17.10.2013 Views

Gustave Flaubert Madame Bovary

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Allí estaba Binet, un poco más abajo, contra la tapia de la terraza,<br />

pescando cangrejos. <strong>Bovary</strong> le invitó también a tomar algo, pues era muy hábil<br />

en descorchar botellas.<br />

—Es preciso —decía dirigiendo a su alrededor y hasta los extremos del<br />

paisaje una mirada de satisfacción— mantener así la botella vertical sobre la<br />

mesa, y, una vez cortados los kilos, mover el corcho a vueltecitas, despacio,<br />

despacio, como se hace, por otra parte, con el agua de Seltz en los restaurantes.<br />

Pero durante su demostración la sidra le saltaba a menudo en plena cara, y<br />

entonces el eclesiástico, con una risa opaca, hacía siempre este chiste:<br />

—¡Su bondad salta a los ojos!<br />

En efecto, era un buen hombre, a incluso un día no se escandalizó del<br />

farmacéutico, que aconsejaba a Carlos, para distraer a la señora, que la llevase al<br />

teatro de Rouen a ver al ilustre tenor Lagardy. Homais, extrañado de aquel<br />

silencio, quiso conocer su opinión, y el cura declaró que veía la música como<br />

menos peligrosa para las costumbres que la literatura.<br />

Pero el farmacéutico emprendió la defensa de las letras. El teatro,<br />

pretendía, servía para criticar los prejuicios, y, bajo la máscara del placer,<br />

enseñaba la virtud.<br />

—¡Castigat ridendo mores 50 , señor Bournisien! Por ejemplo, fíjese en la<br />

mayor parte de las tragedias de Voltaire; están sembradas hábilmente de<br />

reflexiones filosóficas que hacen de ellas una verdadera escuela de moral y de<br />

diplomacia para el pueblo.<br />

—Yo —dijo Binet— vi hace tiempo una obra de teatro titulada Le Gamin de<br />

Paris, donde se traza el carácter de un viejo general que está verdaderamente<br />

chiflado. Echa una bronca a un hijo de familia que había seducido a una obrera,<br />

que al final…<br />

—¡Ciertamente! —continuaba Homais—, hay mala literatura como hay<br />

mala farmacia; pero condenar en bloque la más importante de las bellas artes<br />

me parece una ligereza, una idea medieval, digna de aquellos abominables<br />

tiempos en los que se encarcelaba a Galileo.<br />

—Ya sé —objetó el cura— que hay buenas obras, buenos autores; sin<br />

embargo, sólo el hecho de que esas personas de diferente sexo estén reunidas en<br />

un lugar encantador, adornado de pompas mundanas, y además esos disfraces<br />

paganos, ese maquillaje, esos candelabros, esas voces afeminadas, todo esto<br />

tiene que acabar por engendrar un cierto libertinaje de espíritu y provocar<br />

pensamientos deshonestos, tentaciones impuras. Tal es al menos la opinión de<br />

todos los Santos Padres. En fin —añadió, adoptando repentinamente un tono de<br />

voz místico, mientras que daba vueltas sobre su pulgar a una toma de rapé—, si<br />

la Iglesia ha condenado los espectáculos es porque tenía razón; debemos<br />

someternos a sus decretos.<br />

—¿Por qué —preguntó el boticario— excomulga a los comediantes?, pues<br />

antaño participaban abiertamente en las ceremonias del culto. Sí, representaban<br />

en medio del coro una especie de farsas llamadas misterios, en las cuales las<br />

leyes de la decencia se veían a menudo vulneradas.<br />

El eclesiástico se limitó a dejar escapar una lamentación y el farmacéutico<br />

prosiguió:<br />

50 Alude a la finalidad de la comedia: moralizar deleitando, según los preceptistas clásicos.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!