SAN AGUSTÍN - 10

192 Sermón 216
¿Qué meretriz hay más torpe, más deshonrosa que la primera
y la última en ser enumeradas, a saber, la fornicación y la avaricia?
Con toda verdad llamó a ésta servidumbre a los ídolos,
pues debéis reconocerla y evitarla no sólo en el lujo corporal,
sino también en el flujo del alma, no sea que incurráis en aquella
perdición con que amenaza el casto esposo y el justo juez a
quien se le dice: Perdiste a todo el que fornicando se aleja de
ti. ¡Cuánto más justo y más provechoso será que cada uno,
desde la castidad del corazón, clame a él, diciendo: Mi bien
consiste en estar unido al Señor. Esta unión la otorga aquel
amor del que se dice igualmente: Amor sin ficción; sintiendo
odio hacia el mal y uniéndoos al bien.
6. Ved dónde está vuestro estadio, dónde el combate de
los luchadores, dónde la carrera de los atletas, dónde el pugilato
de quienes se golpean. Si queréis derrotar con vuestros
brazos al pernicioso antagonista de vuestra fe, derribad las
obras malas y abrazaos a las buenas. Si queréis correr y alcanzar
el trofeo, huid del malvado, seguid al justo. Si queréis boxear,
pero no soltando golpes al aire, sino hiriendo virilmente
al enemigo, castigad vuestro cuerpo y reducidlo a servidumbre,
de modo que, absteniéndoos de todo y luchando en toda regla,
alcancéis el triunfo, haciéndoos partícipes del premio celestial
y de la corona inmarcesible. Completad con el examen y contrición
de vuestro corazón lo que hacemos en vosotros invocando
el nombre de vuestro redentor. Nosotros resistimos a
los engaños del viejo enemigo con preces y súplicas a Dios;
turpior, quae dedecorosior est meretrix, quam ipsa quae prima posita
est fornicatio, et ultima avaritia? Quam idolorum servitutem veraciter
appellavit; quia non solum in corporis luxu, sed etiam in animae fluxu
agnoscere et vitare debetis, ne illam perditionem minacis et casti sponsi
ac iusti iudicis incurratis, cui dicitur: Perdidisti omnem qui fornicatur
abs te. Quanto iustius, quanto utilius, ín cordis ad eum castitate singuli
quique clamabitis: Mibi adhaerere Deo, bonum est (Ps 72,27.28)? Hanc
adhaesionem illa dilectio praestat, de qua similiter dicitur: Dilectio sine
simulatione; odio habentes malum, adhaerentes bono (Rom 12,9).
[1080] CAPUT VI.—6. Quod Mis certamen indictum. Exorctsmus
adiurato Christi nomine. Maledicta in diabolum Expulsio diaboli.—Ecce
ubi est stadium vestrum, ecce ubi lucta certantium, ecce ubi cursus
currentium, ecce ubi ferientium pugillatus. Si vultis perniciosissimum
colluctatorem fidei lacertis elidere; prosternite mala, complectimini
bona.Si vultis sic currere, ut comprehendatis; fugite iniquum, consequimini
iustum. Si vultis sic pugillare, ut non aerem caedatis, sed hostem
viriliterferiatis; castígate corpus vestrum, et in servitutem redigite, ut
ab ómnibus abstinentes ac legitime certantes, bravii caelestis et incorruptae
coronae participes triumphetis. Quod in vobis adiurato vestri Redemptoris
nomine facimus, hoc vestri cordis scrutatione et contribulatione
complete. Nos precibus ad Deum et increpationibus inveteran hostis
La devolución del símbolo 193
vosotros persistid en los deseos y contrición de vuestro corazón
para libraros del poder de las tinieblas y ser trasladados al reino
de su luz. Tal es ahora vuestra tarea, tal vuestro trabajo. Nosotros
acumulamos contra él las maldiciones ó merecidas por sus
maldades; vosotros retadle a esa lucha gloriosísima con vuestra
aversión y piadosa renuncia 7 . Este enemigo de Dios y vuestro
—y también de sí mismo— ha de ser quebrantado, vencido
y echado fuera, pues su furor es insolente frente a Dios, dañino
para vosotros y pernicioso en contra suya. Maquine muertes
por doquier, tienda lazos, agudice sus lenguas múltiples y engañosas;
todos sus venenos podéis arrojarlos de vuestro corazón
invocando el nombre del Salvador.
7. Sus sugestiones criminales, sus encantadores atractivos,
serán sacados ahora a la luz pública y serán publicados. Ahora
es aniquilado el cautiverio mediante el cual ejercía su posesión
tiránica; se os quitará el yugo con que cruelmente os oprimía
y se colocará sobre su cerviz. Para vuestra liberación se os pide
solamente que deis el consentimiento a vuestro Redentor 8 . Esperad
en él, asamblea del nuevo pueblo, pueblo que estás a
punto de nacer, pueblo que hizo el Señor; esmérate para ser
alumbrado con salud y evitar un aborto propio de fieras. Pon
tus ojos en el seno de la madre Iglesia; advierte su esfuerzo
envuelto en gemidos para traerte a la vida, para alumbrarte con
dolis resistimus; vos votis et vestri cordis contritione persistite, ut
eruamini de potestate tenebrarum, et transferamini in regnum claritatis
eius. Hoc est nunc opus vestrum, et hic labor vester. Digna in eum
nos suis nequitiis maledicta congetimus; vestra vos potius aversione ac
pia renuntiatione gloriosissimum ei certamen indicite. Atterendus, vinciendus,
excludendus est Dei et vester, ac sui potius inimicus. Nam
furor eius et in Deum protervus, et adversum vos nefarius, etin se
perniciosus ostenditur. Anhelet usquequaque caedes, supponat muscipulas,
exacuat multíplices et dolosas línguas suas: omnia venena eius, obtestato
nomine Salvatoris, vestris cordibus effundite.
CAPUT VII.—7. Ad spiritualem renascentiam cooperentur Christo
et Ecclesiae.—Quidquid facinorosissimis suggestionibus, quidquid flagitiosissimis
illecebris immittebat, nunc exhaurietur, nunc publicabitur.
Nunc populabitur captivitas eius, qua vos tyrannice possidebat. Avertetur
a vobis iugum, quo vos immaniter deprimebat, et eius cervicibus imponetur:
tantum vos in liberationem vestram, Redemptori vestro vestrum
praebete consensum. Sperate in eum, omne concilium novae plebis, et
popule qui nasceris, quem fecit Dominus, enitere ut salubriter pariaris,
ne feraliter abortiaris. Ecce uterus matris Ecclesiae, ecce ut te pariat,
6 Información sobre esas maldiciones las tenemos en San Optato de Milevi (El
cisma donatista IV 6). De su relato se deduce que en los exorcismos se decía: «Maldito,
sal fuera»; él, en efecto, se sirve de este rito para argumentar a los donatistas en
contra del segundo bautismo, pues equivaldría a decir a Dios: «Maldito, sal fuera.»
7 Quizá haya que ver aquí una alusión a un rito de renuncia. Véase J. M. JANSSENS,
Sacramentum conversionis: Gregorianum 42 (1961) 113-116.
8 Quizá se deba ver aquí una alusión a un rito de adhesión, como sugiere J. M. Janssens
(véase nota anterior).
S.Ag. 24 7