- Page 1 and 2:
Gustave Flaubert Madame Bovary
- Page 3 and 4:
Capítulo I Estábamos en la sala d
- Page 5 and 6:
iba a estrellarse en su cara. Pero
- Page 7 and 8:
que venía a interrumpirles la lluv
- Page 9 and 10:
necesitaba una mujer. Y le buscó u
- Page 11 and 12:
No tenía consigo más que a su «s
- Page 13 and 14:
De habérselo planteado, sin duda h
- Page 15 and 16:
Capítulo III Una mañana el tío R
- Page 17 and 18:
la ventana; el cielo estaba estrell
- Page 19 and 20:
Capítulo IV Los invitados llegaron
- Page 21 and 22:
Cuando se cansaban de estar sentado
- Page 23 and 24:
Capítulo V La fachada de ladrillos
- Page 25 and 26:
hombro; y ella le rechazaba entre s
- Page 27 and 28:
los escritores. Pero conocía muy b
- Page 29 and 30:
prodigado tanto los oficios, los re
- Page 31 and 32:
los enfermos la cuenta de sus visit
- Page 33 and 34:
cesar, proseguían su gran murmullo
- Page 35 and 36:
alrededor de la chimenea. A las sie
- Page 37 and 38:
tres pasos de Emma, un caballero de
- Page 39 and 40:
punta de la banqueta, conducía con
- Page 41 and 42:
Capítulo IX A menudo, cuando Carlo
- Page 43 and 44:
entrar, y a planchar, a almidonar,
- Page 45 and 46:
aburrirse estudiando. Dejó en el a
- Page 47 and 48:
misma le sorprendió. Por otra part
- Page 49 and 50:
Capítulo I Yonville l’Abbaye (as
- Page 51 and 52:
luces de Bengala, se entrevé la so
- Page 53 and 54:
pantalón gris, y, en todo tiempo,
- Page 55 and 56:
él quien hacía en la ciudad los e
- Page 57 and 58:
intermitentes en la siega, pero, en
- Page 59 and 60:
—Sin embargo, cansan a la larga
- Page 61 and 62:
Capítulo III Al día siguiente, al
- Page 63 and 64:
Casi al instante, la señora Homais
- Page 65 and 66:
algunas vacas atadas frotando sus c
- Page 67 and 68:
Hablaban de una compañía de baila
- Page 69 and 70:
Capítulo IV Desde los primeros fr
- Page 71 and 72:
Una noche al volver a casa, León e
- Page 73 and 74:
en otros días, frases que le habí
- Page 75 and 76:
—No —le contestó ella. —¿Po
- Page 77 and 78:
Lo que la desesperaba era que Carlo
- Page 79 and 80:
—Vendrá enseguida —respondió.
- Page 81 and 82:
Emma lo vio desaparecer entre la do
- Page 83 and 84:
—Pero yo no sé tornear —respon
- Page 85 and 86:
—Abráceme —dijo el boticario c
- Page 87 and 88:
Capítulo VII El día siguiente fue
- Page 89 and 90:
ganarse la vida, no tendría esos t
- Page 91 and 92:
—¡Tonto! —decía—; ¡pedazo
- Page 93 and 94:
Capítulo VIII Por fin llegaron los
- Page 95 and 96:
importante opúsculo, una memoria d
- Page 97 and 98:
examinando cada animal y después s
- Page 99 and 100:
también, tartamudeaba, rebuscaba s
- Page 101 and 102:
Y al terminar estas palabras Rodolf
- Page 103 and 104:
lámparas, en brazos del vizconde,
- Page 105 and 106:
—¡Sí… ahí va! —¡Que se ac
- Page 107 and 108:
Rodolfo repitió en voz baja y con
- Page 109 and 110:
noches, me levantaba, llegaba hasta
- Page 111 and 112:
—¡Avancemos!, ¡avancemos! —re
- Page 113 and 114:
—¡Emma! —dijo él. —¿Qué?
