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INFLAMACIÓN Y PAPEL DE LA
MICROGLIA EN LA FORMACIÓN DE
ROS.
Por medio de estudios histológicos, se ha
demostrado que la inflamación crónica juega un
papel muy importante en la muerte neuronal
progresiva de muchas enfermedades ya que es
considerado un proceso de defensa contra alguna
infección o daño, que tiene como finalidad
restablecer la integridad tisular. Sin embargo, ante
patologías, se pierde la regulación de esta
respuesta, lo cual contribuye a convertirse en un
factor poderoso de destrucción neuronal.
convierte a la microglía en una célula
presentadora de antígenos más apta y a su vez,
secreta productos como citoquinas
proinflamatorias, agentes oxidantes y
aminoácidos excitatorios.
Si la situación se mantiene a través del tiempo,
esto puede llevar a la perdida sináptica, al daño
neuronal e incluso a la apoptosis neuronal.
Las microglías son células que proceden de la
médula ósea y se encuentran en todas las regiones
del sistema nervioso central, participando en la
respuesta inmune. De manera general estas se
activan por daño o por cambios en el
microambiente, y con frecuencia aparecen antes
de que ocurran daños detectables en otros tipos de
células. En este caso, la activación de la microglía
se asocia con la acumulación de la proteína beta
amiloide.
Como se observa en la figura 4, el mecanismo de
acción de la microglía inicia con la estimulación
de de los receptores tipo Toll (familia de proteínas
que forman parte del sistema inmune innato) los
cuales son estimulados por patrones moleculares
asociados a patógenos (PAMPs) o los patrones
moleculares asociados al daño celular (DAMPs).
Dicha activación puede verse exacerbada por una
sensibilización producto de la acción de
glucocorticoides, los cuales son derivados del
estrés crónico, los cuales desencadenan una
cascada de señalización intracelular a través del
receptor de glucocorticoides (GR) que favorece la
transcripción de diferentes productos
proinflamatorios. Al ser activada, la microglía
prolifera, adquiriendo una forma ameboide y
expresando una mayor cantidad de moléculas del
MHC-II (complejo mayor de histocompatibilidad
de clase II) en su superficie, por lo tanto,
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Figura 4. Modelo de activación de la microglia
(Wes et.al., 2016).
De manera similar ocurre lo mismo con los
macrófagos, los cuales aumentan la fagocitosis y
activan productos secretorios que en exceso,
pueden ser letales al sistema nervioso central
(SNC). Estas respuestas son y se mantienen
activadas durante el estado de estrés oxidativo,
generando así un círculo vicioso de muerte,
destrucción y más estrés oxidativo sobre las
neuronas, haciéndose imposible de romper debido
a la pérdida de capacidad de las defensas
antioxidantes.
La microglia activada, produce el radical
superóxido (O2-), el cual actúa sobre la ferritina,
obligándola a liberar hierro bivalente; este se
combina con el peróxido de hidrógeno para
formar el peligroso radical hidroxilo, OH (fuente
de múltiples lesiones celulares), este proceso
recibe el nombre de reacción de Haber-Weiss.