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Vargas Llosa, Mario - La ciudad y los perros - Centro Peruano de ...

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<strong>La</strong> Ciudad y <strong>los</strong> Perros <strong>Mario</strong> <strong>Vargas</strong> <strong>L<strong>los</strong>a</strong><br />

pasar por francés, eso se llama ser hijo <strong>de</strong> perra. Renegar <strong>de</strong> su patria, no conozco nada más cobar<strong>de</strong>.<br />

Pero a lo mejor es mentira, ¿<strong>de</strong> dón<strong>de</strong> sale tanta cosa que cuentan <strong>de</strong> Fontana? Todos <strong>los</strong> días sacan<br />

algo nuevo. De repente ni siquiera es marica, pero <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> esa vocecita, esos gestos que provoca<br />

pellizcarle <strong>los</strong> cachetes. Si es verdad que se hace pasar por francés, me alegro <strong>de</strong> haberlo batido. Me<br />

alegro que lo batan. Lo seguiré batiendo hasta el último día <strong>de</strong> clase. Profesor Fontana, ¿cómo se dice<br />

en francés cucurucho <strong>de</strong> caca? A veces da compasión, no es mala gente, sólo un poco raro. Una vez se<br />

puso a llorar, creo que fue por las "Gilletes", zumm, zumm, zumm. Traigan todos una "Gillete" y párenlas<br />

en una rendija <strong>de</strong> la carpeta, para hacerlas vibrar les meten el <strong>de</strong>dito, dijo el Jaguar. Fontana movía la<br />

boca y sólo se oía zumm, zumm, zumm. No se rían para no per<strong>de</strong>r el compás, el marica seguía<br />

moviendo la boquita, zumm, zumm, zumm, cada vez más fuerte y parejo, a ver quién se cansa primero.<br />

Nos quedamos así tres cuartos <strong>de</strong> hora, quizá más. ¿Quién va a ganar, quién se rin<strong>de</strong> primero? Fontana<br />

como si nada, un mudo que mueve la boca y la sinfonía cada vez más bonita, más igualita. Y entonces<br />

cerró <strong>los</strong> Ojos y cuando <strong>los</strong> abrió lloraba. Es un marica. Pero seguía moviendo la boca, qué resistencia <strong>de</strong><br />

tipo. Zumin, zumni, zumin. Se fue y todos dijeron "ha ido a llamar al teniente, ya nos fregamos, pero eso<br />

es lo mejor, sólo se mandó mudar. Todos <strong>los</strong> días lo baten y nunca llama a <strong>los</strong> oficiales. Debe tener<br />

miedo que le peguen, lo bueno es que no parece un cobar<strong>de</strong>. A veces parece que le gusta que lo batan.<br />

Los maricas son muy raros. Es un buen tipo, nunca jala en <strong>los</strong> exámenes. Él tiene la culpa que lo batan.<br />

¿Qué hace en un colegio <strong>de</strong> machos con esa voz y esos andares? El serrano lo friega todo el tiempo, lo<br />

odia <strong>de</strong> veras. Basta que lo vea entrar para que empiece, ¿cómo se dice maricón en francés?, profesor<br />

¿a usted le gusta el catchascán?, usted <strong>de</strong>be ser muy artista, ¿por qué no se canta algo en francés con<br />

esa dulce voz que tiene?, profesor Fontana, sus ojos se parecen a <strong>los</strong> <strong>de</strong> Rita Hayworth. Y el marica no<br />

se queda callado, siempre respon<strong>de</strong>, sólo que en francés. Oiga, profesor, no sea usted tan vivo, no<br />

mente la madre, lo <strong>de</strong>safío a boxear con guantes, Jaguar no seas mal educado. Lo que pasa es que se lo<br />

han comido, lo tenemos dominado. Una vez lo escupimos mientras escribía en la pizarra, quedó todito<br />

vomitado, qué asquerosidad <strong>de</strong>cía Cava, <strong>de</strong>bía bañarse antes <strong>de</strong> entrar a clases. Ah, esa vez llamó al<br />

