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Anticuerpos Covid en leche materna de
vacunadas
El estudio prospectivo, realizado por Sivan Haia
Perl, MD, Shamir Medical Center, Zerifin, Israel
y sus colegas; involucró a 84 mujeres que
amamantaban (edad promedio, 34 años) que
recibieron 2 dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech
con 21 días de diferencia. La edad media (DE) de
los lactantes fue de 10,32 (7,3) meses (Perl,
2021).
En este estudio se administró la vacuna a madres
lactantes, donde se recolectaron muestras de la
lecha materna antes y una vez a la semana durante
6 semanas a partir de la semana 2 después de la
primera dosis de la vacuna, proporcionando así un
total de 504 muestras de leche materna.
De acuerdo (Perl, 2021), a las 2 semanas después
de la primera dosis de vacuna, los investigadores
observaron que los niveles medios de anticuerpos
IgA específicos anti-SARS-CoV-2 en la leche
materna aumentaron rápidamente y fueron
significativamente elevados (relación 2.05; P
<0.001), con 61.8% de muestras que dieron
positivo, con un aumento de la proporción al
86,1% en la semana 4 (1 semana después de la
segunda dosis de vacuna).
Por otro lado, se encontró que los anticuerpos IgG
específicos anti-SARS-CoV-2 permanecían bajos
durante las primeras 3 semanas después de la
primera dosis de vacuna, con un aumento en la
semana 4.
En esta investigación, ninguna madre o producto
experimentó ningún evento adverso grave durante
el período de estudio. Concluyendo, que se
encontró una fuerte secreción de anticuerpos IgA
e IgG específicos del SARS-CoV-2 en la leche
materna durante 6 semanas después de la
vacunación; donde la secreción de IgA fue
evidente tan pronto como 2 semanas después de la
vacunación seguida de un pico en IgG después de
4 semanas (Perl, 2021).
DISCUSION
Como mencionó (Vega, s.f), los dominios de las
inmunoglobulinas son el punto clave de
funcionamiento de ellas. Al estar formados desde
70 hasta 110 aminoácidos, son los que permiten la
gran especificidad de las uniones antígenoanticuerpo.
Además, la región bisagra formada
por puentes disulfuro entre los dominios CH1 y
CH2 de la cadena pesada, comprendimos que se
forman justo en esa área debido al alto número de
cisteínas (apolares) que permiten la formación de
estos puentes apolares, que le confiere la
flexibilidad a la Ig para unirse con su antígeno.
Si una molécula de inmunoglobulina es tratada
por proteasas esta se dividirá en un fragmento Fab
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que es donde reside la especificidad de la
inmunoglobulina, y por tanto su capacidad para
reaccionar con el antígeno y un fragmento Fc, el
cual según (Rodwell & col., 2018) realiza las
funciones efectoras de las inmunoglobulinas
como lo es la fijación del complemento,
receptores celulares, etc. La región bisagra está
formada por un gran número del aminoácido
prolina, lo que permite su flexibilidad, pero
también su susceptibilidad al ataque de proteasas,
es por ello que se da su fragmentación en una
región Fab y una región Fc.
Muchas de las patologías relacionadas a las
inmunoglobulinas ocurren cuando se presenta
deficiencia de las mismas, ya sea por
exposiciones tempranas como menciona
(Sanabria, 2017), a patógenos; o por uso de leche
sintética para amamantar a los bebés en vez del
uso de leche materna o deficiencias en el sistema
inmune de la persona.
En las alternativas diagnósticas para Covid-19 en
América Latina según (Santaella, 2020), se puede
observar que los resultados que se obtuvieron en
los inicios de la infección en pruebas serológicas
no fueron los esperados, debido a que la
pandemia se encontraba en fases iniciales
afectando directamente la sensibilidad de las
pruebas. Cabe resaltar que dichas pruebas no
tienen un peso relevante para el uso clínico
individualizado sino, para la vigilancia
epidemiológica y futuras generaciones para llegar
a una nueva normalidad.
Por otra parte, el manejo del tratamiento
inmunosupresor en el contexto de dicha infección
no está claro debido a que es un suceso reciente;
sin embargo, el profesional de la salud ha
encontrado maneras de comprobar la eficacia y el
perfil de seguridad de diversos fármacos; dentro
de este grupo tenemos las Inmunoglobulinas
humanas inespecíficas por vía intravenosa, las
cuales según (Díaz, 2020), presentan un buen
perfil convirtiéndolas en una interesante terapia
alternativa.
Tener conocimiento de la duración de las
inmunoglobulinas IgM, IgG e IgA en la
población, como menciona (Santaella, 2020) ha
permitido predecir rebrotes, brindar información
relevante en el desarrollo de vacunación
identificando a los candidatos relevantes y el
control epidemiológico en todo el mundo.
Otro motivo de interés de acuerdo a (Idrovo,
2020) radica en que el monitoreo de pacientes
post-Covid ha permitido seleccionar donantes de
plasma para el tratamiento de personas infectadas
y en estado grave de Covid-19 en las cuales los
fármacos convencionales no han tenido un gran
impacto.