Vargas Llosa, Mario - La ciudad y los perros - Centro Peruano de ...
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<strong>La</strong> Ciudad y <strong>los</strong> Perros <strong>Mario</strong> <strong>Vargas</strong> <strong>L<strong>los</strong>a</strong><br />
-Bien. En la primera formación leerá un Or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l Día. Tome nota. Los oficiales y el alumnado <strong>de</strong>ploran<br />
profundamente el acci<strong>de</strong>nte que ha costado la vida al ca<strong>de</strong>te. Especifique que se <strong>de</strong>bió a un error <strong>de</strong> él<br />
mismo. Que no que<strong>de</strong> la menor duda. Que esto sirva <strong>de</strong> advertencia, para un cumplimiento más estricto<br />
<strong>de</strong>l reglamento y <strong>de</strong> las instrucciones, etc. Redáctela esta noche y tráigame el borrador. Lo corregiré yo<br />
mismo. ¿Quién es el teniente <strong>de</strong> la compañía <strong>de</strong>l ca<strong>de</strong>te?<br />
-Yo, mi coronel -dijo Garriboa- Primera compañía.<br />
-Reúna a las secciones antes <strong>de</strong>l entierro. Déles una pequeña conferencia. <strong>La</strong>mentamos sinceramente lo<br />
sucedido, pero en el Ejército no se pue<strong>de</strong>n cometer errores. Todo sentimentalismo es criminal. Usted se<br />
quedará a hablar conmigo <strong>de</strong> este asunto. Vamos a aclarar primero <strong>los</strong> <strong>de</strong>talles <strong>de</strong>l entierro. ¿Estuvo con<br />
la familia, Garrido?<br />
-Sí, mi coronel. Están <strong>de</strong> acuerdo en que sea a las seis <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>. Hablé con el padre. <strong>La</strong> madre está<br />
muy afectada.<br />
-Irá sólo el quinto año -lo interrumpió el coronel- Recomien<strong>de</strong>n a <strong>los</strong> ca<strong>de</strong>tes discreción absoluta. Los<br />
trapos sucios se lavan en casa. Pasado mañana <strong>los</strong> reuniré en el Salón <strong>de</strong> Actos y les hablaré. Una<br />
tontería cualquiera pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>satar un escándalo. El ministro reaccionará mal cuando se entere, no faltará<br />
quien vaya a <strong>de</strong>círselo, ya saben que estoy ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> enemigos. Bien, vamos por partes. Teniente<br />
Huarina, encárguese <strong>de</strong> pedir camiones a la Escuela Militar. Usted vigilará el <strong>de</strong>splazamiento. Y la<br />
<strong>de</strong>volución <strong>de</strong> <strong>los</strong> camiones a la hora <strong>de</strong>bida. ¿Entendido?<br />
-Sí, mi coronel.<br />
-Pitaluga, vaya a la capilla. Sea amable con <strong>los</strong> familiares. Yo iré a saludar<strong>los</strong> <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un momento.<br />
Que <strong>los</strong> ca<strong>de</strong>tes <strong>de</strong> la guardia <strong>de</strong> honor observen la máxima disciplina. No toleraré la menor infracción<br />
durante el velorio o el entierro. Lo hago responsable. Quiero que el quinto año dé la impresión <strong>de</strong> sentir<br />
mucho la muerte <strong>de</strong>l ca<strong>de</strong>te. Eso constituye siempre una nota positiva.<br />
-Por eso no se preocupe, mi coronel -dijo Gamboa -Los ca<strong>de</strong>tes <strong>de</strong> la compañía están muy<br />
impresionados.<br />
-¿Sí? -dijo el coronel, mirando a Gamboa con sorpresa-. ¿Por qué?<br />
-Son muy jóvenes mi coronel -dijo. Garrido- Los mayores tienen dieciséis años, sólo unos cuantos<br />
diecisiete. Han vivido con él casi tres años. Es natural que estén impresionados.<br />
-¿Por qué? -insistió el coronel-. ¿Qué han dicho? ¿Qué han hecho? ¿Cómo sabe usted que están<br />
impresionados?<br />
-No pue<strong>de</strong>n dormir, mi coronel. He recorrido todas las secciones. Los ca<strong>de</strong>tes están <strong>de</strong>spiertos en sus<br />
camas, y hablan <strong>de</strong> Arana.<br />
-¡En las cuadras no se pue<strong>de</strong> hablar <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l toque <strong>de</strong> silencio! -gritó el coronel- ¿Cómo es posible<br />
que no lo sepa, Gamboa?<br />
-Los he hecho callar, mi coronel. No hacen bulla, hablan en voz baja. Sólo se oye un murmullo. He<br />
or<strong>de</strong>nado a <strong>los</strong> suboficiales que recorran las cuadras.<br />
-No me extraña que ocurran acci<strong>de</strong>ntes como éste en el quinto año -dijo el coronel, mostrando el puño<br />
nuevamente; pero su puño era blanco y pequeñito”no inspiraba respeto-: <strong>los</strong> propios oficiales fomentan<br />
la indisciplina.<br />
Gamboa no respondió.<br />
-Pue<strong>de</strong>n retirarse -dijo el coronel, dirigiéndose a Calzada, Pitaluga y Huarina- Una vez más les<br />
recomiendo discreción absoluta.<br />
Los oficiales se pusieron <strong>de</strong> pie, chocaron <strong>los</strong> talones y salieron. Sus pasos se perdieron en el corredor.<br />
El coronel se sentó en él sillón que ocupaba Huarina, pero al instante se levantó y comenzó a pasear por<br />
la habitación.<br />
-Bueno -dijo <strong>de</strong> pronto, <strong>de</strong>teniéndose - Ahora quiero saber lo que ha pasado. ¿Cómo ha sido?<br />
El capitán Garrido miró a Gamboa y con un movimiento <strong>de</strong> cabeza le indicó que hablara. El teniente se<br />
volvió hacia el coronel.<br />
-En realidad, mi coronel, todo lo que sé figura en el parte. Yo dirigía la progresión <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el otro extremo,<br />
en el flanco <strong>de</strong>recho. No vi ni sentí nada, hasta que llegamos cerca <strong>de</strong> la cumbre. El capitán tenía<br />
cargado al ca<strong>de</strong>te.<br />
-¿Y <strong>los</strong> suboficiales? -preguntó el coronel-. ¿Qué hacían mientras usted dirigía la progresión? ¿Estaban<br />
ciegos y sordos?<br />
-Iban a la retaguardia, mi coronel, según las instrucciones. Pero tampoco notaron nada. -Hizo una pausa<br />
y añadió, respetuosamente: -También lo indiqué en el parte.<br />
-¡No pue<strong>de</strong> ser! -gritó el coronel; sus manos se elevaron en el aire y cayeron contra su prominente<br />
barriga; allí quedaron, asidas al cinturón. Hizo un esfuerzo por calmarse-. Es estúpido que me diga que<br />
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