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16 <strong>el</strong> <strong>poder</strong>, <strong>una</strong> <strong>bestia</strong> magníficaPara abordar <strong>el</strong> problema, <strong>el</strong> curso Defender <strong>la</strong> sociedad, así como<strong>el</strong> marco de situación de ese curso, pueden servirnos de guía. Setrata ciertamente de <strong>una</strong> serie de lecciones en <strong>el</strong> sentido más literaly clásico d<strong>el</strong> término. Foucault, en efecto, lee lo que ha preparadopara sus c<strong>la</strong>ses de ese año. Pero se trata también, retomandoun concepto que <strong>el</strong> propio Foucault ha utilizado metodológicamente,de escenas que resulta provechoso imaginar en su contextopara comprender <strong>la</strong>s ideas en juego en <strong>el</strong> curso. 2Estamos en enero de 1976. La l<strong>la</strong>mada guerra de guerril<strong>la</strong>s, vincu<strong>la</strong>daa los movimientos de liberación nacional, dominaba granparte d<strong>el</strong> horizonte político internacional. En Vietnam, los enfrentamientosapenas acababan de concluir. En América Latina,en cambio, cobraban más fuerza diferentes movimientos armadosde liberación, inspirados con frecuencia en los revolucionarioscubanos. En varios países, además, <strong>la</strong> <strong>vida</strong> democrática era interrumpidapor golpes cívico-militares, en mayor o menor medidavincu<strong>la</strong>dos con los Estados Unidos. Europa, por su parte, tambiénsufría los efectos de <strong>la</strong> lucha armada con fines políticos (bastapensar en <strong>la</strong>s Brigate rosse italianas o en <strong>la</strong> Rote Armee Fraktionen Alemania).Así, mientras <strong>la</strong> Guerra Fría dominaba <strong>la</strong>s r<strong>el</strong>aciones entre lospaíses o, al menos, entre <strong>la</strong>s grandes potencias, fronteras adentro,en cambio, <strong>la</strong>s diferentes formas de violencia ejercida contra y apartir de <strong>la</strong>s instituciones tradicionales d<strong>el</strong> Estado desdibujabancasi por completo los límites clásicos entre política y guerra.El profesor Foucault, en <strong>una</strong> de <strong>la</strong>s más prestigiosas y tradicionalesinstituciones académicas francesas, <strong>el</strong> Collège de France,propone ese año un curso cuyo título traducido al pie de <strong>la</strong> letradice “Hay que defender <strong>la</strong> sociedad” (entre comil<strong>la</strong>s, pues se tratade <strong>una</strong> cita). A través de <strong>una</strong> genealogía d<strong>el</strong> discurso de quienesenunciaron esa frase, Foucault se propone, a manera de hipótesis,ver si los conceptos de guerra y de lucha son apropiados para2 Cf. Mich<strong>el</strong> Foucault, Le Pouvoir psychiatrique, Gallimard-Seuil, París,2003, pp. 11-12, 21, 26-27. [El <strong>poder</strong> psiquiátrico, Buenos Aires, Fondode Cultura Económica, 2005.]

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