br />

angelis dei, unam cum angelis sanctis civitatem habebimus. A domino<br />

possidebimur, hereditas eius erimus, et ipse hereditas nostra erit; quoniam<br />

ipsi dicimus modo: domine pars hereditatis meae (Ps 15,5), et de<br />

nobis dictum est Filio ipsius: postula a me, et dabo tibi gentes hereditatem<br />

tuam (Ps 2,8). Possidebimus, et possidebimur: tenebimus, et<br />

tenebimur. Quid dicam? colimus, et colimur; sed colimus [543] ut<br />

deum; colimur ut ager. Ut sciatis quia colimur, dominum audite: ego<br />

6 Véase la nota complementaria 14: La entrega del símbolo y del padrenuestro p.792.<br />

7 El pensamiento es constante en Agustín, aunque la formulación puede variar de<br />

un texto a otro. Así, en el sermón 17,5 habla de la «medicina diaria»; en el 56,12,<br />

de la «purificación diaria»; en La fe y las obras 48, de «medicamento diario».<br />

S.Ag. 24 6<br />

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