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SAN AGUSTÍN - 10

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280 Sermón 225<br />

el seno de la virgen, ¿abandonó el cielo? Y en este caso, si la<br />

Palabra abandonó el cielo, ¿de qué viven los ángeles? Pero he<br />

aquí que el Señor de los ángeles se hizo hombre para que el<br />

hombre comiera el pan de los ángeles. Vague todavía el pensamiento<br />

humano por entre sus nieblas, desfallezca, pregunte, hable<br />

hasta encontrar cómo la Palabra de Dios por la que fueron<br />

hechas todas las cosas apareció en el seno de la Virgen sin abandonar<br />

a los ángeles ni al Padre. ¿Cómo pudo encerrarse en aquel<br />

seno? Pudo estar presente, pero no encerrado. ¿Cómo, se pregunta,<br />

pudo estar él, tan grande, en un lugar tan pequeño?<br />

Pues abarcó un seno al que ni el mundo entero lo abarca. Tampoco<br />

se hizo menor para estar allí. Estaba en el seno y seguía<br />

siendo igual de grande. ¿Cuál era su magnitud? Di cuan grande<br />

era, di lo que era.<br />

Di lo que era. Y la Palabra era Dios. También yo que hablo<br />

contigo sé esto, pero no lo comprendo. Mas el pensamiento<br />

hace que nos extendamos; el hecho de extendernos nos dilata,<br />

y la dilatación nos hace capaces. Pero ni siquiera, una vez capacitados,<br />

podremos comprenderlo en su totalidad. Voy a servirme<br />

de mi palabra. Lo que os estoy diciendo, lo que voy a<br />

deciros, escuchadlo; tratad de comprender mi palabra, es decir,<br />

una palabra humana. Y ni siquiera esta sois capaces de comprender,<br />

ved cuan lejos os encontráis de aquella otra. Sin duda,<br />

nos causa extrañeza el cómo Cristo tomó carne, nació de una<br />

virgen sin apartarse del Padre; ved que yo que os hablo, antes<br />

de venir aquí he pensado lo que iba a deciros. Cuando lo pensaba,<br />

la palabra se hallaba ya en mi corazón. En efecto, nada<br />

os diría si antes no lo hubiese pensado. Advertí que eras de<br />

Angelorum manducaret homo, Dominus Angelorum factus est homo.<br />

Adhuc cogitatio humana erret per nébulas suas, deficiat, quaerat, dicat, ut<br />

