JORGE LUIS BORGES - Textos on line
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Otra curiosa tradición de la misma fuente hace de Olaf una reencarnación de Olaf de Geirstadr, que había<br />
muerto a mediados del siglo IX. Cabalgaban frente a su túmulo y un hombre de la escolta le dijo:<br />
-¿Es cierto, rey, que te dier<strong>on</strong> sepultura en este lugar?<br />
El rey c<strong>on</strong>testó:<br />
-Nunca tuvo mi alma dos cuerpos y no podrá tenerlos. Si yo hablara de otra manera no habría verdad en mí.<br />
Ent<strong>on</strong>ces dijo el hombre:<br />
-Cuentan que la otra vez que pasamos, alguien te oyó decir: ya hemos estado aquí y ya hemos salido de<br />
aquí. 118<br />
-Nunca dije tal cosa -replicó el rey, cuyo rostro se había demudado, y puso espuelas al caballo y se fue.<br />
Este diálogo, c<strong>on</strong> su arcana sugestión indostánica y pitagórica de transmigración de las almas, deja entrever<br />
que el paganismo perseguido por Olaf habitaba también en su propio pecho, Hilda Roderick Ellis hace notar<br />
(The road to Helf, Cambridge 1943), lo significativo de las tenaces negaci<strong>on</strong>es del rey.<br />
La historia está tocando a su fin. Olaf Haraldss<strong>on</strong> impuso a Noruega la fe del Cristo Blanco. Los largos<br />
templos de madera del<br />
Dios que Truenan fuer<strong>on</strong> entregados al fuego: sus efigies, befadas, astilladas y arrojadas a los pantanos. En<br />
el año 1164, la Iglesia admitió el nombre del rey en el catálogo de los santos, y numerosos y asombrosos<br />
milagros exigían, ya, esa inclusión. La derrota de Thor pudo parecer absoluta, pero su imagen sobrevive -<br />
secularmente, paradójicamente- en la de su mortal adversario, que los devotos se figuran de elevada<br />
estatura y de barba roja, y armado c<strong>on</strong> un hacha, que es el martillo que blandier<strong>on</strong> los ídolos en Uppsala y<br />
en Gudbrandsdal.<br />
*LA EDDA MENOR 119<br />
***<br />
En Islandia la nueva fe de Jesús no fue hostil a la antigua. A diferencia de lo que se produjo en Noruega, en<br />
Suecia, en Alemania, en Inglaterra y en Dinamarca, las c<strong>on</strong>versi<strong>on</strong>es fuer<strong>on</strong> incruentas. Los noruegos çue<br />
se habían fijado en Islandia tenían la indiferencia religiosa de los aristócratas; sus descendientes miraban<br />
c<strong>on</strong> nostalgia la fe pagana, como las otras viejas cosas perdidas. C<strong>on</strong> la mitología germánica pasó lo que<br />
pasaría después c<strong>on</strong> la mitología griega; nadie creía en ella, pero su c<strong>on</strong>ocimiento era indispensable en las<br />
pers<strong>on</strong>as cultas. La Edda Mayor era la base de la poesía nórdica; sin la mitología era incomprensible ese<br />
libro. Shakespeare y Góngora requieren para ser apreciados, las Metamorfosis de Ovidio; Egil<br />
Skalagrímss<strong>on</strong> presup<strong>on</strong>e los cantares de la Edda.<br />
Snorri Sturlus<strong>on</strong> escribió su manual, la Edda Prosaica, para los poetas y para los lectores de versos. En el<br />
prólogo leemos: «Esta clave se dirige a los principiantes que quieren adquirir destreza poética y mejorar su<br />
provisión de figuras c<strong>on</strong> metáforas tradici<strong>on</strong>ales, o a quienes buscan la virtud de entender lo que se escribió<br />
c<strong>on</strong> misterio. Debemos respetar esas historias que bastar<strong>on</strong> a los mayores, pero c<strong>on</strong>viene que los hombres<br />
cristianos les retiren su fe.»<br />
De un discurso preliminar, cuya autenticidad rechazan algunos eruditos, y de tres partes (Gylfaginning,<br />
Skáldskaparmrál, Háttatal) c<strong>on</strong>sta la Edda Menor, o Prosaica. El discurso preliminar empieza c<strong>on</strong> las<br />
palabras del Génesis: «En el principio hizo Dios el cielo y la tierra.» Se refiere, después, la historia de Adán,<br />
el diluvio y la dispersión de las gentes. Diríase que Snorri, antes de exp<strong>on</strong>er la cosmog<strong>on</strong>ía pagana, quiere<br />
recordar a los lectores la otra, la cristiana, la verdadera. Leemos después: «Cerca del centro de la tierra se<br />
edificó la más hermosa y la mejor de las habitaci<strong>on</strong>es humanas; se llamó Troya y ahora la llamamos<br />
118 Herrmann traduce Es warsine Zelt, da wir hier waren, und<br />
v<strong>on</strong> hier weig kamen. Hilda Roderick Ellis We have been here before<br />
also. S<strong>on</strong> casi las mismas palabras del poema Sudden Light de<br />
Rossetti: I have been here before.<br />
119 Literaturas germánicas medievales, J.L.B. y María Esther<br />
Vásquez, 1966