teniente, la única vez, qué papelón, por eso no volvió a llamar a <strong>los</strong> oficiales, Gamboa es formidable, ahí<br />

nos dimos cuenta todos <strong>de</strong> lo formidable que es Gamboa. Lo miró <strong>de</strong> arriba abajo, qué suspenso, nadie<br />

respiraba. ¿Qué quiere que haga, profesor? Usted es el que manda en el aula. Es muy fácil hacerse<br />

respetar. Mire. Nos observó un rato y dijo ¡Atención!, caracho en menos <strong>de</strong> un segundo estábamos<br />

cuadrados. ¡Arrodillarse!, caracho en menos <strong>de</strong> un segundo estábamos en el suelo. "Marcha <strong>de</strong>l pato en<br />

el sitio", y ahí mismito comenzamos a saltar con las piernas abiertas. Más <strong>de</strong> diez minutos, creo. Parecía<br />

que me habían machucado las rodillas con una comba, un-dos, un-dos, muy serios, como patos, hasta<br />

que Gamboa dijo ¡alto! y preguntó ¿alguien quiere algo conmigo, <strong>de</strong> hombre a hombre?, no se movía ni<br />

una mosca. Fontana lo miraba y no podía creer. Debe hacerse respetar usted mismo, profesor, a éstos<br />

no les gustan las buenas maneras sino <strong>los</strong> carajos. ¿Quiere usted que <strong>los</strong> consigne a todos? No se<br />

moleste, dijo Fontana, qué buena respuesta, no se moleste, teniente. Y comenzamos a <strong>de</strong>cir ma-ri-quita,<br />

con el estómago, eso es lo que hacía Cava esta tar<strong>de</strong>, porque es medio ventrílocuo. No se mueven ni<br />

su jeta ni sus ojos <strong>de</strong> serrano y <strong>de</strong> a<strong>de</strong>ntro le sale una voz clarita, es <strong>de</strong> verlo y no creerlo. Y en eso el<br />

Jaguar dijo "vienen a llevarse a Cava, ya <strong>de</strong>scubrieron todo”. Y se puso a reír y Cava miraba a todos<br />

lados, y el Ru<strong>los</strong> y yo, qué pasa hermano, y Huarina apareció en la puerta y dijo, Cava, venga con<br />

nosotros, perdón, profesor Fontana, es un asunto importante. Bien hombre el serrano, se levantó y salió<br />

sin mirarnos y el Jaguar, "no saben con quién se meten”, y se puso a hablar incendios contra Cava,<br />

serrano <strong>de</strong> mierda, se fregó por bruto, y todo el serrano, como si él tuviera la culpa <strong>de</strong> que lo fueran a<br />

expulsar.<br />

Ha olvidado <strong>los</strong> hechos minúscu<strong>los</strong>, idénticos, que constituían su vida, esos días que siguieron al<br />

<strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> que tampoco podía confiar en su madre, pero no ha olvidado el <strong>de</strong>sánimo, la<br />

amargura, el rencor, el miedo que reinaban en su corazón y ocupaban sus noches. Lo peor era simular.<br />

Antes, aguardaba para levantarse que él hubiera salido. Pero una mañana alguien retiró las sábanas <strong>de</strong><br />

su cama cuando aún dormía; sintió frío, la luz clara <strong>de</strong>l amanecer le obligó a abrir <strong>los</strong> ojos. Su corazón se<br />

<strong>de</strong>tuvo: su padre estaba a su lado y tenía las pupilas incendiadas, igual que aquella noche. Oyó: -¿Qué<br />

edad tienes?<br />

-Diez años - dijo.<br />

-¿Eres un hombre? Respon<strong>de</strong>. -Sí -balbuceó.<br />

-Fuera <strong>de</strong> la cama, entonces - dijo la voz- Sólo las mujeres se pasan el día echadas, porque son ociosas<br />

y tienen <strong>de</strong>recho a serlo, para eso son mujeres. Te han criado como a una mujerzuela. Pero yo te haré<br />

un hombre.<br />

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