SAN AGUSTÍN - 10

524 Sermón 249
placieron demasiado en sí mismos y no quisieron soportar a los
demás como si fueran malos, rompieron las redes y perecieron
en el mar. Vivid bien en medio de los malos; no os arrastren
los malos cristianos a vivir mal. No piense tu corazón: «Sólo yo
soy bueno.» Si comienzas a ser bueno, cree que hay también
otros, si tú has podido serlo. No adulteréis, no forniquéis, no
os dediquéis al fraude, no robéis, no digáis falso testimonio,
no juréis en falso, no os embriaguéis, no neguéis un préstamo,
no os quedéis con lo hallado en la posesión de otro. Cumplid
todo esto y otras cosas semejantes, viviendo seguros en medio
de los peces malos. Nadáis en el interior de la misma red; pero
llegaréis a la orilla y después de la resurrección os encontraréis
a su derecha. Allí nadie será malo. Si no la cumplís, ¿de qué os
aprovecha conocer la ley, conocer los mandamientos de Dios,
saber qué cosa es buena y cuál mala. ¿No reprueba la conciencia
esa ciencia? Aprended, pero para obrar.
3. Los mandamientos de Dios están contenidos en un decálogo,
porque en ese número se encierra el misterio grande
de la perfección. Los diez preceptos de la ley fueron escritos en
tablas de piedra por el dedo de Dios, o sea, por el Espíritu
Santo; en una tabla están los preceptos que se refieren a Dios,
en la otra los que se refieren al hombre. ¿Por qué así? Porque
en el amor de Dios y del prójimo está contenida toda la ley
y los profetas. Pero ¿qué poder tienen estos diez mandamientos?
Se otorgó la ley; pero, si se hubiese otorgado una ley
que pudiera vivificar, la justicia provendría totalmente de la
multum sibi placuerunt, et quasi malos sustinere noluerunt, retia mperunt,
in mari perietunt. Vivite inter malos bene, non vobis suadeant mali
christiani male vivere. Non dicat cor tuum: Ego solus sum bonus. Si
coeperis esse bonus, crede esse et alios, si tu esse potueris. Ne adulteretis,
ne fornicemini, ne fraudem faciatis, ne furemini, ne falsum testimonium
dicatis, ne falsum iuretis, ne inebriemini, ne commodatum negetis,
ne inventum alicuius in vico non reddatis. Haec et talia facite, securi
inter malos pisces. Intra eadem retia natatis; sed venietis ad littus, post
resurrectionem in dextera inveniemini. Ibi nullus est malus. Quid enim,
quia legem nostis, quia Dei mandata cognoscitis, quia scitis quid sit
bonum et malum, quid vobis prodest, si non faciatis? Non ne ipsa
scientia punitur conscientia? Sic discite, ut faciatis.
3. Mandata Dei nonniú per gratiam impleri, intellegitur in numero
pucium captorum.—Mandata Dei propter magnum perfectionis mysterium
Decálogo continentur. Decem praecepta Legis sunt scripta in tabulis
lapidéis digito Dei, hoc est Spiritu sancto; in una tabula, praecepta
quae ad Deum pertinent; in altera, quae ad hominem pertinent. Quare
hoc? Quia in dilectione Dei et proximi tota Lex pendet et Prophetae
(cf. Mt 22,37-40). Se 1 quid valent ista decem? Data est lex, sed si data
esset lex quae posset vivificare, omnino ex lege esset iustitia (Gal 3,21).
La pesca milagrosa 525
ley. Conoces la ley, pero no la cumples. La letra mata; mas
para cumplirla, puesto que la conoces, el Espíritu, en cambió,
vivifica. Añádase al 10 el 7. Como la ley está recogida en el
decálogo, así el Espíritu Santo se manifiesta septiforme. Por
esto se le invoca sobre los bautizados 2 para que Dios les conceda,
conforme al profeta, el espíritu de sabiduría y entendimiento.
Ya son dos manifestaciones. El espíritu de consejo y fortaleza:
son ya cuatro. El espíritu de ciencia y de piedad: ved que
son seis. El espíritu del temor del Señor: he aquí la séptima.
Si al 10 se le añaden estos 7, resultan 10. ¿Qué acabo de decir?
Parece algo absurdo: 7 más 10 son 10. Parecería que he olvidado
cómo se suma. No debí decirlo, pues. Cuando a 10 se
suman 7, resultan 17. Esto lo saben todos; por eso, ¿no se
reían de mí estos chiquillos cuando decía que 10 más 7 son 10?
Y, no obstante, lo afirmo, lo repito y no me avergüenzo de
ello. Cuando lleguéis a comprenderlo, en vez de reprender mi
forma de contar, amaréis estas sutilezas. El número 10 se refiere
a los preceptos de la ley; pero sumé también las siete
operaciones del Espíritu Santo. Cuando se añaden estas siete
a aquéllos, se obtienen los diez: cuando se hace presente el
Espíritu Santo, se cumple la ley. Si, en cambio, no se añaden
estas siete, no se obtienen aquellos 10: literalmente existían,
pero la letra mata; la ciencia engendra al transgresor. Hágase
presente el Espíritu, y entonces se cumple la ley; pero con la
ayuda de Dios, no por tus fuerzas. Estáte atento, pues; no
demos demasiada importancia a pertenecer al 10. Pues, si la
Nosti legem, et non facís legem; Littera occidit; ut autem facías quod
nosti, Spiritus autem vivificat (2 Cor 3,6). Accedant ad decem septem.
Sicut enim lex Decálogo significatur, ita Spiritus sanctus septiformis
ostenditur. Ipse invocatur super baptizatos ut det illis Deus, secundum
prophetam, Spiritum sapientiae [1163] et intellectus: ecce dúo. Spiritum
consilii et fortitudinis: ecce quattuor. Spiritum scientiae et píetatis: ecce
sex. Spiritum timoris domini: ecce septem (cf. Is 11,2.3). Quando ista
septem accesserunt, fiunt decem. Quid dixi? Quasi absurdum est; Cum
septem ad decem accesserunt, fiunt decem; quasi oblitus sum numerare.
Ergo dicere debui: Cum septem ad decem accesserunt, fiunt decem et
septem. Hoc omnes norunt; nam cum dicerem: Cum septem ad decem
accesserunt, fiunt decem; pueri isti non me ridebant? Et tamen dico, et
repeto, non erubesco. Cum intellexeritis, non reprehendetis computantem,
sed amabitis disputantem. Decem sunt illa praecepta legis; sed enumeravi
et septem cooperatíones Spiritus sancti. Cum ista septem accesserint,
fiunt decem: cum Spiritus sanctus accesserit, ímpletur lex. Si autem ista
septem non accesserint, non fiunt illa decem: in littera erunt, sed littera
occidit; scientia praevaricatorem facit. Accedat Spiritus, et ímpletur lex,
ndiutorio Dei, non viribus tuis. Ergo vide: non valde amemus pertinere
2 Alusión a la invocación que acompañaba la imposición de manos.