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SAN AGUSTÍN - 10

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472 Sermón 242<br />

vida en su pequeña edad y en su bajita estatura, ¿significa eso<br />

que les acompañará también la debilidad? Por el hecho de que<br />

sean chiquitos, ¿van a estar siempre acostados, sin poder andar?<br />

Se acepta como más creíble, más probable y más razonable que<br />

han de resucitar en la edad madura, para que reciban como don<br />

lo que habrían de conseguir con el tiempo. Pues no hemos de<br />

creer que vayan a resucitar en una edad decrépita, achacosa<br />

y encorvada. En resumidas cuentas, elimina cualquier cosa negativa<br />

y añade lo que quieras.<br />

5. Pero preguntas: «¿Cómo estará en el cielo el cuerpo<br />

terreno?» Los filósofos gentiles, los más célebres de todos,<br />

cuyas opiniones necias, o en todo caso humanas, ya os he mostrado<br />

2 —en efecto, no investigaron estas cosas con el espíritu<br />

de Dios, sino en base a conjeturas del corazón humano—, dan<br />

la máxima importancia a esta cuestión. Tratan con sutileza sobre<br />

las leyes de la gravedad y el orden de los elementos, y<br />

dicen —cosa que también nosotros admitimos— que este mundo<br />

está ordenado de tal manera que la tierra es lo que está más<br />

abajo, en el fondo; en segundo lugar, sobre ella, las aguas;<br />

luego viene el aire, y en cuarto lugar el éter, por encima de<br />

todo lo demás. El elemento superior, que denominan éter, es,<br />

según ellos, un fuego líquido y puro del que se han formado los<br />

astros; en él nada terreno puede existir, porque no lo permiten<br />

las leyes de la gravedad. Si les respondiéramos que nuestros<br />

cuerpos no han de estar en el cielo, sino que han de vivir en una<br />

tierra nueva, pecaríamos de osados y atrevidos; más aún, hasi<br />

statura pusilla revocatur, numquid et propterea infirmitas revocatur?<br />

Si parvi erunt, numquid iacebunt, et ambulare non poterunt? Credibilius<br />

tamen accipitur et probabilius et rationabilius, plenas aetates resurrecturas,<br />

¡ut teddatuí muñere, quod accessuram erat tempoie. Non enim<br />

credituri sumus etiam senectam resurrecruram anhelam et curvam. Postremo<br />

corruptionem tolle, et quod vis adde.<br />

5. Terrenum corpus quomodo in cáelo erit.—Sed, inquis, quomodo<br />

erit terrenum corpus in cáelo? Philosophi enim Gentium, illi valde<br />

magni, quorum vobis iam vel insanas vel certe humanas sententias intimavi<br />

(quaesierunt quippe ista non spiritu Dei, sed coniectura cordis<br />

humani); hinc máxime faciunt quaestionem, tractant subtiliter de momentis<br />

ponderum et ordine elementorum; et dicunt, quod etiam videmus,<br />

mundum sic esse dispositum, ut ima sit térra tanquam in fundo eius,<br />

secunda aqua superfundatur terrae, tertius aer veníat, quartus aether<br />

cuneta cooperiat. Illud elementum supernum, quod aethera appellant,<br />

ignem dicunt esse liquidum et puram, inde sidera esse formata, ibi nihil<br />

posse esse terrenum, quoniam ordo ponderum non admittit. Si dicamus<br />

eis nostra corpora in térra nova esse victura, et in cáelo non futura;<br />

audacter et temeré, immo infideliter dicimus. Credere enim debemus<br />

2 Véanse los sermones 240 y 241.<br />

Aparición a los apóstoles 473<br />

blaríamos contra lo que dice la fe. Pues debemos creer que tendremos<br />

cuerpos tales que nos permitan estar donde y cuando<br />

queramos. En efecto, si, para solucionar la cuestión que plantea<br />

el peso de los cuerpos, respondemos que hemos de vivir en la<br />

tierra, se nos replantea la cuestión respecto al cuerpo del Señor,<br />

cuerpo con el que subió al cielo.<br />

6. Escuchasteis el evangelio recién leído; en nuestros oídos<br />

sonaron estas palabras: Levantando sus manos, los bendijo. Y<br />

sucedió que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue<br />

elevado al cielo. ¿Quién fue elevado al cielo? Cristo el Señor.<br />

¿Quién es Cristo el Señor? El Señor Jesús. Entonces, ¿vas a<br />

separar al hombre de Dios, haciendo de él dos personas, una<br />

divina y otra humana, de forma que no sea ya una Trinidad,<br />

sino una Cuaternidad? Tú eres un hombre que consta de alma<br />

y cuerpo; de la misma manera, Cristo el Señor consta de la<br />

Palabra, alma y cuerpo. Pero la Palabra no se alejó del Padre;<br />

aunque vino a nosotros, no abandonó al Padre; al mismo tiempo<br />

que tomó carne en el seno materno, regía el mundo. ¿Qué<br />

fue elevado al cielo sino lo que tomó de la tierra, es decir,<br />

aquella carne y aquel cuerpo? Hablando de él, dijo a los discípulos:<br />

Palpad y ved, que los espíritu no tienen huesos ni carne,<br />

como veis que yo tengo. Demos fe a estas palabras, hermanos;<br />

y, aunque resolvamos trabajosamente los problemas que<br />

plantean los filósofos, retengamos sin dificultad para la fe lo<br />

que se nos ha manifestado en el Señor. Charloteen ellos; nosotros<br />

creamos.<br />

7. «Pero, replican, un cuerpo terreno no puede estar en<br />

talia corpora nos habitaros, ut ubi velimus, quando voluerimus, ibi simus.<br />

Nam si respondemus, ad solvendam de ordine ponderum quaestionem,<br />

in térra nos esse victuros; de ipso corpore Domini nobis est quaestio,<br />

cum quo ascendit in caelum.<br />

CAPUT IV.—6. Christi corpus in cáelo.—Audistis quod de Evangelio<br />

modo recens sonuit in auribus nostris: Elevatis manibus suis benedixit<br />

eis. Et factum est, dutn benediceret eis, recessit ab eis, et ferebatur in<br />

caelum (Le 24,50-51). Qui ferebatur in caelum? Dominus Christus. Qui<br />

Dominus Christus? Dominus lesus. Quid enim, separaturus es hominen<br />

a Deo, et facturus es aliam personara Dei, aliam hominis, ut iam non sit<br />

Trinitas, sed quaternitas? Quomodo tu [1141] homo anima es et corpus;<br />

sic Dominus Christus Verbum, anima et corpus. Sed Verbum non recessit<br />

a Patre; et ad nos venit, et Patrem non deseruit; et in utero_ carnem<br />

accepit, et mundum rexit. Quid ergo levatum est in caelum, nisi quod<br />

sumptum est de térra? id est, caro illa, corpus illud, de quo loquens ad<br />

discipulos ait: Pálpate, et videte, quia spiritus ossa et carnem non habet,<br />

sicut me videtis habere (Le 24,39). Credamus hoc, fratres: et si argumenta<br />

philosophorum difficile solvimus; illud quod demonstratum est in<br />

Domino, sine difficultate fidei teneamus. lili garriant, nos credamus.<br />

CAPUT V.—1. Deo volente fit quod alias fieri non potest.-—Sed non

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