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BIOQUÍMICA Y FISIOLOGÍA HUMANA: Artículos de Revisión - Un Enfoque Pre-Clínico. EDICIÓN 2

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En el caso de la hemofilia B, el gen que codifica para

el factor IX es más pequeño. Según Castillo-

González (2012) se encuentra ubicado en el brazo

largo del cromosoma X, en la región Xq27, Consta

de 34 kb y está compuesto por 8 exones que se

transcriben como un ARNm de 2,8 kb. En este gen,

el exón 8 es el de mayor tamaño y en él se localizan

el 50% de las mutaciones. Aproximadamente un

tercio de las mutaciones que ocurren en la Hemofilia

B se han observado en los dinucleótidos CpG y

Alrededor de un tercio aparecen de novo.

Aspectos estructurales y funcionales de los

factores VIII y IX

Factor VIII: Según Castillo-González (2012) el

producto proteico del gen del FVIII es una

proteína de 2351 aminoácidos donde se distingue

un péptido señal de 19 aminoácidos y una

proteína madura de 2 332 aminoácidos, que

circula en concentraciones muy bajas en el

plasma. Debido a que es una proteína inestable,

siempre debe ir unida al factor de Von

Willebrand, el cual le ofrece resistencia a la

degradación proteolítica durante su forma

inactiva.

En su estructura hay una cadena pesada (compuesta

por los dominios A1 y A2) y una cadena ligera

(compuesta por los dominios A3, C1 y C2). En el

centro del factor VIII hay un dominio B cuya función

es la inactivación y el aclaramiento de la molécula

completa. Además, dichos dominios están rodeados

por espacios cortos a1, a2, a3, que son regiones

acídicas ricas en Tyr, Asp y Glu (Castillo-González

,2012). Estos espacios tienen la función de intervenir

en los mecanismos de sulfatación, estabilización de

la molécula, y principalmente contribuyen a la unión

con el factor X.

La trombina activa el factor VIII, específicamente en

la cadena pesada donde se encuentra la arginina.

Luego de esto la molécula pierde las regiones

acídicas y su afinidad por el factor de Von

Willebrand, de manera que se convierte en blanco de

otros factores de coagulación tales como los factores

Xa y IXa, proteína C activada y trombina. Estos van

a degradar proteolíticamente al factor VIII de manera

que producirá su inactivación, la cual también puede

ocurrir mediante la disociación espontánea del

dominio A2.

Factor IX: El factor IX es una proteína de 415

aminoácidos. Para que sea funcional es necesario

que pase por modificaciones postraduccionales

en el hígado. Castillo-González (2012) menciona

que Ellas son: gamma-carboxilación (requiere de

vitamina K), betahidroxilación, remoción del

péptido señal y propéptidos, adición de

carbohidratos, sulfatación y fosforilación.

El factor IX inactivo es una molécula monocatenaria

que tiene un dominio Gla (12 residuos de ácidos

gamma-carboxiglutámico) y un extremo

aminoterminal.

La región Gla está seguida por 2 dominios tipo factor

de crecimiento epidérmico, un péptido de activación

y, por último, presenta un dominio catalítico

responsable de la actividad enzimática del factor

(Castillo-González ,2012).

La unión de la región Gla del factor con el Ca2+

resulta en un cambio conformacional de la molécula

que permite la exposición de residuos hidrofóbicos y

su anclaje a la membrana fosfolipídica de la

plaqueta. De este modo, el FIX se convierte en una

molécula bicatenaria unida por puentes disulfuros.

En el extremo catalítico, el factor VIII activado se va

a unir para que el factor IX activado exprese su

actividad completamente.

DISCUSIÓN

El modelo clásico, también conocido como cascada

de coagulación estuvo vigente hace muchos años

atrás y fue de gran utilidad para describir de manera

organizada las interacciones entre proteínas con

actividad procoagulante, actualmente aún es

funcional para la evaluación global de los tiempos de

coagulación.

Los investigadores notaron que este modelo no era

válido para explicar los mecanismos in vivo ya que

no le otorga importancia a cada uno de los complejos

de actividad procoagulante, no consideran la

interacción del sistema de células que participan en

la coagulación y falla en explicar aspectos

fisiopatológicos relacionados a problemas de

coagulación.

De manera que despertó curiosidad el hecho que los

pacientes con deficiencia hereditaria de factor XII,

precalicreína o quininónego HMW no presentan

problemas de sangrado, al igual que los pacientes

con deficiencia del factor XI tampoco presentan

problemas de sangrado, según Harper (2018) esto

apunta a que en la trombosis (formación de coágulos

en el interior de un vaso sanguíneo que puede llegar

a causar obstrucción) las deficiencias en la vía

intrínseca son protectoras.

Según Guerrero y López (2015) explican, por otro

lado, las deficiencias de los factores VIII y IX,

asociadas a la hemofilia A y B, respectivamente,

cursan con hemorragias severas, a pesar de no haber

alteraciones de la vía extrínseca, de manera se genera

trombina.

De esta manera nació el modelo actual, conocido

como modelo celular de coagulación ya que este

tiene en cuenta aspectos importantes como la

participación de diversas células tales como:

fibroblastos, monocitos, células endoteliales y

plaquetas, las cuales son indispensables para

comprender el funcionamiento correcto del sistema

hemostático de manera que facilita la compresión de

patologías asociadas a esa, como por ejemplo la

hemofilia.

El modelo celular nos proporciona una perspectiva

distinta a la ya conocida, donde la actual que inició

desde el 2003 de forma oficial, no es divida por

complejo intrínseco o extrínseco , sino por etapas de

las cuales son tres principales: iniciación,

amplificación y propagación.

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