Mi cabeza no para! Qué es el trastorno de ansiedad generalizada
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
conoce, lo que no está, aquello contra lo que no se puede luchar, por indeterminado o
intangible. Porque… ¿cómo controlar lo que no está sucediendo? ¿Qué herramientas
poner en juego cuando las inquietudes nos llegan confundidas entre sí, envueltas en una
atmósfera oscura que no nos permite siquiera individualizarlas?
Las cosas van bien en este momento, pero quién sabe, podrían complicarse.
Con el trabajo, por ejemplo, hoy en día no hay mucha estabilidad laboral, algo
podría estar ya sucediendo en la empresa sin que yo esté enterado. Espero que
no pase nada al menos hasta terminar de pagar el crédito del departamento.
Sería desastroso perder el trabajo, vaya a saber cuánto tiempo me podría llevar
conseguir otro. Me preocupa mi rendimiento. No es que me consideren mal,
todo lo contrario, parecen estar satisfechos conmigo, pero las empresas cada
vez quieren más y no sé cómo me calificarán en la evaluación anual. En fin…,
estoy muy preocupado, no sé qué hacer.
¿Y qué es lo que podrías hacer, si nada de eso que nos contás te está pasando? ¡No
está, es intangible, no hay manera ni necesidad de hacer nada!
Nos queda claro que no podemos garantizar el futuro, no podemos predecir con
exactitud el porvenir. Tampoco podemos, en gran medida, controlarlo. Pero, aunque
nuestros asuntos más preciados estén bien y sin novedad, se nos van a poner bien feos si
vivimos sobredimensionando la probabilidad de que algo, no sabemos con exactitud qué
(podría ser cualquier cosa del universo de lo posible), llegara a ocurrir. Algo podría estar
ya sucediendo sin que nos hayamos enterado todavía. Accidentes, enfermedades,
problemas laborales o afectivos, el contratiempo puede estar esperando en cualquier
recodo. Pero el estado de expectación aprensiva, en concreto el hecho de preocuparse
por algo que ni se perfila ni está ocurriendo, algo que no tenemos por dónde agarrarlo
porque no sabemos qué es ni dónde tiene las patas, es la mejor manera de acrecentar la
ansiedad, el miedo y la preocupación. Como si todo lo expuesto no fuera ya harto
suficiente, nuestra inquietud va a continuar creciendo al ritmo de ese temor, de esa íntima
sensación, en el fondo de nuestra alma, de que si algo malo finalmente sucede, no vamos
a ser dueños de la entereza anímica para enfrentarlo.
El concepto de expectación aprensiva describe entonces, de manera muy didáctica y
directa, ya desde las dos palabras que lo componen, un particular estado en el cual
57