Libro Tesis Bianca Racioppe.indb - Artica – Centro Cultural 2.0
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cuando la producción artística, transformada en mercancía, empiece a tener leyes que la<br />
protejan y la restrinjan con el objetivo de “fomentar la creatividad”, entendida o asumida<br />
como la obra de un genio creador. 142<br />
1.4 La ¿muerte? del autor. Reconsideraciones acerca del concepto de autoría (o la no<br />
existencia de la palabra adánica)<br />
Roland Barthes, en un texto de 1968, se refi ere a la muerte del autor, del autor erigido<br />
por la modernidad y la crítica a pensarlo como el único hacedor de un texto.<br />
“El autor es un personaje moderno, producido indudablemente por nuestra sociedad,<br />
en la medida que ésta, al salir de la Edad Media y gracias al empirismo inglés,<br />
el racionalismo francés y la fe personal de la Reforma, descubre el prestigio del<br />
individuo o dicho de manera más noble, de la “persona humana”. Es lógico, por lo<br />
tanto, que en materia de la literatura sea el positivismo, resumen y resultado de<br />
la ideología capitalista, el que haya concedido la máxima importancia a la “persona”<br />
del autor.” 143<br />
Es decir, la fi gura del autor tiene un contexto de nacimiento y no es casual que sea el mismo<br />
en el que las ideas burguesas de la propiedad individual cobran fuerza. El autor como<br />
dueño de un texto, como creador de las palabras que pronuncia. Y, sin embargo, Barthes<br />
se refi ere en su ensayo a la muerte de ese autor porque retoma, en otros términos, lo que<br />
en comunicación entendemos como la producción social de sentidos y posiciona al lector<br />
en un lugar de importancia en la construcción de esas obras literarias.<br />
Por su parte, Stuart Hall va a plantear, con su artículo Codifi car Decodifi car, que no existe<br />
correspondencia necesaria entre codifi cación y decodifi cación; es decir que el mensaje no<br />
se resuelve exclusivamente en el momento de la emisión, que no existe una comunicación<br />
transparente. Esto que hoy parece una verdad de perogrullo, fue una bisagra importante<br />
en el campo de los estudios de comunicación. 144<br />
142 Es en esto en lo que apoyan su discurso las gestoras colectivas como SADAIC; sostienen que el Copyright no sólo<br />
protege sino que fomenta la producción y la creación. La industria de la moda, por ejemplo, en la que existe muy poca<br />
reglamentación en torno a derechos y patentes, es una prueba de que la creación no se frena por la falta de este tipo de<br />
reglamentaciones.<br />
Como se explicó en el Capítulo 3 con la expansión de las imprentas aparecen los primeros impuestos y restricciones a la<br />
circulación de los textos y sus copias. Las primeras leyes de tipo Copyright son del s. XVIII con el Estatuto de la Reina Ana de 1710.<br />
Por lo tanto, durante muchos siglos hubo creación y producción sin que hubiera protección de la “propiedad” intelectual.<br />
143 Barthes, Roland, [1968], “La muerte del autor”, en El susurro del lenguaje (1987), Paidós, Barcelona.<br />
144 “No existe correspondencia necesaria entre codifi cación y decodifi cación, la primera puede intentar dirigir pero no<br />
puede garantizar o prescribir la última que tiene sus propias condiciones de existencia. A no ser que sea dislocada, la codifi<br />
cación tendrá el efecto de construir alguno de los límites y parámetros dentro de los cuales operará la decodifi cación.<br />
Si no hubiera límites la audiencia podría simplemente leer lo que se le ocurriera en un mensaje. Sin duda existen algunos<br />
“malentendidos totales” de este tipo. Pero el espectro vasto debe contener algún grado de reciprocidad entre los momentos<br />
de codifi cación y decodifi cación, pues de lo contrario no podríamos establecer en absoluto un intercambio comunicativo<br />
efectivo. De cualquier forma esta “correspondencia” no está dada sino construida. No es “natural” sino producto de<br />
una articulación entre dos momentos distintivos. Y el primero no puede garantizar ni determinar, en un sentido simple,<br />
qué códigos de decodifi cación serán empleados. De lo contrario el circuito de la comunicación sería uno perfectamente<br />
equivalente, y cada mensaje sería una instancia de una ´comunicación perfectamente transparente´”. Hall, Stuart;<br />
“Codifi car/Decodifi car” En: Entel, Alicia (1994). Teorías de la comunicación; Hernandarias, Buenos Aires. Traducción de Silvia<br />
Delfi no. Pág. 186.<br />
pag. 76