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SAN AGUSTÍN - 10

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464 Sermón 241<br />

palabra, seréis verdaderos discípulos míos; conoceréis la verdad,<br />

y la verdad os hará Ubres.<br />

6. Oíd ahora algo aún peor; algo que causa dolor o más<br />

bien risa. Tú, sabio filósofo —por ejemplo, Pitágoras, Platón,<br />

Porfirio y no sé si alguno más de ellos—, ¿por qué te entregas<br />

a la filosofía aquí, es decir, en la tierra? ¿Por qué eres filósofo?<br />

«Para alcanzar la vida feliz», responde. ¿Cuándo la alcanzarás?<br />

«Cuando abandone este cuerpo a la tierra», dice.<br />

Entonces ahora se vive una vida miserable, pero existe la esperanza<br />

de una vida feliz; allí, en cambio, se vive una vida feliz,<br />

pero con la esperanza de otra vida desdichada. En conclusión,<br />

la esperanza de nuestra infelicidad es feliz, a la vez que es infeliz<br />

la esperanza de la felicidad. Rechacemos todas estas cosas<br />

o, mejor, riámonos de ellas, puesto que son falsas, o dolámonos,<br />

porque se las estima en mucho. Todo esto, hermanos, son<br />

los grandes delirios de los grandes sabios. ¡Cuánto mejor retener<br />

los grandes misterios de los grandes santos! Dicen que por<br />

amor a los cuerpos vuelven las almas purificadas, limpias, sabias;<br />

que las almas purificadas vuelven a los cuerpos por amor<br />

a los cuerpos. ¿Es éste el amor del alma purificada? ¿No es<br />

este amor la mayor suciedad?<br />

7. «Pero hay que huir de todo cuerpo.» Porfirio, uno de<br />

sus grandes filósofos, de época reciente, enemigo acérrimo de<br />

la fe cristiana, pues existió en los tiempos cristianos <strong>10</strong> , dijo y<br />

ritis in verbo meo, veré discipuli mei eritis; et cognoscetis veritatem, et<br />

ventas liberabit vos (lo 8,36.31.32).<br />

CAPOT VI.—6. Spes hic esset jelicior quam in illa felicítate.<br />

Deinde audite aliud peius, aliud dolendum vel potius irridendum. Hic<br />

sapiens, hic philosophe, hoc est, in térra (verbi gratia, Pythagoras, Plato,<br />

Porphyrius, et nescio quis alius ipsorum), quare philosopharis? Propter<br />

vitam, inquit, beatam. Quando habebis istam vitam beatam? Cum hoc<br />

corpus, inquit, reltquero in térra. Modo ergo misera vita gerítur, sed spes<br />

est beatae vitae: ibi beata vita geritur, sed spes est miserae vitae. Ergo<br />

spes nostrae mfelici[1137]tatis est felix, et felicitatis infelix. Abiciamus<br />

haec, et vel rideamus quia falsa sunt, vel doleamus quia magna existimantur.<br />

Sunt enim ista, fratres mei, magna magnorum deliramenta doctorum.<br />

Quanto melius tenemus magna magnorum sacramenta sanctorum? Amore<br />

corporum dicunt rediré animas purgatas, mundatas, sapientes, purgatas<br />

animas amore corporum rediré ad corpora. Ergo anima purgata sic amat?<br />

Nonne amor iste magnae sunt sordes?<br />

CAPOT VIL—7. Porphyrii sententia de fugiendo otnni corpore. Refellittir.—Sed<br />

corpus est omne fugiendum. Magnus eorum philosophus<br />

posterius Porphyrius, fidei christianae acerrimus inimicus, qui iam chris-<br />

<strong>10</strong> Nació en el año 232 ó 233 d.C. y murió a principios del siglo rv. No es seguro<br />

si fue cristiano o no, aunque fue discípulo de Orígenes y luego de Plotino. Escribió<br />

una obra en 15 libros contra los cristianos, que fue refutada por Metodio de Olimpo,<br />

