SAN AGUSTÍN - 10

618 Sermón 260 A
el bautismo con vistas a la muerte, para que como Cristo resucitó
de entre los muertos, así también vosotros caminéis en la
novedad de la vida. Pero ahora, mientras dura la peregrinación
lejos del Señor en este cuerpo mortal, camináis en la fe. Cristo
Jesús en su condición de hombre, que se dignó tomar por nosotros,
se ha convertido en camino seguro para vosotros; Cristo
Jesús, a quien tendéis, reservó, en efecto, gran dulzura para
quienes le temen; quienes esperan en él tendrán acceso en
plenitud a ella cuando hayamos recibido también en la realidad
lo que ahora hemos recibido en esperanza. Pues somos hijos de
Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos; sabemos que,
cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos
tal cual es. Lo mismo prometió en el evangelio: Quien me
ama, dijo, guarda mis mandamientos. Y quien me ama será
amado por mi Padre, y yo lo amaré y me mostraré a él. Ciertamente
le estaban viendo aquellos con quienes hablaba, pero
en la forma de siervo, en la que es menor que el Padre, no en
la forma de Dios, en la que es igual al Padre. La primera la
mostraba a quienes temían, la segunda la reservaba para quienes
esperaban en él; en aquélla se manifestaba a los que iban de
viaje, a ésta llamaba a los que iban a habitar con él; aquélla la
mostraba a los caminantes, ésta la prometía a los que llegasen
a la meta.
2. Teniendo, pues, estas promesas, amadísimos, purifiquémonos
de toda mancha en la carne y en el espíritu, llevando
a plenitud la santificación en el temor de Dios. Os exhorto a
quemadmodum surrexit Christus a mortuis, sic et vos in novitate vitae
ambuletis (Rom 6,4). Ambulatis autem nunc per fidem, quam diu in
hoc mortali corpore peregrinamini a domino (cf. 2 Cor 5,6): sed via vobis
certa ipse, ad quem tenditis, factus est Christus Iesus secundum hominem,
quod pro nobis fieri dignatus est. Servavit [36] enim multam
dulcedinem timentibus se (cf. Ps 30,20), aperturus et perfecturus eam
sperantibus in se, cum id quod nunc in spe accepimus etiam in re acceperimus.
Filii enim dei sumas, et nondum apparuit quod erimus. Scimus
quia, cum apparuerit, símiles ei erimus, quoniam videbimus eum sicuti
est (1 lo 3,2). Hoc in evangelio ipse promisit: qui diligit me, inquit,
mándala mea custodit. Et qui diligit me, diligetur a patre meo, et ego
diligam illum, et ostendam me ipsum Mi (lo 14,21). Utique videbant
eum, quibus loquebatur, sed in forma servi, qua maior est Pater, non
in forma dei, qua aequalis est Patri. Hanc ostendebat timentibus, illam
servabat sperantibus: in hac peregrinantibus apparebat, ad illam cohabitaturos
vocabat: hanc eis ambulantibus substernebat, illam pervenientibus
promittebat.
2. Has ergo promissiones habentes, carissimi, mundemus nos ab
omni coinquinalione carnis et spiritus, perficientes sanctificationem in
timore dei (2 Cor 7,1). Obsecro vos ut digne ambuletis vocatione qua
Los sacramentos 619
que caminéis de una manera digna de la vocación con que fuisteis
llamados, con toda humildad de alma y mansedumbre, soportándoos
mutuamente en el amor, solícitos por conservar la
unidad del espíritu en el vínculo de la paz. ¿Cuál será la realidad,
si tal es la prenda que hemos recibido? Hay quienes solamente
se han revestido de Cristo por haber recibido el sacramento,
pero están desnudos de él por lo que se refiere a la fe
y las costumbres. También son muchos los herejes que tienen
el mismo sacramento del bautismo, pero no su fruto salvador
ni el vínculo de la paz. Tienen, como dice el Apóstol, la forma
de la piedad, pero niegan su fuerza'. O bien están sellados
por los desertores o bien son ellos mismos desertores, llevando
el sello del buen rey en carne digna de condenación. Ellos nos
dicen: «Si no somos fieles, ¿por qué no nos administráis el bautismo?»
Como si no hubieran leído que también Simón el
Mago recibió el bautismo, lo cual no le obstó para oír de boca
de Pedro: No tienes parte ni lote alguno en esta fe. Ved que
puede darse que alguien tenga el bautismo de Cristo, pero no
la fe y el amor de Cristo; que tenga el sacramento de la santidad,
y no sea contado en el lote de los santos. Ni importa, por
lo que se refiere al solo sacramento, el que alguno reciba el
sacramento de Cristo donde no existe la unidad de Cristo,
pues también quien ha sido bautizado en la Iglesia, si pasa
a ser desertor de la misma, carecerá de la santidad de vida,
pero no del sello del sacramento. Pues efectivamente se demuestra
que al abandonarla no lo pudo perder por el hecho
vocati estis, cum omni. humilitate animi et mansuetudine, sufferentes
invicem in dílectione, studentes servare unitatem spiritus in vinculo pacis
(Eph 4,1-3). Qualis enim res est, unde tale pignus accepimus (cf. 2 Cor
1,22)? Sed sunt quídam, qui Christum solo sacramento induerunt, quo
in fide vel moribus nudi sunt. Nam et multi haeretici ipsum habent
sacramentum baptismatís, sed non ipsum fructum salutis, nec vinculum
pacis, habentes, sicut ait apostolus, formam pietatis, virtutem autem eius
abnegantes (2 Tim 3,5), vel signati a desertoribus, vel ipsi etiam desertores,
signum boni regís in damnabili carne portantes: qui nobís dicunt:
Si fideles non sumus, baptismum nobis quare non datis? Si autem iam
fideles sumus, quid nos quaeritis? Quasi non legant, Simonem magum
et accepisse baptismum, et tamen a Petro audísse, non est tibi pars ñeque
sors in hac fide (Act 8,21). Ecce quia fieri potest, ut aliquis habeat
baptismum Christí, et non habeat fidem vel dilectíonem Christi: habeat
[37] sanctitatis sacramentum, nec computetur in sorte sanctorum. Ñeque
interest, quantum ad ipsum solum attinet sacramentum, si ibi quisque
accipiat baptismum Christi, ubi non est unitas Christi: nam et baptízate
in ecclesia, si fuerit desertor ecclesiae, sanctítate vitáe carebít,
sacramenti signáculo non carebít. Nam utique exeunteffl non potuisse
amittere demonstratur, quod redeunti non reddítur; sicut desertor rm-
1 Véase la nota complementaría 22: «Forma» y «virtus» p.799.