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SAN AGUSTÍN - 10

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Sermón 229 T<br />

En efecto, Dios no abandonó la noche, pues le dio sus astros<br />

propios. El día busca el sol, y el sol le es suficiente; la luna y<br />

las estrellas se dieron para la noche y la iluminan; y, cuando<br />

la luna no luce sobre la tierra, la luz que existe en el aire procede<br />

de las estrellas. ¿A qué se debe el que salgamos fuera en<br />

la noche y veamos los árboles? Aunque no los distinguimos,<br />

vemos, de todos modos, la luz de las estrellas. Cuando las nubes<br />

son densas, desaparece hasta la luz de éstas, y el hombre se<br />

encuentra a sí mismo bajo el cielo como dentro de su habitación.<br />

También la noche tiene, pues, cierta luz que le es propia.<br />

Veamos lo que dice el Apóstol respecto a aquellos regalos y<br />

dones espirituales: A cada uno se le otorga una manifestación<br />

del espíritu para la utilidad común. ¿Cómo se le otorga? A uno<br />

se le otorga, por medio del espíritu, la palabra de sabiduría; a<br />

otro, la palabra de ciencia. Quien entiende la diferencia que hay<br />

entre la palabra de sabiduría y la palabra de ciencia, ha entendido<br />

la diferencia que hay entre el astro mayor y el menor.<br />

Escuchemos la palabra de sabiduría: En el principio existía la<br />

Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.<br />

Esta existía en el principio, etc. Quienes comprenden esto son<br />

día, les alumbra el sol; pero no llegaron a la luz sin antes pasar<br />

por la noche: Pues las tinieblas estaban sobre el abismo, y dijo<br />

Dios: «Hágase la luz.» Nadie diga que comenzó siendo luz.<br />

Todos hemos alcanzado la justificación siendo pecadores. Quienes<br />

puedan, entiendan lo que dije acerca del evangelio. Pero alguien<br />

me dice: «No hemos entendido qué significa: En el prin-<br />

deseruit deus; dedit illi luminaria sua. Dies solem quaerit, sol ei sufficit:<br />

luna et stellae nocti datae sunt, inluminant illam; et quando luna non<br />

lucet super terram, lux illa quae est in aere de stellis est. Vnde fit, ut<br />

exeamus foras nocte et uideamus arbores; et si non discernimus, tamen<br />

uidemus utcumque lucem stellarum: et ideo quando crassa sunt nubila,<br />

tollitur et lux stellarum, et sic est homo ante se sub diuo, quomodo<br />

intus in cubículo. Ergo habet et nox lucem quamdam suam. Videamus<br />

quid dicit apostolus in lilis muneribus, in illis donis spiritalibus: Vmenique<br />

datur manifestatio spiritus ad [2<strong>10</strong>] utilitatem. Quomodo datur?<br />

Alii quidem datur per spiritum sermo sapientiae, alii sermo scientiae<br />

(1 Cor 12,7-8). Qui intellegit quid intersit inter sermonem sapientiae et<br />

sermonem scientiae, intellexit quid intersit inter luminare maius et luminare<br />

minus. Audiamus sermonem sapientiae: In principio erat uerbum,<br />

et uerbum erat apud deum, et deus erat uerbum; hoc erat in principio,<br />

et cetera (lo 1,1-2). Qui comprehendunt, dies est, sol illis lucet: sed nisi<br />

primum a nocte, non uenerunt ad lucem: Tenebrae enim erant super<br />

abyssum, et dixit deus: Fiat lux (Gen 1,2-3). Nemo dicat quia a luce<br />

coepit. Omnes enim ex peccatoribus iustificamur. Capiant ergo qui possunt,<br />

quod dixi de euangelio. Sed dicunt mihi: Non intelleximus quid est:<br />

El cuarto día de la creación 381<br />

cipio existía la Palabra.» Si, pues, aún es noche, considera que<br />

la Palabra tomó carne y creó para ti una como luz nocturna,<br />

pues la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. También<br />

en la zarza habla Dios a Moisés por medio de un ángel. Escucha<br />

dónde está la palabra de sabiduría. «¿Cómo te llamas?», le<br />

preguntó Moisés. «¿Cómo te presento ante el pueblo? Si me<br />

dijeran: '¿Quién te envió?', ¿qué les respondo?» Escucha la<br />

palabra de sabiduría: Dirás a los hijos de Israel: «El que es»<br />

me ha enviado a vosotros. ¿Quién puede entender El que es?<br />

Las demás cosas, en verdad, no son. ¿Quién es verdaderamente?<br />

El que no pasa, el que permanece siempre inmutable. Pero éste<br />

es alimento de grandes, éste el sol del día. Y como si Moisés<br />

le dijera: «Aún soy noche; ilumina la noche», diré algo que<br />

pueda entender la noche, diré algo que puedan retener los niños:<br />

Yo soy el Dios de Abrahán, y de Isaac, y de Jacob. Así,<br />

pues, para gobierno del día: Yo soy el que soy, y para gobierno<br />

de la noche: Yo soy el Dios de Abrahán. La fe dispensada en<br />

el tiempo luce .en la noche; la sabiduría que permanece por<br />

siempre alumbra el día. Nutre en la noche para que amanezcamos<br />

al día. Las estrellas, pues, son los restantes dones. En efecto,<br />

después de haber dicho: A uno se otorga la palabra de sabiduría,<br />

cual sol, para presidir el día; a otro se otorga la palabra<br />

de ciencia, cual luna, para presidir la noche, otorga también las<br />

estrellas: A uno el don de curaciones, a otro la profecía, etc.<br />

In principio erat uerbum (lo 1,1). Si ergo adhuc nox est, adtende quia<br />

assumpsit carnem uerbum, et fecit tibi quasi lumen nocturnum: Verbum<br />

enim caro factum est, et habitauit in nobis (ib., 14). Et in rubo loquitur<br />

deus per angelum Moysi. Audi ubi est sermo sapientiae. Quid uocaris,<br />

dixit Moyses? Quomodo te nuntio populo? Si dictum fuerit: Quis te<br />

misit? quid dicam? Audi sermonem sapientiae: Dices filiis Israhel:<br />

«Qui est» misit me ad uos (Ex 3,14). Quis potest capere: «Qui est»?<br />

Cetera uero non sunt. Quis uere est? Qui non transit, qui semper manet<br />

incommutabilis. Sed iste cibus grandium est, iste sol diei est. Et quasi<br />

diccret Moyses illi: Adhuc nox sum, noctem inlumina, aliquid dicam<br />

quod potest nox capere, aliquid dicam quod possunt paruuli retiñere:<br />

I''no sum deus Abraham et deus Isaac et deus Iacob (ib., 15). Ergo, Ego<br />

\um qui sum ad potestatem diei, Ego sum deus Abraham ad potestatem<br />

noctis. Fides temporaliter dispensata lucet nocti, sapientia semper manens<br />

lucet diei. Nutrít in nocte, ut procedamus in diem. Stellae ergo cetera<br />

i ni mera. Quia cum dixisset: Alii datur sermo sapientiae, tamquam solem<br />

in potestatem diei: Alii datur sermo scientiae tanquam lunam in poteslnlcm<br />

noctis: dat et stellas: Alii donatio curationum, alii prophetia,<br />

i-i cetera.

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