01.05.2013 Views

Vargas Llosa, Mario - La ciudad y los perros - Centro Peruano de ...

Vargas Llosa, Mario - La ciudad y los perros - Centro Peruano de ...

Vargas Llosa, Mario - La ciudad y los perros - Centro Peruano de ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>La</strong> Ciudad y <strong>los</strong> Perros <strong>Mario</strong> <strong>Vargas</strong> <strong>L<strong>los</strong>a</strong><br />

-¿Crees que todos son como tú? -dijo el Jaguar- Te equivocas. Yo no soy un soplón ni converso con<br />

soplones. Sal <strong>de</strong> aquí.<br />

-¿Vas a <strong>de</strong>jar que sigan creyendo que fuiste tú? -Alberto se <strong>de</strong>scubrió hablando con respeto, casi<br />

cordialmente-. ¿Por qué?<br />

-Yo les enseñé a ser hombres a todos ésos -dijo el Jaguar- ¿Crees que me importan? Por mí, pue<strong>de</strong>n irse<br />

a la mierda todos. No me interesa lo que piensen. Y tú tampoco. Lárgate.<br />

-Jaguar -dijo Alberto-. Te vine a buscar para <strong>de</strong>cirte que siento lo que ha pasado. Lo siento mucho.<br />

-¿Vas a ponerte a llorar? -dijo el Jaguar”. Mejor no vuelvas a dirigirme la palabra. Ya te he dicho que no<br />

quiero saber nada contigo.<br />

-No te pongas en ese plan -dijo Alberto-. Quiero ser tu amigo. Yo les diré que no fuiste tú, sino yo.<br />

Seamos amigos.<br />

-No quiero ser tu amigo -dijo el Jaguar- Eres un pobre soplón y me das vómitos. Fuera <strong>de</strong> aquí.<br />

Esta vez, Alberto obe<strong>de</strong>ció. No volvió a la cuadra. Estuvo tendido en la hierba <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scampado, hasta<br />

que tocaron el silbato para ir al comedor.<br />

EPILOGO<br />

... en cada linaje el <strong>de</strong>terioro ejerce su dominio<br />

Car<strong>los</strong> Germán Belli<br />

Cuando el teniente Gamboa llegó a la puerta <strong>de</strong> la secretaría <strong>de</strong>l año, el capitán Garrido colocaba un<br />

cua<strong>de</strong>rno en un armario; estaba <strong>de</strong> espaldas, la presión <strong>de</strong> la corbata cubría su cuello <strong>de</strong> arrugas.<br />

Gamboa dijo "buenos días" y el capitán se volvió.<br />

-Hola, Gamboa -dijo, sonriendo-. ¿Listo para partir?<br />

-Sí, mi capitán-. El teniente entró en la habitación. Vestía el uniforme <strong>de</strong> salida; se quitó el quepí: un fino<br />

surco ceñía su frente, sus sienes y su nuca como un perfecto círculo- Acabo <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedirme <strong>de</strong>l coronel,<br />

<strong>de</strong>l comandante y <strong>de</strong>l mayor. Sólo me falta usted.<br />

-¿Cuándo es el viaje?<br />

-Mañana temprano. Pero todavía tengo muchas cosas que hacer.<br />

-Ya hace calor -dijo el capitán- El verano va a ser fuerte este año, vamos a cocinarnos. -Se rió-. Después<br />

<strong>de</strong> todo, a usted qué le importa. En la puna, verano o invierno es lo mismo.<br />

-Si no le gusta el calor -bromeó Gamboa-, po<strong>de</strong>mos hacer un cambio. Yo me quedo en su lugar y usted<br />

se va a Juliaca.<br />

-Ni por todo el oro <strong>de</strong>l mundo -dijo el capitán, tomándolo <strong>de</strong>l brazo- Venga, le invito un trago.<br />

Salieron. En la puerta <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las cuadras, un ca<strong>de</strong>te con las insignias color púrpura <strong>de</strong> cuartelero,<br />

contaba un alto <strong>de</strong> prendas.<br />

-¿Porqué no está en clase ese ca<strong>de</strong>te? -preguntó Gamboa.<br />

-No pue<strong>de</strong> con su genio -dijo el capitán, alegremente ¿Qué le importa ya lo que hagan <strong>los</strong> ca<strong>de</strong>tes?<br />

-Tiene usted razón. Es casi un vicio.<br />

Entraron a la cantina <strong>de</strong> oficiales y el capitán pidió una cerveza. Llenó él mismo <strong>los</strong> vasos. Brindaron.<br />

-No he estado nunca en Puno -dijo el capitán- Pero creo que no está mal. Des<strong>de</strong> Juliaca se pue<strong>de</strong> ir en<br />

tren o en auto. También pue<strong>de</strong> darse sus escapadas a Arequipa, <strong>de</strong> vez en cuando.<br />

-Sí -dijo Gamboa- Ya me acostumbraré.<br />

-Lo siento mucho por usted -dijo el capitán- Aunque no lo crea, yo lo estimo, Gamboa. Recuer<strong>de</strong> que se<br />

lo advertí. ¿Conoce ese refrán? "Quien con mocosos se acuesta..." Y, a<strong>de</strong>más, no olvi<strong>de</strong> en el futuro que<br />

en el Ejército se dan lecciones <strong>de</strong> reglamento a <strong>los</strong> subordinados, no a <strong>los</strong> superiores.<br />

-No me gusta que me compa<strong>de</strong>zcan, mi capitán. Yo no me hice militar para tener la vida fácil. <strong>La</strong><br />

guarnición <strong>de</strong> Juliaca o el Colegio Militar me da lo mismo.<br />

-Tanto mejor. Bueno, no discutamos. Salud.<br />

Bebieron lo que quedaba <strong>de</strong> cerveza en <strong>los</strong> vasos y el capitán volvió a llenar<strong>los</strong>. Por la ventana se veía el<br />

<strong>de</strong>scampado; la hierba parecía más alta y clara. <strong>La</strong> vicuña pasó varias veces: corría muy agitada mirando<br />

a todos <strong>los</strong> lados con sus ojos inteligentes.<br />

-Es el calor -dijo el capitán, señalando al animal con el <strong>de</strong>do- No se acostumbra. El verano pasado<br />

estuvo medio loca.<br />

-Voy a ver muchas vicuñas -dijo Gamboa-. Y a lo mejor apren<strong>de</strong>ré quechua.<br />

-¿Hay compañeros suyos en Juliaca?<br />

-Muñoz. El único.<br />

-¿El burro Muñoz? Es buena gente. ¡Un borracho perdido!<br />

142

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!