inveniat, quomodo Verbum Dei in útero virginis, per quod facta sunt<br />

omnia, Angelos non deseruit, Patrem non deseruit. Quomodo in illo<br />

útero includi potuit? Esse potuit, includi non potuit. Quomodo, inquit,<br />

esse potuit tantus in loco tantillo? Ergo cepit uterus, quod non capit<br />

mundus. Nec minoratus est, ut esset in útero. In útero erat, et tantus<br />

erat. Quantus erat? Dic quantus erat, dic quod erat.<br />

CAPUT III.—Et Verbum erat apud Deum.—Dic quod erat. Et Deus<br />

erat Verbum. Et ego scio, inquam, qui tecum loquor; nec ego comprehendo;<br />

sed cogitatio facit nos extendi, extensio dilatat nos, dilatatio<br />

nos capaces facit. Nec facti capaces totum comprehendere poterimus: sed<br />

verbo meo vobiscum ago. Ecce quod dico, quod dictaros sum, hoc audite,<br />

hoc comprehendite verbum meum, hoc est verbum humanum. Si autem<br />

nec hoc comprehendere poteritis, videte ab illo quam longe sitis. Cette<br />

miramur quomodo Christus carnem accepit, de virgini natus est, et a<br />

Patre non recessit; ecce ego qui vobiscum loquor, antequam ad vos<br />

venirem, cogitavi ante quod vobis dicerem. Quando cogitavi quod vobís<br />

La Palabra encarnada<br />

lengua latina, y tuve que pronunciarte mi palabra en latín; si,<br />

en cambio, hubieras sido griego, hubiera tenido que hablarte en<br />

griego y en griego te hubiese pronunciado mis palabras. Pero<br />

la palabra que está en el corazón no es ni latina ni griega; más<br />

aún, es anterior a estas lenguas. Busco para ella el sonido; le<br />

busco una especie de vehículo; busco algo mediante lo cual<br />

llegue a ti, aunque no se aparte de mí. He aquí que ya habéis<br />

oído lo que está en mi corazós; ahora está ya en el vuestro<br />

también. Está en el mío y en el vuestro; vosotros habéis comenzado<br />

a tenerla sin que yo la haya perdido '. Como mi palabra<br />

tomó' el sonido para ser oída, así la Palabra de Dios tomó<br />

la carne para hacerse visible mediante ella. He dicho lo que<br />

he podido. ¿Y qué he dicho? ¿Quién soy yo que os he hablado?<br />

Yo, siendo hombre, quise hablaros de Dios. Es tan grande<br />

y tan excelso que, respecto a él, ni podemos hablar ni debemos<br />

callar.<br />

4. Te doy gracias, Señor, porque tú sabes lo que estoy diciendo<br />

o quise decir; no obstante, alimenta a mis consiervos<br />

de las migajas de tu mesa; alimenta y nutre internamente también<br />

a los que regeneraste. ¿Qué era antes esta muchedumbre?<br />

Tinieblas; ahora, en cambio, es luz en el Señor. Es el Apóstol<br />

quien lo dice: Fuisteis en otro tiempo tinieblas; ahora, en cambio,<br />

sois luz en el Señor. ¡Oh vosotros los bautizados, que<br />

fuisteis en otro tiempo tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor!<br />

Si sois luz, sois ciertamente día, pues Dios llamó día a la<br />

luz. Erais tinieblas y os hizo luz, os hizo día. A vosotros se<br />

dicerem, iam in corde meo verbum erat. Non enim vobís dicerem, nisi<br />

ante cogitarem. Inveni te Latinum, latinum tibí proferendum est verbum.<br />

Si autem Graecus esses, graece tibi loqui deberem, et proferre ad te<br />

verbum graecum. Illud verbum in corde nec latinum est, nec graecum:<br />

prorsus antecedit linguas istas quod est in corde meo. Quaero illi sonum,<br />

quaero quasi vehiculum; quaero unde pervenit ad te, quando non recedit<br />

a me. Ecce audistis quod est in corde meo, iam est et in vestro. In meo<br />

est et in vestro est: et vos habere caepistis, et ego non perdidi. Sícut<br />

verbum meum assumpsit sonum, per quem audiretur: sic Verbum Dei<br />

ussiimpsit car [<strong>10</strong>98] nem, per quam videretur. Quantum potui, dixi. Et<br />

i|u¡d dixi? Quoniam quis dixi? Homo loqui volui de Deo. Tantus est,<br />

i.ilis est, ut nec eum loqui possimus, nec eum tacere debeamus.<br />

CAPUT IV.—4. Ab ebrietate caven debet. Ebrietas sancta.—Gratias<br />

lihi ago, Domine, quia quod dico, vel dicere volui, tu seis: tamen de<br />

miéis mensae tuae pavi conservos meos; pasee et tu ac nutrí interius<br />

i|iios regenerasti. Ecce multitudo ista quid fuit? Tenebrae; nunc autem<br />

lux in t)omino. Talibus enim Apostolus dicit: Fuistis aliquando tenebrae,<br />

mine autem lux in "Domino (Eph 5,8). O vos qui baptizati estis, fuistis<br />

iilii/iiiindo tenebrae, nunc autem lux in Domino. Si lux, utique dies:<br />

vuenvit enim Deus lucem diem (cf. Gen 1,5). Fuistis tenebrae, fecit vos<br />

' VAise también el sermón 288,3 y La Trinidad XV <strong>10</strong>,19,<br />

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