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JORGE LUIS BORGES - Textos on line

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atados a Kriemhüil. Hagen dice que no revelará el lugar del tesoro mientras viva su rey; Kriemhild hace<br />

matar a Gunther. Hagen le dice: «Sólo Dios y yo sabemos ahora el lugar del tesoro» (den scaz den weiss nu<br />

niemen wan got unde min) Kriemhild le corta la cabeza c<strong>on</strong> la espada de Sigfrid; Hildebrand, uno de los<br />

caballeros de Dietrich, la mata, horrorizado.<br />

El poema se cierra c<strong>on</strong> esta estrofa:<br />

I'ne kan iu niht bescheiden / was sider da geschach:<br />

wan ritter unde vrouwen / wein man da sach,<br />

dar zuo die edeln knehte, / ir lieben friunde tot,<br />

hie hat das maere ein ende: / das ist der Nibelunge not.<br />

No puedo referir qué pasó después.<br />

Caballeros, mujeres y nobles escuderos llorar<strong>on</strong><br />

a sus queridos amigos muertos.<br />

Aquí la historia tiene fin: éste es el Pesar de los<br />

[Nibelungos.<br />

Treinta y nueve cantos que llevan el nombre de aventuras (aventiuren) forman el Nibelungenlied. Se cree<br />

que el autor fue un juglar austríaco; dos nombres de ciudades imaginarias, Zazamanc y Azagouc, que<br />

figuran en el poema, parecen tomadas del Parzival de Wolfram v<strong>on</strong> Eschenbach, obra de principios del siglo<br />

XIII. Cada estrofa c<strong>on</strong>sta de cuatro versos largos (langzeilen); las rimas s<strong>on</strong> pareadas; hay, a veces, rima<br />

interior. La métrica del poema ha sido estudiada por Colleville y T<strong>on</strong>nelat, en su edición de 1944, publicada<br />

en París.<br />

La primera mitad del Nibelungenlied es acaso inferior a la parte correlativa de la Völsunga; la Tarnkappe no<br />

es una invención muy afortunada. No así la segunda mitad, dominada por la titánica figura de Hagen. Este<br />

guerrero, Hagen v<strong>on</strong> Tr<strong>on</strong>ege, en algunos textos, Hagen de Troya, encarna la lealtad germánica que, según<br />

observa Otto Jiriczek (Deutsche Heldensage), «no era incompatible c<strong>on</strong> el crimen y la traición, c<strong>on</strong> el engaño<br />

y el perjurio, porque los antiguos germanos no c<strong>on</strong>cebían la lealtad como una abstracta y universal ley ética,<br />

sino más bien como una relación legal y pers<strong>on</strong>al». Hagen es leal a su señor, de cuya fama es celoso; esa<br />

lealtad le permite engañar a Kriemhild y asesinar a Sigfrid, sin desmedro de su h<strong>on</strong>or. Hagen no espera que<br />

el destino sea piadoso c<strong>on</strong> él; las leyes que rigen su mundo s<strong>on</strong> tan duras como los hombres.<br />

Gudrun venga la muerte de los hermanos; Kriemhild, la del marido. En la última, el vínculo cristiano del<br />

matrim<strong>on</strong>io es más fuerte que el antiguo vínculo pagano de la sangre.<br />

Puede dolernos que el juglar del Nibelungenlied haya suprimido o atenuado lo maravilloso; pensemos que,<br />

al obrar así, ayudó a c<strong>on</strong>struir el camino que va del cuento de hadas a la novela.<br />

*GUDRUN 91<br />

***<br />

En el capitulo cuarenta y nueve de la Edda Menor está escrito: «Para decir batalla se dice también<br />

tempestad, o nevada, de los Hjadnings, y para decir armas se dice varas, o fuego, de los Hjadnings, y la<br />

razón la da este relato: Un rey llamado Högni tenía una hija que se llamaba Hildr, y Hildr fue robada por<br />

Hedinn, hijo de Hjarrandi, mientras Högni se había ido a la Asamblea. (Que el rey estuviera en la Asamblea<br />

puede ser un rasgo cotídiano agregado por Snorri, para rebajar lo maravilloso.) Cuando Högni supo que su<br />

reino había sido asolado y su hija robada, fue c<strong>on</strong> su ejército a buscar al raptor, y oyó que éste se dirigía al<br />

norte. Llegó a Noruega y le dijer<strong>on</strong> que Hedinn había navegado hacia el p<strong>on</strong>iente, Högni se embarcó y lo<br />

siguió hasta las Islas Orcadas, y cuando arribó a la Isla de Hoy, Hedinn estaba en ese lugar c<strong>on</strong> su ejército.<br />

91 Literaturas germánicas medievales, J.L.B. y María Esther<br />

Vásquez, 1966

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