ABRIR II PARTE. CAPÍTULO V. - Universidad Complutense de Madrid

Entre tales maestros, se sobreentiende al propio Sepúlveda, quien junto a Silíceo,
Calvete de Estrella, Honorato Juan y, como veremos más adelante, Francisco de Vargas,
asistieron a Felipe II en sus estudios de juventud. El humanista cordobés, no obstante,
terminada por olvidarse de la intervención de aquellos, y si en su Crónica latina del
Emperador todavía citaba el nombre de Honorato, en 1569, fallecido el valenciano, recuer-
da a Felipe II los muchos años que había servido a la Corona, “y especialmente en los
estudios de V. M. en su tierna edad por mandado del invíctisimo emperador su padre, con
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su principal maestro Silíceo, que después fue arzobispo de Toledo” . No tuvo el príncipe
Felipe, según afirma Campos Muñoz, como profesores de Teología, Derecho y otras disci-
plinas a don Pedro de Castro, al doctor Escudero, a Miguel Terza y a otros. Se trata de
una lectura equivocada de una referencia de Alfonso de Ulloa,en su biografía de Carlos
Y08. Estos personajes no fueron preceptores de Felipe II, sino miembros de su Corte y
Consejos cuando Carlos V le encomendé el gobierno de España, en 1543. Esto no quiere
decir que la lista de preceptores deba limitarse a los arriba enumerados. Como en el caso
anterior de Corcuera, o de Arroyo, de manera esporádica pudieron incorporarse artesanos,
eruditos u hombres de letras y ciencias, al estudio del Príncipe, con el objeto de instruirle
en alguna cuestión en particular, ya del gusto de don Felipe, ya por instancia de sus precep-
tores.
107.BELTRAN DE HEREDIA. Cartulario. Op. ch. V, p. 329. Sepúlveda a Felipe II. (Pozoblanco
de Córdoba, 7-ene- 1569).
108.CAMPO MUÑOZ, María Isabel. “Honorato Juan, humanista, maestro de príncipes y
obispo de Osma”. (Soria, Caja General, 1986), p. 68. ULLOA, Alfonso de. Vida de Carlos y,
lib. 4, fol. 243.
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