JORGE LUIS BORGES - Textos on line
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América y Europa se mirar<strong>on</strong> c<strong>on</strong> inocencia. Esto ac<strong>on</strong>teció en los primeros años del siglo XI; a principios del<br />
XIV, las enfermedades y la gente inferior habían acabado c<strong>on</strong> los col<strong>on</strong>os. Los anales de Islandia dicen: «En<br />
1121, Erico, obispo de Groenlandia, salió en busca de Vinland.» Nada sabemos de su suerte; el obispo y<br />
América se perdier<strong>on</strong>.<br />
El tema de la venganza predomina en otra saga groenlandesa, Fostbroethrasaga (Historia de los Hermanos<br />
de Leche). En la Saga de Grettir, un islandés emprende viaje a C<strong>on</strong>stantinopla y se alista en la guardia del<br />
emperador para vengar la muerte de un compañero; en la Fostbroethrasaga, un hombre, Thormoth,<br />
atraviesa el mar y llega a Groenlandia para vengar la muerte de un amigo c<strong>on</strong> quien estaba enemistado.<br />
Thormoth ejecuta su venganza y muere, años después, en una batalla, enardeciendo a los guerreros c<strong>on</strong> la<br />
recitación de un poema épico y c<strong>on</strong> un verso a medio decir en los labios.<br />
Un género especial es el c<strong>on</strong>stituido por las Biskupasögur, Biografías de Obispos. Una de las primeras es la<br />
llamada Hungrvaka o Suscitadora de Hambre, porque el autor esperaba que su lectura despertara el hambre<br />
de c<strong>on</strong>ocer otros ejemplos de piedad. Alguna de estas biografías eclesiásticas se compuso en latín; todas<br />
adolecen de prolijidad.<br />
En las sagas más recientes hay intrusi<strong>on</strong>es del fastuoso estilo poético en la sencilla prosa; en la<br />
Fostbroethrasaga, leemos c<strong>on</strong> estupor: «Las hijas de Ran, diosas del mar, cortejar<strong>on</strong> a los navegantes y les<br />
ofrecier<strong>on</strong> el ampato de sus abrazos.» Estos insólitos adornos anuncian la decadencia de la saga.<br />
Se sospecha que el cristianismo, que dio su espíritu a la saga más famosa, la Njala, paradójicamente<br />
apresuró esa degeneración. La saga, como toda novela, se alimenta de la riqueza y complejidad de los<br />
caracteres; la nueva fe acabó por vedarle esa c<strong>on</strong>templación desinteresada y le impuso un mundo dualista<br />
de virtuosos y malvados, c<strong>on</strong> penas para unos y c<strong>on</strong> recompensas para otros. La saga decayó; se pobló de<br />
aventuras vertiginosas que, sin embargo, eran insípidas, porque no ac<strong>on</strong>tecían a gente real sino a dechados<br />
de virtud o a m<strong>on</strong>struos de maldad. Esta polarización de los caracteres fatalmente c<strong>on</strong>ducía a una lucha<br />
entre el bien y el mal y a las c<strong>on</strong>sabidas moralidades.<br />
Ker, en una obra ya citada, habla c<strong>on</strong> justas y sensibles palabras de «la gran escuela islandesa; la escuela,<br />
que desapareció y no tuvo sucesor hasta que todos sus métodos fuer<strong>on</strong> reinventados, independientemente,<br />
por los grandes novelistas, después de siglos de tanteo y de incertidumbre».<br />
Como todos los hombres, los pueblos tienen su destino. Tener y perder es la común vicisitud de los<br />
pueblos. Estar a punto de tener todo y perderlo todo es el trágico destino alemán. Más extraño y más<br />
parecido a los sueños es el destino escandinavo. Para la historia universal, las guerras y los libros<br />
escandinavos s<strong>on</strong> como si no hubieran sido; todo queda incomunicado y sin rastro, como si ac<strong>on</strong>tecieran en<br />
un sueño o en esas bolas de cristal que miran los videntes. En el siglo XII, los islandeses descubren la<br />
novela, el arte de Cervantes y de Flaubert, y ese descubrimiento es tan secreto y tan estéril para el resto del<br />
mundo, como su descubrimiento de América.<br />
*SNORRI STURLUSON. SAGA DE EGIL-SKALLAGRIMSON 101<br />
***<br />
Este libro lleva la carga de una gran alma elemental como el fuego y, como el fuego, despiadada. Egil<br />
Skallagrimss<strong>on</strong> fue un guerrero, un poeta, un c<strong>on</strong>spirador, un caudillo, un pirata y un hechicero. Su historia<br />
abarca el norte: Islandia, d<strong>on</strong>de nació a principios del siglo diez, Noruega, Inglaterra, el Báltico y el Atlántico.<br />
Fue diestro en el manejo de la espada, c<strong>on</strong> la que mató a muchos hombres, y en el manejo de la métrica y<br />
de la intrincada metáfora. A la edad de siete años ya había compuesto su primer poema, en el que pedía a<br />
su madre que le diera una nave larga y hermosos remos para surcar el mar y hostigar las costas y dar<br />
muerte a quienes se enfrentaran c<strong>on</strong> él. En las antologías perdura el Rescate de la Cabeza, que en la<br />
ciudad de York le salvó la vida, y una oda que celebra la victoria saj<strong>on</strong>a de Brunanburh, en la que entretejió<br />
una elegía para llorar la muerte de Thorolf, su hermano, que había caído en la batalla y a quien él le dio<br />
sepultura. Prófugo de Noruega, grabó en una calavera de caballo una maldición de dos estrofas de setenta y<br />
dos runas cada una, cifra que le c<strong>on</strong>firió una virtud que no tardaría en cumplirse. Era iracundo como Aquiles<br />
y codicioso. Tuvo un amigo fiel, Arinbjörn. Engendró a hijos que humillar<strong>on</strong> y maltratar<strong>on</strong> su vejez. Esas<br />
101 Biblioteca pers<strong>on</strong>al, Hyspamérica, 1987