- Page 115 and 116:
Capítulo X Poco a poco, estos temo
- Page 117 and 118:
—¡Chut!, ¡chut! —dijo Emma se
- Page 119 and 120:
Mis queridos hijos: Espero que la p
- Page 121 and 122:
Capítulo XI Homais había leído r
- Page 123 and 124:
se sentaron a la mesa; él comió m
- Page 125 and 126:
—No le hagas caso, hijo mío —r
- Page 127 and 128:
Entonces, sin ningún miramiento pa
- Page 129 and 130:
Capítulo XII Comenzaron de nuevo a
- Page 131 and 132:
—Pero bueno, le diré al señor q
- Page 133 and 134:
Pero las dos habían huido exaspera
- Page 135 and 136:
casarla: le buscarían un buen chic
- Page 137 and 138:
celindas, y proyectaba en su recuer
- Page 139 and 140:
Capítulo XIII Apenas llegó a casa
- Page 141 and 142:
Rodolfo releyó la carta. La encont
- Page 143 and 144:
—¡Me ahogo! —exclamó ella lev
- Page 145 and 146:
Fueron así hasta el fondo, cerca d
- Page 147 and 148:
constantemente cerrada. Ella querí
- Page 149 and 150:
—¿Se te ha pasado el cólico, á
- Page 151 and 152:
—Es como en la Biblia; ¡hay…,
- Page 153 and 154:
Capítulo XV EL público esperaba a
- Page 155 and 156:
él marchó con su padre, cogidos d
- Page 157 and 158:
qué entonces volvía él? ¿qué c
- Page 159 and 160:
TERCERA PARTE
- Page 161 and 162:
—¡Oh!, me imagino… —Pues ust
- Page 163 and 164:
—Usted estaba abajo, en la antesa
- Page 165 and 166:
Entonces, adelantando la cabeza por
- Page 167 and 168:
—¿La señora, sin duda, no es de
- Page 169 and 170:
—¡No, siga recto! —exclamó la
- Page 171 and 172:
si la farmacia abierta al primero q
- Page 173 and 174:
—Pero bueno, señor —dijo Emma
- Page 175 and 176:
Venía a ofrecer sus servicios teni
- Page 177 and 178: Capítulo III Fueron tres días lle
- Page 179 and 180: Capítulo IV Enseguida León empez
- Page 181 and 182: —Pero las lecciones —replicaba
- Page 183 and 184: A veces un golpe de viento llevaba
- Page 185 and 186: Inmóviles el uno frente al otro, s
- Page 187 and 188: demasiado fuerte, que en otro tiemp
- Page 189 and 190: Bovary, pues Lheureux lo sabía tod
- Page 191 and 192: La señora seguía sermoneándola,
- Page 193 and 194: nunca llegó a encontrar la rima de
- Page 195 and 196: León miraba el reloj con desespera
- Page 197 and 198: Sin embargo, había en su frente cu
- Page 199 and 200: —Pero yo mismo me he visto obliga
- Page 201 and 202: malezas; ¡se debían tantos jornal
- Page 203 and 204: Los otros se pusieron a comer. Emma
- Page 205 and 206: —¡Anita!, no olvides los tres cu
- Page 207 and 208: desanimó; y a aquéllos que pudo e
- Page 209 and 210: Después colgó los cheminota en la
- Page 211 and 212: espaciados a largos vencimientos y
- Page 213 and 214: catástrofe; así que había que es
- Page 215 and 216: —¿Cómo? —¡Nadie! Y el señor
- Page 217 and 218: —¡Oh, Rodolfo!, ¡si supieras!
- Page 219 and 220: Todas las reminiscencias, todas las
- Page 221 and 222: —¿Qué dices? Movía la cabeza c
- Page 223 and 224: —¡Tengo miedo! —dijo la niña
- Page 225 and 226: El joven ante esta pregunta dejó c
- Page 227: Enseguida su pecho empezó a jadear
- Page 231 and 232: Recordaba historias de catalepsia,
- Page 233 and 234: Sintió una terrible curiosidad: de
- Page 235 and 236: Doblaba la campana. Todo estaba dis
- Page 237 and 238: muchas veces los ojos con las manga
- Page 239 and 240: Además, Carlos no era de esos que
- Page 241 and 242: En cuanto a la inscripción, Homais
- Page 243: incluso un instante en que Carlos,