SAN AGUSTÍN - 10

592 Sermón 256
sobre la tierra? ¿Cómo quieres que no esté preocupado cuando
se me dice todavía: Vigilad y orad para no caer en tentación?
¿Cómo quieres que no esté preocupado, si abunda tanto la
tentación que hasta la misma oración nos ordena decir: Perdónanos
nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros
deudores? Si a diario pedimos, a diario somos deudores.
¿Quieres que me sienta seguro cuando cada día tengo que pedir
perdón por los pecados y ayuda ante las dificultades? Después
de haber dicho: Perdónanos nuestras deudas, así como
nosotros perdonamos a nuestros deudores a causa de los pecados
pasados, a causa de los peligros del futuro, añado inmediatamente:
No nos dejes caer en la tentación. ¿Cómo decir que
el pueblo se halla en el bien, si grita conmigo: Líbranos del
mal? Con todo, hermanos, en medio de este mal cantemos el
Aleluya al Dios bueno que nos libra del mal. ¿Por qué miras
a tu alrededor buscando el mal del que ha de librarte? No vayas
lejos, no disperses la mirada de la mente por doquier. Vuelve
a ti mismo, examínate. Tú eres aún malo. Por tanto, cuando
Dios te libra de ti mismo, entonces te libra del malo. Escucha
al Apóstol y comprende de qué mal tienes que ser liberado.
Me deleito, dice, en la ley de Dios según el hombre interior;
pero veo otra ley en mis miembros que opone resistencia a la
ley de mi mente y que me cautiva en la ley del pecado que
reside. ¿Dónde? Que me cautiva en la ley del pecado que reside
en mis miembros, dijo. Había pensado que te tenía cautivo
de no sé qué gente bárbara desconocida; que te tenía cautivo
(Iob 7,1)? Non vis ut sim sollicitus, quando mihi adhuc dicitur: Vigilate
et orate, ne intretis in tentationem (Me 14,38)? Non vis ut sim sollicitus,
ubi sic abundat tentatio, ut nobis ipsa praescribat oratio, quando dicimus:
Dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris?
Quotidie petitores, quotidie debitores. Vis ut sim securus, ubi quotidie
peto indulgentiam pro peccatis, adiutorium pro periculis? Cum enim dixero
propter praeterita peccata: Dimitte nobis debita nostra, sicut et nos
dimittimus debitoribus nostris: continuo proptet futura pericula addo et
adiungo, Ne nos inferas in tentationem (Mt 6,12.13). Quomodo est autem
populus in bono, quando mecum clamat: Libera nos a malo? Et tamen,
fratres, in isto adhuc malo cantemus Alleluia Deo bono, qui nos liberat
a malo. Quid circum inspicis unde te libetet, quando te liberat a malo?
Noli longe iré, noli aciem mentís circumquaque distendere. Ad te redi,
te réspice. Tu es adhuc malus. Quando ergo Deus te ipsum liberat a te
ipso, tune te liberat a malo. Apostolum audi; et ibi intellege a quo malo
sis liberandus. Condelector, inquit, legi Dei secundum interiorem hominem;
video autem aliam legem in membris meis repugnantem legi mentís
meae, et captivantem me in lege peccati, quae est. Ubi? Captivantem,
inquit, me in lege peccati, quae est in membris meis (Rom 7,22-23).
Putavi quia captivavit te sub nescio quibus ignotis barbaris: putavi quia
captivavit te sub nescio quibus gentibus alienis, vel sub nescio quibus
El «Aleluya» 593
bajo no sé qué gente extraña o bajo no sé qué hombres. Que
reside, dijo, en mis miembros. Exclama, pues, con él: ¡Desdichado
de mil ¿Quién me librará? Dime de qué. Del carcelero,
dice uno; de la cárcel, de la cautividad de los bárbaros, de la
fiebre y la enfermedad, dicen otros. Dinos tú, Apóstol, no
adonde hemos de ser enviados o conducidos, sino lo que llevamos
en nosotros, lo que somos; di: Del cuerpo de esta muerte.
¿Del cuerpo de esta muerte? Sí, del cuerpo de esta muerte.
2. Uno dirá: «El cuerpo de esta muerte no me pertenece;
para mí no es más que una cárcel y una cadena temporal; vivo
en cuerpo de muerte, pero no soy cuerpo de muerte.» Te pierdes
en razonamientos, y por eso no serás liberado. «Yo, dice,
soy espíritu; no soy carne, aunque vivo en la carne; una vez
que sea liberado de ella, ¿qué tendré que ver después con la
carne?» ' ¿Quién queréis, hermanos, que responda a estos razonamientos:
yo o el Apóstol? Si respondo yo, es posible que,
por la bajeza del ministro, caiga en desprecio la grandeza de la
palabra. Prefiero callar. Escucha conmigo al doctor de los gentiles;
escucha conmigo al vaso de elección para que haga desaparecer
en ti el afán de discusión. Escucha, pero repite antes
lo que decías. Esto es lo que en efecto decías: «Yo no soy
carne, sino espíritu. Gimo en la cárcel; pero, cuando desaparezcan
estas cadenas y la cárcel misma, quedaré libre. La tierra
será devuelta a la tierra y el espíritu será recibido en el cielo;
hominibus dominis. Quae est, inquit, in membris meis. Exclama ergo cum
illo: Miser ego homo, quis me liberabit? Unde quis liberabit? Dic unde.
Alius dicit ab optione, alius de carcere, alius de barbarorum captivitate,
alius de febre atque languore: dic tu, Apostóle, non quo mittamur, aut
quo ducamur; sed quid nobiscum portemus, quid nos ipsi simus, dic:
De corpore mortis huius. De corpore mortis huius? De corpore, inquit,
mortis huius (ib., 24).
2. Error quorumdam, carnem non pertinere ad hominem.—Alius
dicit: Corpus mortis huius non ad me pertinet; carcer meus est ad
tempus, catena mea est ad tempus; in corpore mortis sum ego; non
corpus mortis sum ego. Argumentaris, ideo non liberaris. Ego enim,
inquit, spiritus sum; caro non sum, sed in carne sum: cum fuero liberatus
a carne, quid erit mihi deinde cum carne? Huic argumentationi
vultis, fratres, ut ego respondeam, an Apostolus? Si ego respondero,
contemnetur fortassis magnitudo verbi propter vilitatem ministri. Taceo
potius. Audi mecum Doctorem Gentium: audi mecum Vas electionis, ut
a te tollatur controversia dissensionis. Audi, [1192] sed dic prius quod
dicebas. Nempe hoc dicebas: Non sum ego caro, sed spiritus sum. In
carcere meo gemo: quando fuerit hoc vinculum et hoc ergastulum dissolutum,
ego liber abscedo. Terra terrae redditur, spiritus cáelo recipitur:
' Razonamientos que proceden de la filosofía platónica. Véase la nota 1 al sermón
241.