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BIOQUÍMICA Y FISIOLOGÍA HUMANA: Artículos de Revisión - Un Enfoque Pre-Clínico. EDICIÓN 2

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Una de las particularidades de las vacunas de ARN es

que desencadenan la respuesta inmune mediante

varios mecanismos. Estimulan la formación de

anticuerpos y reclutan linfocitos T citotóxicos

mediante la unión de la proteína virica producida en

los ribosomas al complejo mayor de

histocompatibilidad tipo I (MHC). Este doble

mecanismo no tiene lugar con otros tipos de vacunas

(Wadhwa, 2020).

Dentro del citoplasma, los endosomas son

estructuralmente modificados debido al cambio de

pH entre el líquido intersticial y el citosol, lo cual

lleva a la desestabilización de las bicapas lipídicas

y así es como se lleva a cabo la liberación del

ARNm.

NANOTECNOLOGÍA EN EL DESARROLLO DE

LAS VACUNAS

El principal reto de las vacunas de ARNm es la

facilidad con la que el material genético puede

hidrolizarse dentro y fuera de la célula, por lo que es

necesario encapsular en una bio-carcasa resistente a

las condiciones fisiológicas, y que sea capaz de

penetrar la doble capa lipídica de las células y

desensamblarse en el citoplasma; algo similar al

proceso de infección viral.

Las nucleasas son enzimas que se encargan de

catalizar la degradación de los ácidos nucleicos;

también son denominadas fosfodiesterasas porque

catalizan la ruptura de enlaces fosfodiéster.

Se les puede clasificar dependiendo del tipo de ácido

nucleico en el que actúan: ribonucleasas para cuyo

sustrato es el ácido ribonucleico y las

desoxirribonucleasas que degradan ácido ribonucleico.

Las nucleasas de interés en este contexto son las

ribonucleasas, que catalizan la hidrólisis de ARN en

componentes más pequeños. Pueden dividirse en

endonucleasas que son enzimas que catalizan la

hidrólisis de los enlaces en diferentes regiones

ubicadas en el interior de la cadena polinucleótida y

exonucleasas que escinde nucleótidos del extremo

terminal, ya sea en el extremo 3' o 5'.

Una estrategia ampliamente aceptada es el desarrollo

de nanopartículas de lípidos, las cuales son capaces de

unirse con el ARNm, condensando al material

genético en un volumen de unos cuantos nm3. Estas

nanopartículas transportan al ARNm a través de las

mucosas, la sangre y el espacio intersticial,

dirigiéndose hacia las células objetivo con ayuda de

una biomolécula (normalmente una proteína) que

funciona como antena en la superficie de la

nanopartícula.

Esta molécula ayuda a la localización del dominio de

unión con el receptor en la membrana celular para

posteriormente ingresar por endocitosis; algo similar

al proceso de entrada de un virus a la célula. Una vez

que el endosoma se encuentra en el espacio

citoplasmático, la nanopartícula lipídica sufre un

cambio estructural que favorece su desensamble para

liberar al material genético (Durán et al., 2021).

Figura 8. Como las nanopartículas lipídicas

protegen al ARNm y coadyuvan a su inserción en

las células objetivo (Durán et al., 2021).

El ARNm es expresado, y el antígeno generado es

procesado por el proteosoma, generando

determinantes antigénicos que son cada uno de los

sitios de una macromolécula que son reconocidos

individualmente por un anticuerpo específico, los

cuales son cargados en los complejos de

histocompatibilidad I y llevados a la cara exterior

de la doble membrana lipídica de la célula. Este

proceso convierte a la célula transductada en una

célula presentadora de antígeno, la cual

interacciona con un linfocito T para generar

anticuerpos específicos para el antígeno.

Las nanopartículas de lípidos son micelas que

cuentan con un centro acuoso rodeado por una

bicapa lipídica que funciona como coraza.

Entonces, las micelas son estructuras esféricas

estables formadas por cientos de moléculas

anfipáticas, es decir, moléculas que se caracterizan

por tener una región polar (hidrofílica) y una

apolar (hidrofóbica). Así como las moléculas que

las componen, las micelas tienen un centro

fuertemente hidrofóbico y su superficie está con

grupos polares hidrofílicos.

Resultan de la mezcla de un grupo de moléculas

anfipáticas con el agua, por lo que se trata de una

forma de estabilizar las regiones hidrofóbicas de

muchas moléculas en conjunto, hecho que es

impulsado por el efecto hidrofóbico y organizado

por fuerzas de van der Waals (R. P. Puig, 2020).

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