JORGE LUIS BORGES - Textos on line
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hasta fines del siglo XII. Cuatro códices manuscritos de esa poesía, que sin duda fue vasta, han llegado a<br />
nosotras. Previsiblemente abunda la épica, pero también hay elegías. Estas últimas c<strong>on</strong>stituyen la<br />
c<strong>on</strong>tribución más pers<strong>on</strong>al de Inglaterra a las letras germánicas medievales.<br />
Este fragmentario volumen no pretende ser otra cosa que una antología preliminar, un pregusto para el<br />
estudio. Ha sido traducido directamente del anglosajón, idioma de c<strong>on</strong>s<strong>on</strong>antes ásperas y de vocales<br />
abiertas que acaso está más cerca del alemán o del holandés que del inglés actual. Ojalá en nuestra prosa<br />
castellana, que trata de ser literal, resuene al cabo de los siglos su rumor de viejas espadas.<br />
FRAGMENTO DE LA GESTA DE BEOWULF<br />
En la hora de su destino, Scyld, fuerte aún, buscó el amparo de su Señpr. Fieles a la orden que les había<br />
dado el pastor de los Sryldings, cuando aún era capaz de palabra, sus amados compañeros lo c<strong>on</strong>dujer<strong>on</strong> a<br />
la orilla del mar. En el puerto aguardaba la curva nave, la embarcación del príncipe, nevada y c<strong>on</strong> deseo de<br />
partir. En su regazo tendier<strong>on</strong> al querido rey, al distribuidor de sortijas: el afamado junto al mástil. Había<br />
tesoros y ornamentos traídos de muy lejos. No hay fama de otra nave tan airosa exornada de armas de<br />
muerte, de vestiduras de guerra, de espadas y corazas. Muchos eran los tesoros que irían muy lejos c<strong>on</strong> él,<br />
sobre su pecho, bajo el poder del mar. No lo abastecier<strong>on</strong> c<strong>on</strong> menos esplendor, c<strong>on</strong> menos riqueza, que las<br />
que en el principio lo rodear<strong>on</strong> cuando era un niño. Alto sobre su cabeza, flameaba, entretejido de oro, un<br />
estandarte. Dejar<strong>on</strong> que lo llevara y lo arrastrara el mar, el Guerrero Armado de Lanza. Tristes plañían.<br />
Nadie puede afirmar c<strong>on</strong> certidumbre, ni los c<strong>on</strong>sejeros en las asambleas, ni los héroes bajo los cielos, quién<br />
recibió esa carga.<br />
NOTA<br />
La Gesta de Beowulf es el m<strong>on</strong>umento poético más antiguo de las literaturas germánicas. Abarca unos tres<br />
mil doscientos versos aliterados y su estilo presup<strong>on</strong>e una retórica muy definida. C<strong>on</strong>trariamente a lo que<br />
pensaba Renan no es una obra primitiva. Fue redactada a fines del siglo VII o a principios del VIII. El autor<br />
fue posiblemente un m<strong>on</strong>je cristiano que c<strong>on</strong>ocía, siquiera fragmentariamente, la Eneida y c<strong>on</strong>cibió la<br />
extraña ambición de comp<strong>on</strong>er una Eneida vernácula. El libro se redactó en Inglaterra, pero todos los<br />
pers<strong>on</strong>ajes s<strong>on</strong> escandinavos a partir del protag<strong>on</strong>ista, que es un príncipe de la nación de los Geatas, en el<br />
sur de Suecia. Se advierte que los saj<strong>on</strong>es guardaban la nostalgia de aquella época en que eran piratas<br />
paganos. No se habla de Odín ni de Cristo; este silencio da a la epopeya una luz muy antigua, como si todo<br />
ac<strong>on</strong>teciera en un alba anterior a Dios y a los dioses.<br />
El texto que hemos traducido refiere las exequias del rey de Dinamarca, Scyld Sceaving, que llegó<br />
misteriosamente del mar y que regresó muerto al mar. Inglaterra comparte c<strong>on</strong> Portugal y c<strong>on</strong> las naci<strong>on</strong>es<br />
del norte la nostalgia del mar.<br />
EL COMBATE DE FINNSBURH<br />
-No están ardiendo los aleros -dijo ent<strong>on</strong>ces el rey, joven en la batalla-, ni amanece desde el Oriente, ni<br />
vuela un dragón hacia aquí, ni los aleros arden. Lanzan un brusco ataque, cantan los pájaros de presa, aúlla<br />
el de piel gris, resuena la madera de la guerra, el escudo resp<strong>on</strong>de a la saeta. Ahora resplandece la luna,<br />
errante entre las nubes; ahora surgen pesares, actos de espanto, que serán ruina de este pueblo. Arriba mis<br />
guerreros, levantad vuestros tilos, pensad en el coraje, formad las filas, sed resueltos.<br />
Muchos señores se pusier<strong>on</strong> de pie, cubiertos de oro. Se ciñer<strong>on</strong> la espada. A la puerta se acercar<strong>on</strong><br />
nobles guerreros. Sigeferth y Eaha desnudar<strong>on</strong> los aceros y en la otra puerta Ordlaf y Guthlaf y el propio<br />
Hengest lo siguió.<br />
Ent<strong>on</strong>ces habló Guthere. Le rogó a Garulf que no arriesgara vida tan preciosa ni llevara sus armas a la<br />
puerta, porque var<strong>on</strong>es duros en la batalla podrían quitársela. Perc él en alta voz delante de todos preguntó<br />
quién defendía la puerta.<br />
-Sigeferth es mi nombre -c<strong>on</strong>testó- soy de la estirpe de los Secges, famoso aventurero. He sufrido muchos<br />
rigores. Ya está escrito lo que buscas de mí.<br />
En el recinto res<strong>on</strong>ó la batalla, el escudo hueco estaba en el brazo de los valientes. Se rompier<strong>on</strong> adargas,<br />
las vigas de la casa crujier<strong>on</strong>, hasta que Garulf, hijo de Guthlaf, cayó, primero entre los hombres. C<strong>on</strong> él