Vargas Llosa, Mario - La ciudad y los perros - Centro Peruano de ...
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<strong>La</strong> Ciudad y <strong>los</strong> Perros <strong>Mario</strong> <strong>Vargas</strong> <strong>L<strong>los</strong>a</strong><br />
-Todavía no sé, mi teniente -repuso el Jaguar, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> unos segundos. Hubo una nueva vacilación-<br />
Quizá me presente a la Escuela <strong>de</strong> Aviación.<br />
Pasaron unos instantes. Se miraban a <strong>los</strong> ojos y parecían esperar algo, uno <strong>de</strong>l otro. De pronto, Gamboa<br />
preguntó bruscamente:<br />
-¿Usted sabe por qué está en el calabozo, no es cierto?<br />
-No, mi teniente.<br />
-¿De veras? ¿Cree que no hay motivos?<br />
-No he hecho nada -afirmó el Jaguar.<br />
-Bastaría sólo lo <strong>de</strong>l ropero -dijo Gamboa, lentamente - Cigarril<strong>los</strong>, dos botellas <strong>de</strong> pisco, una colección<br />
<strong>de</strong> ganzúas. ¿Le parece poco?<br />
El teniente lo observó <strong>de</strong>tenidamente, pero en vano; el Jaguar permanecía quieto y mudo. No parecía<br />
sorprendido ni atemorizado.<br />
-Los cigarril<strong>los</strong>, pase -añadió Gamboa-. Es sólo una consigna. El licor, en cambio, no. Los ca<strong>de</strong>tes<br />
pue<strong>de</strong>n emborracharse en la calle, en sus casas. Pero aquí no se bebe una gota <strong>de</strong> alcohol. -Hizo una<br />
pausa- ¿Y <strong>los</strong> dados? <strong>La</strong> primera sección es un garito. ¿Y las ganzúas? ¿Qué significa eso? Robos.<br />
¿Cuántos roperos ha abierto, hace cuánto tiempo que roba a sus compañeros?<br />
-¿Yo? -Gamboa se <strong>de</strong>sconcertó un momento: el Jaguar lo miraba con ironía. Repitió, sin bajar la vista: -<br />
¿Yo?<br />
-Sí -dijo Gamboa; sentía que la cólera lo dominaba ¿quién mierda sino usted?<br />
-Todos -dijo el Jaguar- Todo el colegio.<br />
-Miente -dijo Gamboa- Es usted un cobar<strong>de</strong>.<br />
-No soy un cobar<strong>de</strong> -dijo el Jaguar- Se equivoca, mi te-<br />
-Un ladrón -añadió Gamboa- Un borracho, un timbero, y encima un cobar<strong>de</strong>. ¿Sabe usted que me<br />
gustaría que fuéramos civiles?<br />
-¿Quiere pegarme? -preguntó el Jaguar.<br />
-No -dijo Gamboa- Te agarraría <strong>de</strong> una oreja y te llevaría al Reformatorio. Ahí es don<strong>de</strong> te <strong>de</strong>berían<br />
haber metido tus padres. Ahora es tar<strong>de</strong>, te has fregado tú solo. ¿Te acuerdas hace tres años? Or<strong>de</strong>né<br />
que <strong>de</strong>sapareciera el Círculo, que <strong>de</strong>jaran <strong>de</strong> jugar a <strong>los</strong> bandidos. ¿Te acuerdas lo que les dije esa<br />
noche?<br />
-No -dijo el Jaguar-. No me acuerdo.<br />
-Sí te acuerdas -dijo Gamboa-. Pero no importa. ¿Creías que eras muy vivo, no? En el Ejército, <strong>los</strong> vivos<br />
como tú se revientan tar<strong>de</strong> o temprano. Te has librado mucho tiempo. Pero ya te llegó tu hora.<br />
-¿Por qué? -dijo el Jaguar-. No he hecho nada.<br />
-El Círculo -dijo Gamboa-. Robo <strong>de</strong> exámenes, robo <strong>de</strong> prendas, emboscadas contra <strong>los</strong> superiores,<br />
abuso <strong>de</strong> autoridad con <strong>los</strong> ca<strong>de</strong>tes <strong>de</strong> tercero. ¿Sabes lo que eres? Un <strong>de</strong>lincuente.<br />
-No es cierto -dijo el Jaguar- No he hecho nada. He hecho lo que hacen todos.<br />
-¿Quién? -dijo Garriboa- ¿Quién más ha robado exámenes?<br />
-Todos -dijo el Jaguar-. Los que no roban es porque tienen plata para comprar<strong>los</strong>. Pero todos están<br />
metidos en eso.<br />
-Nombres -dijo Gamboa-. Dame algunos nombres. ¿Quiénes <strong>de</strong> la primera sección?<br />
-¿Me van a expulsar?<br />
-Sí. Y quizá te pase algo peor.<br />
-Bueno -dijo el Jaguar, sin que se alterara su voz-. Toda la primera sección ha comprado exámenes.<br />
-¿Sí? -dijo Gamboa-. ¿También el ca<strong>de</strong>te Arana?<br />
-¿Cómo, mi teniente?<br />
-Arana -repitió Gamboa- El ca<strong>de</strong>te Ricardo Arana.<br />
-No -dijo el Jaguar-. Creo que él no compró nunca. Era un chancón. Pero todos <strong>los</strong> otros, sí.<br />
-¿Por qué mataste a Arana? -dijo Gamboa- Respon<strong>de</strong>. Todo el mundo está enterado. ¿Por qué?<br />
-¿Qué le pasa a usted? -dijo el Jaguar. Había pestañeado una sola vez.<br />
-Respon<strong>de</strong> a mi pregunta.<br />
-¿Es usted muy hombre? -dijo el Jaguar. Se había incorporado. Su voz temblaba-. Si es usted tan<br />
hombre, quítese <strong>los</strong> galones. Yo no le tengo miedo.<br />
Gamboa, instantáneo como un relámpago, estiró el brazo y lo cogió <strong>de</strong>l cuello <strong>de</strong> la camisa a la vez que<br />
con la otra mano lo arrinconaba contra la pared. Antes que el Jaguar comenzara a toser, Gamboa sintió<br />
un aguijón en el hombro; al intentar golpearlo, el Jaguar había rozado su codo y el puño se <strong>de</strong>tuvo a<br />
medio camino. Lo soltó y retrocedió un paso.<br />
-Podría matarte -dijo- Estoy en mi <strong>de</strong>recho. Soy tu superior y has querido golpearme. Pero el Consejo <strong>de</strong><br />
oficiales se va a encargar <strong>de</strong> ti.<br />
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