SAN AGUSTÍN - 10

554 Sermón 252
mero, es decir, el 150, en tres partes, y obtenemos 50. Así,
pues, debemos centrar nuestra reflexión sobre el número 50.
9. ¿Se trata, acaso, de los cincuenta días que estamos celebrando?
No sin motivo, hermanos míos, conserva la Iglesia
la tradición antigua de cantar el Aleluya durante estos cincuenta
días. Aleluya y alabanza a Dios son la misma cosa. Con él se
nos anticipa simbólicamente, en medio de nuestras fatigas, lo
que haremos en el descanso eterno. En efecto, cuando después
del trabajo presente lleguemos a aquel descanso, la única ocupación
será la alabanza de Dios, todo nuestro obrar se reducirá
al Aleluya. ¿Qué significa el Aleluya? Alabad a Dios. ¿Quién
alaba a Dios sin desfallecer a no ser los ángeles? No sufren
hambre ni sed, no enferman ni mueren. También nosotros hemos
cantado el Aleluya; se cantó ya esta mañana, y hace poco,
cuando yo aparecí, volvimos a cantarlo. Llega hasta nosotros
un cierto olor de aquella alabanza divina y de aquel descanso,
pero es más fuerte el peso de la mortalidad. El simple repetirlo
nos cansa, y queremos reponer las fuerzas de nuestros miembros;
si dura mucho tiempo, nos resulta gravoso el alabar a Dios
por el estorbo de nuestro cuerpo. Si la plenitud ha de consistir
en el canto ininterrumpido del Aleluya, tendrá lugar sólo después
de este mundo y estas fatigas. ¿Qué hacer, pues, hermanos?
Repitámoslo cuantas veces podamos para merecer cantarlo
por siempre. Nuestro alimento, nuestra bebida, nuestro
descanso y todo nuestro gozo allí será el Aleluya, es decir, la
alabanza de Dios. ¿Quién, en efecto, alaba algo sin cansancio
pars tertia, quinquaginta sunt. Itaque riostra tota consideratio in quinquagenario
numero figenda est.
CAPUT IX.—9. Quinquaginta dies, et Alleluia post Pascha antiquae
traditionis.—Numquid forte ipsi sunt quinquaginta isti dies, quos nunc
celebramus? Non enim sine causa, fratres mei, consuetudinem antiquae
traditionis tenet Ecclesia, ut per istos quinquaginta dies Alleluia dicatur.
Alleluia enim laus est Dei. Significatur ergo nobis laborantibus actio
quietis nostrae. Cum enim post istum laborem ad illam réquiem veniemus,
solum negotium laus Dei erit, actio nostra ibi Alleluia est. Quid
est Alleluia? Laúdate Deum. Quis laudet Deum sine defectu, nisi Angeli?
Non esuriunt, non sitiunt, non aegrotant, non moriuntur. Nam et nos
diximus Alleluia, et cantatum est mane hic, et cum iam adessemus, paulo
ante diximus Alleluia. Odor nos quidam divinae laudis, et illius quietis
attingit, sed ex maiore parte mortalitas premit. Lassamur enim dicendo,
et membra nostra reficere volumus; et si diu dicatur Alleluia, onerosa
nobis est laus Dei, propter molem corporis nostri. Nam plenitudo sine
cessatione in Alleluia, post hoc saeculum et post laborem erit. Quid ergo,
fratres? Dicamus quantum possumus, ut semper dicere mereamur. Ibi
cibus noster Alleluia, potus Alleluia, actio quie[1177]tis Alleluia, totum
gaudium erit Alleluia, id est, laus Dei. Quis enim laudat aliquid sine
La pesca milagrosa 555
sino el que goza sin fastidio? ¡Cuál no será, pues, el vigor del
espíritu; cuál la inmortalidad y la solidez del cuerpo, si ni la
mente decaerá de la contemplación de Dios ni los miembros
sucumbirán en esa interminable alabanza de Dios!
10. ¿Por qué, pues, son cincuenta los días asignados para
la celebración de este misterio? Como atestiguan los Hechos de
los Apóstoles, el Señor vivió con sus discípulos cuarenta días
después de su resurrección. Transcurridos los cuales subió al
cielo, y diez días después envió al Espíritu Santo. Llenos de
él, los apóstoles y cuantos estaban reunidos en un mismo lugar
hablaron en lenguas y realizaron obras portentosas, anunciando
la palabra de Dios con gran confianza, cosas todas que nosotros
ahora leemos y aceptamos con fe. Pasó en la tierra cuarenta
días con sus discípulos después de la resurrección y antes de la
pasión había ayunado durante otros cuarenta. No encontrarás
ningún otro que haya ayunado cuarenta días, a excepción del
Señor, Moisés y Elias. El Señor, representando al Evangelio;
Moisés, a la ley, y Elias, a los profetas, pues el Evangelio
recibe el testimonio de la ley y los profetas. Por esta razón,
cuando Jesús nuestro Señor quiso mostrar su gloria en el monte,
apareció en medio de Moisés y Elias. El estaba resplandeciente
en el centro, como en puesto de honor; a los lados le
daban testimonio la ley y los profetas. Por tanto, el número 40
es símbolo del tiempo presente, tiempo de las fatigas en este
mundo, porque la sabiduría se nos dispensa en el tiempo. Una
defectu, nisi qui fruitur sine fastidio? Quantum ergo erit robur in mente,
quanta immortalitas et firmitas in corpore, ut ñeque mentís deficiat
¡ntentio in contemplatione Dei, ñeque membra succumbant in continuatione
laudis Dei?
CAPUT X.—10. Quinquagenarü et quadragenañi numen mysterium.
Quadragenarius numerus, hoc tempus significat.—Quare ergo quinquaginta
dies in hoc mysterio celebrantur? Dominus quadraginta dies fecit
cum discipulis post resurrectionem, sicut Actus Apostolorum testantur:
post quadraginta dies ascendit in caelum, et décimo die postea quam
ascendit, misit Spiritum sanctum. Quo impleti Apostoli, et omnes qui
convenerant in unum, locuti sunt linguis, et fecerunt illa magnalia, quae
legentes et credentes amplectimur, cum magna fiducia loquentes verbum
Dei (cf. Act 1-2). Quadraginta dies fecit in térra cum discipulis, ante
passionem autem quadraginta dies ieiunavit (cf. Mt 4,2): non invenís
alium ieíunasse quadraginta diebus, praeter Dominum, et Moysen (cf.
Ex 34,28), et Eliam (cf. 3 Reg 19,8). Dominus tanquam Evangelium,
Moyses tanquam Lex, Elias tanquam Prophetia: quia Evangelium testimonium
habet a Lege et Prophetis (cf. Rom 3,21). Ideo et in monte,
quando voluit ostendere Dominus noster Iesus gloriam suam, inter
Moysen et Eliam stetit (Mt 17,2-3). Medius in honore ipse fulgebat:
Lex et Prophetae a lateribus attestabantur. Quadragenarius ergo numerus
tempus hoc significat, in quo laboramus in saeculo: quia sapientia nobis