SAN AGUSTÍN - 10

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zó hasta los gentiles y se llegó hasta los confines del mundo.
Vemos el Evangelio extendido por todo el mundo, no porque
se haya alejado de la raíz, sino porque ha crecido. Lo estamos
viendo; la fe se encuentra extendida por todos los pueblos,
comenzando por Jerusalén. Niegúelo quien se atreva; no son
mis palabras las que hieren sus oídos, pues la misma verdad
golpea los ojos de quienes lo niegan y cierra su boca, y se cumple
así lo que está escrito: Pues ha sido cerrada la boca de
quienes hablaban necedades.
SERMÓN 229 J (= GUELF. APP. 7)
Tema: Aparición a los apóstoles (Le 24,36-53).
Lugar: Hipona.
Fecha: Miércoles (o lunes) de Pascua.
1. Cristo el Señor se dignó convencernos de la verdad y
certeza de su resurrección mediante muchas y variadas pruebas
para edificar la fe, ahuyentar del corazón la incredulidad y eliminar
toda duda acerca de su resurrección. Poca cosa hubiese
sido mostrarse a sus ojos si no se hubiese dado a tocar también
por sus manos. Muchos maniqueos, impíos y herejes suponen
y creen que Cristo no tenía carne verdadera, sino que era un
espíritu con apariencia de carne con el fin de engañar a los
maria; et itum est ad gentes, et pervenit ad términos mundi: non
migrando a radice, sed crescendo per mundum impletum evangelium
intuemur. Ecce cernimus, ecce tenemus per omnes gentes diffusam fidem,
incipientibus ab Hierusalem. Neget qui audet: non mea verba feriunt
aures ipsius, sed oculos negantium ipsa ventas percutit, os claudit; et
impletur quod scriptum est, quoniam obstructum est os loquentium
iniqua (Ps 62,12).
SERMO CCXX1X J (Guelf. App. 7)
[PLS 2,655] (MA 1,581)
[INCIPTC TRACTATUS DE QUARTA FERIA. PASCHAE. III]
1. Resurrectionem suam dominus Christus certam et veram multis et
variis documentis persuadere dignatus est, propter aedificandam fidem,
et fugandam de corde perfidiam, omnemque dubitationem de sua resurrectione
tollendam. Parum fuit oculis se videndum praebere, si non
praeberet etiam manibus contrectandum. Quod multi impii et haeretici
Manichaei de Christo suspicantur et credunt, quia non erat vera caro,
sed spiritus erat habens imaginem carnis, non ad fidem instruendam, sed
Aparición a los apóstoles 343
ojos, no de edificar la fe '; aunque no era carne, así parecía que
era. Esto que creen los maniqueos y que establecieron como
un dogma, confirmando así el error, fue el primer pensamiento
que surgió en el corazón de los apóstoles. Los maniqueos no
creen nunca que Jesús haya sido hombre: temen dar carne a
la Palabra y no temen achacarle la falsedad a la misma verdad.
Tiene verdadera carne, con la que la verdad muestra la falsedad
y edifica la verdad en los corazones de los hombres. Así, pues,
ellos nunca creyeron que nuestro Señor Jesucristo haya sido
hombre; pero los discípulos reconocieron como hombre a aquel
en cuya compañía vivieron tanto tiempo. Le vieron caminar,
sentarse, dormir, comer y beber; conocieron su ser íntegro,
supieron que se sentó fatigado sobre el brocal de un pozo. De
este largo trato con él conocieron que era un hombre verdadero;
pero, una vez que murió lo conocido por ellos, ¿cómo podían
creer que iba a resucitar lo que pudo morir? Se les apareció
ante sus ojos tal cual le habían conocido, y, al no creer que
hubiera podido resucitar al tercer día del sepulcro la carne verdadera,
pensaron que estaban viendo un espíritu. Este error de
los apóstoles se identifica con la secta de los maniqueos.
2. Cuando se les presentan estas objeciones, acostumbran
responder: «¿Qué mal hay en creer como creemos que Cristo
Dios era un espíritu? Creemos que era un espíritu, no carne:
superior es el espíritu a la carne. Lo que es superior, eso creemos
de él; lo que es inferior no queremos creerlo. ¿En qué
nd oculos ludificandos: ut homo non esset, sed putaretur: ut caro non
csset, sed ita esse videretur; quod ergo credunt (582) Manichaei, et inde
dogma fecerunt, erroremque firmaverunt, haec prima cogitatio surrexit
¡n cordibus apostolorum. Et illi quidem Manichaei numquam credunt
lesum fuisse hominem: timent Verbo daré carnem, et non timent veritati
obicere falsitatem. Habet veram carnem, qua veritas ostendat falsitatem,
ct in cordibus hominum aedificet veritatem. Ergo illi numquam dominum
Icsum Christum hominem fuisse crediderunt: [654] discipuli autem
noverant hominem, cum quo tanto tempore fuerant conversati. Viderunt
nmbulantem, sedentem, dormientem, manducantem, bibentem: scierunt
Inium, scierunt super puteum sedisse fatigatum. Ex diuturna ista conver-
Miiione hominem noverant verum; sed postea quam mortuus est, quod
noverant, quando crederent hoc potuisse resuscitari, quod potuit mori?
Apparuit ergo oculis ipsorum talis, qualem illum noverant; et non
i'i'cdentes tertio die potuisse veram carnem de sepulcro resurgere, putaveiiiiil
se spiritum videre. Error iste apostolorum secta est Manichaeorum.
2. Solent autem, quando illis haec obiciuntur, ita responderé: Quid
iniili credimus, quia Christum deum credimus spiritum fuisse?credimus,
carnem non credimus: melior est spiritus quam caro.
Quod melius est, credimus; quod deterius est, credere nolumus. Quid
1 Sobre la cristología maniquea véase la nota complementaria 3 del vol.7 p.743:
I it cristología maniquea.