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La Vida de Jesus por Elena de White

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

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<strong>de</strong> la re<strong>de</strong>nción. Dios es luz; y en las palabras: "Yo soy la luz <strong>de</strong>l mundo," Cristo <strong>de</strong>claró su unidad<br />

con Dios, y su relación con toda la familia humana. Era él quien al principio había hecho "que <strong>de</strong><br />

las tinieblas resplan<strong>de</strong>ciese la luz."* El es la luz <strong>de</strong>l sol, la luna y las estrellas. El era la luz espiritual<br />

que mediante símbolos, figuras y profecías, había resplan<strong>de</strong>cido sobre Israel. Pero la luz no era<br />

dada solamente para los judíos. Como los rayos <strong>de</strong>l sol penetran hasta los remotos rincones <strong>de</strong> la<br />

tierra, así la luz <strong>de</strong>l Sol <strong>de</strong> justicia brilla sobre toda alma. "Aquel era la luz verda<strong>de</strong>ra, que alumbra<br />

a todo hombre que viene a este mundo."<br />

El mundo ha tenido sus gran<strong>de</strong>s maestros, hombres <strong>de</strong> intelecto gigantesco y penetración<br />

maravillosa, hombres cuyas <strong>de</strong>claraciones han estimulado el pensamiento y abierto vastos campos<br />

<strong>de</strong> conocimiento; y esos hombres han sido honrados como guías y benefactores <strong>de</strong> su raza. Pero<br />

hay Uno que está <strong>por</strong> encima <strong>de</strong> ellos. "Mas a todos los que le recibieron, dióles potestad <strong>de</strong> ser<br />

hechos hijos <strong>de</strong> Dios." "A Dios nadie le vio jamás: el unigénito Hijo, que 430 está en el seno <strong>de</strong>l<br />

Padre, él le <strong>de</strong>claró."* Po<strong>de</strong>mos remontar la línea <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s maestros <strong>de</strong>l mundo hasta don<strong>de</strong><br />

se extien<strong>de</strong>n los anales humanos; pero la Luz era anterior a ellos. Como la luna y los planetas <strong>de</strong>l<br />

sistema solar brillan <strong>por</strong> la luz reflejada <strong>de</strong>l sol, así, hasta don<strong>de</strong> su enseñanza es verda<strong>de</strong>ra, los<br />

gran<strong>de</strong>s pensadores <strong>de</strong>l mundo reflejan los rayos <strong>de</strong>l Sol <strong>de</strong> justicia. Toda gema <strong>de</strong>l pensamiento,<br />

todo <strong>de</strong>stello <strong>de</strong> la inteligencia, proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> la Luz <strong>de</strong>l mundo. Hoy día oímos hablar mucho <strong>de</strong> la<br />

"educación superior." <strong>La</strong> verda<strong>de</strong>ra "educación superior" la imparte Aquel "en el cual están<br />

escondidos todos los tesoros <strong>de</strong> sabiduría y conocimiento." "En él estaba la vida, y la vida era la<br />

luz <strong>de</strong> los hombres."* "El que me sigue --dijo Jesús,-- no andará en tinieblas, mas tendrá la luz <strong>de</strong><br />

la vida." Con las palabras: "Yo soy la luz <strong>de</strong>l mundo," Jesús <strong>de</strong>claró ser el Mesías. En el templo<br />

don<strong>de</strong> Cristo estaba enseñando, Simón el anciano lo había <strong>de</strong>clarado "luz para ser revelada a los<br />

Gentiles, y la gloria <strong>de</strong> tu pueblo Israel."<br />

En esas palabras, le había aplicado una profecía familiar para todo Israel. El Espíritu Santo había<br />

<strong>de</strong>clarado <strong>por</strong> el profeta Isaías: "Poco es que tú me seas siervo para levantar las tribus <strong>de</strong> Jacob, y<br />

para que restaures los asolamientos <strong>de</strong> Israel: también te di <strong>por</strong> luz <strong>de</strong> las gentes, para que seas mi<br />

salud hasta lo postrero <strong>de</strong> la tierra.* Se entendía generalmente que esta profecía se refería al<br />

Mesías, y cuando Jesús dijo: "Yo soy la luz <strong>de</strong>l mundo," el pueblo no pudo <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> reconocer su<br />

aserto <strong>de</strong> ser el Prometido. Para los fariseos y gobernantes este aserto parecía una arrogante<br />

presunción. No podían tolerar que un hombre semejante a ellos tuviera tales pretensiones.<br />

Simulando ignorar sus palabras, preguntaron: "¿Tú quién eres?" Estaban empeñados en forzarle a<br />

<strong>de</strong>clararse el Cristo. Su apariencia y su obra eran tan diferentes <strong>de</strong> las expectativas <strong>de</strong>l pueblo que,<br />

como sus astutos enemigos creían, una proclama directa <strong>de</strong> sí mismo como el Mesías, hubiera<br />

provocado su rechazamiento como impostor. Pero a su pregunta: "¿Tú quién eres?" él replicó: "El<br />

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