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BIOQUÍMICA Y FISIOLOGÍA HUMANA: Artículos de Revisión - Un Enfoque Pre-Clínico. EDICIÓN 2

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La liberación de superóxido al espacio

extracelular, por la actividad de la enzima de

membrana NADPH oxidasa, parece estar bajo el

control de citokinas: M-CSF aumenta y TGF-b

suprime la activación de esta enzima. La

producción de NO en microglias activadas está a

cargo de la enzima NOS (Óxido nítrico sintasa) y

estimuladas por interferones gamma, IFNy, y el

TNF-alfa. Hay dos tipos de NOS: constitutiva e

inducible. Esta última se encuentra en células

fagocíticas y puede ser inducida por varias

endotoxinas y citocinas. Los radicales

peroxinitrito e hidroxilo son conocidos por iniciar

múltiples lesiones celulares, que incluyen

peroxidaciones de los lípidos de la membrana,

ruptura de la hebra de DNA, alteraciones

proteicas, inactivación de enzimas las cuales

pueden conducir a la muerte celular.

Por otro lado, la microglía activa también es la

responsable de grandes cantidades de radicales

NO, los cuales al combinarse con el radical

superóxido, forman el peroxinitrito (OONO-), un

poderoso oxidante que oxida los grupos SH de las

proteínas, lípidos, y ADN; además de liberar

radicales OH a través de su descomposición.

Estos descubrimientos han llevado a proponer la

medicación antiinflamatoria para retrasar la

degeneración como por ejemplo las drogas

antiinflamatorias no esteroideas, las cuales

inhiben la enzima ciclo-oxigenasa 2 y sugiriendo

reducción en los depósitos de β-amiloide.

El tratamiento con antioxidantes es ciertamente

un tratamiento potencial para la elevada

generación de ROS que tiene por fuente a la

microglía activa, sin embargo, es su combinación

con los inhibidores de la NADPH oxidasa la que

puede ser de gran provecho para las enfermedades

neurodegenrativas implicadas con la microglias.

DAÑO OXIDATIVO AL ADN Y MUTACIONES

MITOCONDRIALES.

El encéfalo muestra detalles importantes que revelan la

oxidación de algunas bases del ADN. Esto se logra

evidenciar con indicadores del daño en el lóbulo parietal

de pacientes con EA, de igual forma en la corteza

temporal, occipital y en el hipocampo. En fases iniciales

de la patología es posible encontrar estos hallazgos y se

sabe que puede ser mayor en los ovillos neurofibrilares y

astrocitos reactivos.

El ataque al DNA por las ROS, particularmente por el

radical hidroxilo, da origen a roturas de la cadena DNA–

DNA, entrecruzamientos DNA-proteína y formación de

más de 20 bases modificadas por aductos. Además los

subproductos insaturados α, β-aldehídicos de la

peroxidación lipídica, el 4-hidroxinonenal y la acroleína,

interaccionan con las bases del DNA y producen aductos

exocíclicos. La modificación de las bases por interacción

directa con las ROS o con aldehidos origina mutaciones y

síntesis proteica alterada.

Figura 5. Disfunción mitocondrial en la EA. (Paéz, 2010).

Por otro lado el radical de óxido de nitrógeno, actúa como

mediador en la neurodegeneración, activando procesos

inflamatorios. El aumento excesivo tanto de NO y ROS

inhibe la respiración mitocondrial en las neuronas que

están alrededor

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