Eusebio de Cesárea, Apolinar de Laodícea. La obra fue proscrita por Valentiniano III<br />

y Teodosio II, lo que causó que no se haya conservado ni el escrito de Porfirio ni las<br />

refutaciones cristianas.<br />

Los discípulos de Emaús 465<br />

escribió, aunque avergonzándose de sus mismos delirios y corregido<br />

en parte por los cristianos, estas palabras: «Hay que huir<br />

de todo cuerpo.» Dijo «de todo» como si todo cuerpo fuese<br />

una cadena insoportable para el alma n . Por tanto, si hay que<br />

huir de todo cuerpo, no te deja lugar a que le alabes alguno,<br />

ni a que le digas cómo lo alaba nuestra fe, adoctrinada por<br />

Dios. El cuerpo que ahora poseemos, aunque llevemos en él el<br />

castigo del pecado y, como cuerpo que se corrompe, oprima al<br />

alma, con todo, tiene su belleza; la disposición de los miembros,<br />

la distinción de los sentidos, la posición erguida ,2 y otras<br />

cosas que, atentamente consideradas, causan estupor; además<br />

será completamente incorruptible, completamente inmortal, con<br />

suma facilidad y agilidad para moverse. Pero dice Porfirio: «No<br />

hay motivos para alabar a un cuerpo; si el alma quiere ser feliz,<br />

ha de huir de todo cuerpo, cualquiera que sea.» Esto lo dicen<br />

los filósofos, pero se equivocan, deliran. Lo probaré sobre la<br />

marcha; no quiero discutir por más tiempo. Todo lo que se<br />

afirma, ha de afirmarse de algo: el sujeto y el predicado son<br />

dos cosas íntimamente relacionadas. Dios lo supera todo y a él<br />

todo le está sujeto. También el alma, si tiene algún honor cabe<br />

Dios, ha de tener algo que le esté sujeto. Pero no quiero discu-<br />

tianis temporibus fuit; sed tamen ab ipsis deliramentis erubescendo, a<br />

Christianis ex aliqua parte correptus, dixit, scripsit: Corpus est omne<br />

fugiendum. Omne dixit, quasi omne corpus vinculum aerumnosum sit<br />

animae. Et prorsus si corpus qualecumque est fugiendum, non est ut<br />

laudes ei corpus, et dicas quomodo Deo docente fides nostra laudat<br />

corpus; quia et corpus quod modo habemus, quamvis habeamus hinc<br />

poenam de peccato, et corpus quod corrumpitur, aggravet animam (Sap<br />

9,15); tamen habet corpus istud speciem suam, dispositionem membrotum,<br />

distinctionem sensuum, erectam staturam, et cetera quae bene<br />

considerantes stupent. Verumtamen illud omnino incorruptibile, omnino<br />

immortale, omnino ad movendum agüe et facile erit. Sed ait Porphyrius:<br />

Sine causa mihi laudas corpus; qualecumque sit corpus, si vult esse<br />

beata anima, corpus est omne fugiendum. Hoc dicunt philosophi; sed<br />

errant, sed delirant. Cito probo, nolo diutius disputare; quia illa quae<br />

praedicata est debet habere subditum. Dúo enim sunt invicem sibi<br />

conexa, praedicata et subdita. Superat omnia Deus: huic cuneta sunt<br />

subdita. Et anima si habet aliquem honorem apud Deum, debet habere<br />

aliquid subditum. Sed nolo hinc diutius disputare, libros vestros lego:<br />

11 Véase La ciudad de Dios X 29; XXII 26; La concordancia de los evangelistas I<br />

15,23.<br />

12 En el Comentario literal al Génesis (VI 12,22) escribe el Santo: «Pero esta imagen<br />

(de Dios) no la tiene en el cuerpo, sino en el alma... En el cuerpo, el hombre<br />

tiene también cierta propiedad, que puede ser indicio de una superioridad sobre las<br />

bestias, como es el haber sido creado de forma recta y erguida, una advertencia de que<br />

no debe ir en pos de las cosas terrenas como esas bestias, cuyos deleites son todos<br />

terrenos, por lo que se hallan inclinadas y con el vientre hacia la tierra. Luego también<br />

su cuerpo se acomoda a su alma racional... en su posición recta y erguida al cielo.»<br />

Véase también Comentario inacabado al Génesis 60; 83 cuestiones diversas 51; La Trinidad<br />

XI 1,1. El motivo se encuentra ya en Aristóteles y en el estoicismo.

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