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La Vida de Jesus por Elena de White

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

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cosas. Así también Dios, <strong>de</strong>seoso <strong>de</strong> hacer <strong>de</strong> Israel su morada, le había revelado su glorioso i<strong>de</strong>al<br />

<strong>de</strong>l carácter. Le mostró el mo<strong>de</strong>lo en el monte cuando le dio la ley <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Sinaí, y cuando pasó<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> Moisés y proclamó: "Jehová, Jehová, fuerte, misericordioso, y piadoso; tardo para la<br />

ira, y gran<strong>de</strong> en benignidad y verdad; que guarda la misericordia en millares, que perdona la<br />

iniquidad, la rebelión, y el pecado."*<br />

Israel había preferido sus propios caminos. No había edificado <strong>de</strong> acuerdo con el <strong>de</strong>chado; pero<br />

Cristo, el verda<strong>de</strong>ro templo para morada <strong>de</strong> Dios, mo<strong>de</strong>ló todo <strong>de</strong>talle <strong>de</strong> su vida terrenal <strong>de</strong><br />

acuerdo con el i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> Dios. Dijo: "Me complazco en hacer tu voluntad, oh Dios mío, y tu ley está<br />

en medio <strong>de</strong> mi corazón."* Así también nuestro carácter <strong>de</strong>be ser edificado "para morada <strong>de</strong> Dios<br />

en Espíritu." Y hemos <strong>de</strong> hacer todas las cosas <strong>de</strong> acuerdo con el Mo<strong>de</strong>lo, a saber Aquel que<br />

"pa<strong>de</strong>ció <strong>por</strong> nosotros, <strong>de</strong>jándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas."* <strong>La</strong>s palabras<br />

<strong>de</strong> Cristo nos enseñan que <strong>de</strong>bemos consi<strong>de</strong>rarnos inseparablemente unidos a nuestro Padre<br />

celestial. Cualquiera sea nuestra situación, <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>mos <strong>de</strong> Dios, quien tiene todos los <strong>de</strong>stinos en<br />

sus manos. El nos ha señalado nuestra obra, y nos ha dotado <strong>de</strong> faculta<strong>de</strong>s y recursos para ella.<br />

Mientras sometamos la voluntad a Dios, y confiemos en su fuerza y sabiduría, seremos guiados<br />

<strong>por</strong> sendas seguras, para cumplir nuestra parte señalada en su gran plan. Pero el que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

su propia sabiduría y po<strong>de</strong>r se separa <strong>de</strong> Dios.<br />

En vez <strong>de</strong> obrar al unísono con Cristo, cumple el propósito <strong>de</strong>l enemigo <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong>l hombre. El<br />

Salvador continuó: "Todo lo que él [el Padre] hace, esto también hace el Hijo juntamente.... Como<br />

el Padre levanta los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida." Los<br />

saduceos sostenían que no habría resurrección <strong>de</strong>l cuerpo; pero Jesús les dice que una <strong>de</strong> las<br />

mayores obras <strong>de</strong> su Padre es la <strong>de</strong> resucitar a los muertos, y que él mismo tiene po<strong>de</strong>r para hacerla.<br />

"Vendrá hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong> Dios: y los que oyeren<br />

vivirán." Los fariseos creían en la resurrección. Cristo les dice que ya está entre ellos el po<strong>de</strong>r que<br />

da vida a los muertos, y que han <strong>de</strong> contemplar su manifestación. Este mismo po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> resucitar<br />

es el que da vida al alma que está muerta en "<strong>de</strong>litos y pecados."* Ese espíritu <strong>de</strong> vida en Cristo<br />

Jesús, "la virtud <strong>de</strong> su resurrección," libra a los hombres "<strong>de</strong> la ley <strong>de</strong>l pecado y <strong>de</strong> la muerte."* El<br />

dominio <strong>de</strong>l mal es quebrantado, y <strong>por</strong> la fe el alma es guardada <strong>de</strong> pecado. El que abre su corazón<br />

al Espíritu <strong>de</strong> Cristo llega a participar <strong>de</strong> ese gran po<strong>de</strong>r que sacara su cuerpo <strong>de</strong> la tumba.<br />

El humil<strong>de</strong> Nazareno asevera su verda<strong>de</strong>ra nobleza. Se eleva <strong>por</strong> encima <strong>de</strong> la humanidad, <strong>de</strong>pone<br />

el manto <strong>de</strong> pecado y <strong>de</strong> vergüenza, y se revela como el Honrado <strong>de</strong> los ángeles, el Hijo <strong>de</strong> Dios,<br />

Uno con el Creador <strong>de</strong>l universo. Sus oyentes quedan hechizados. Nadie habló jamás palabras<br />

como las suyas, ni tuvo un <strong>por</strong>te <strong>de</strong> tan real majestad. Sus <strong>de</strong>claraciones son claras y sencillas;<br />

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