18.08.2020 Views

Mi cabeza no para! Qué es el trastorno de ansiedad generalizada

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

excesiva, a su vez pueden ser buscados (o provocados, o interpretados como ansiógenos)

por el movimiento del circuito en el sentido de detectar peligro. La intolerancia a la

incertidumbre constituye un factor determinante del problema si entendemos el desorden

por preocupación excesiva como una necesidad insoslayable de control frente a una

realidad (externa o interna) interpretada como amenazante o caótica.

Las vivencias de indefensión constituyen uno de los núcleos del proceso de

preocupación excesiva, y son responsables en buena medida de la existencia de los otros

elementos. El hecho de vivenciarnos débiles e incapaces de poder controlar aquello por

venir confiere mayor peligrosidad y enorme peso, a nuestros ojos, a los contenidos

catastróficos. El circuito se retroalimenta mediante la selección de elementos afines,

siempre negativos, que dan sentido, justifican y refuerzan la preocupación excesiva.

Aquellos elementos de juicio que no nos conduzcan en ese sentido van a ser rápidamente

descartados. El circuito de preocupación excesiva es una corriente que arrastra consigo

solo elementos de su mismo signo.

Subrayemos aquí, una vez más, la función de doble agente de la preocupación

excesiva. Por un lado, retroalimenta el circuito aprensivo. Por el otro, nos confiere una

sensación de control, ilusoria, frente al horizonte de amenazas, también ilusorio, que

vislumbramos.

Los pensamientos catastróficos más angustiantes causarán, a su vez, sensaciones de

indefensión más profundas. El monitoreo en busca de amenazas motivado por la

distorsionada estimación de probabilidad de que ocurran eventos adversos, es fogoneado

a su vez por la catastrofización y las vivencias de indefensión, a las que, por su parte y

en venganza, acrecienta. El conjunto de elementos lleva a una mayor necesidad de

control, que solo incentiva a los demás componentes del conjunto. En el centro, en

negrita, como el humor que nos genera, la preocupación excesiva, nombre que damos a

esta maquinaria en movimiento.

En otras palabras, si nuestro estado de constante alerta busca (y encuentra) amenazas

en cada momento y lugar, si además nos vemos asaltados por ideas catastróficas acerca

de lo que va a ocurrir (catastrofización) y, por último, nos sentimos débiles frente a tales

exigencias de la realidad (vivencias de debilidad o indefensión), se comprende sin

dificultad que nos hayamos convertido en portadores de semejante bomba de tiempo en

nuestras cabezas. Aunque parezca, y lo es, un modo de preocuparse inadecuado, ineficaz

y alejado del sentido común, así es como lo hacemos quienes sufrimos de preocupación

119

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!