14.09.2016 Views

La Vida de Jesus por Elena de White

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Salieron <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> Pedro, don<strong>de</strong> habían visto al paralítico curado <strong>por</strong> la palabra <strong>de</strong> Jesús, para<br />

inventar nuevas maquinaciones con el fin <strong>de</strong> hacer callar al Hijo <strong>de</strong> Dios. <strong>La</strong> enfermedad física,<br />

<strong>por</strong> maligna que fuese y arraigada que estuviera, era curada <strong>por</strong> el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Cristo; pero la<br />

enfermedad <strong>de</strong>l alma se apo<strong>de</strong>raba más firmemente <strong>de</strong> aquellos que cerraban sus ojos para no ver<br />

la luz. <strong>La</strong> lepra y la parálisis no eran tan terribles como el fanatismo y la incredulidad. En la casa<br />

<strong>de</strong>l paralítico sanado, hubo gran regocijo cuando él volvió a su familia, trayendo con facilidad la<br />

cama sobre la cual se le había llevado <strong>de</strong> su presencia poco tiempo antes. Le ro<strong>de</strong>aron con lágrimas<br />

<strong>de</strong> alegría, casi sin atreverse a creer lo que veían sus ojos. Estaba <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> ellos, en el pleno vigor<br />

<strong>de</strong> la virilidad. Aquellos brazos que ellos habían visto sin vida, obe<strong>de</strong>cían prestamente a su<br />

voluntad. <strong>La</strong> carne que se había encogido, adquiriendo un color plomizo, era ahora fresca y rosada.<br />

El hombre andaba con pasos firmes y libres. En cada rasgo <strong>de</strong> su rostro estaban escritos el gozo y<br />

la esperanza; y una expresión <strong>de</strong> pureza y paz había reemplazado los rastros <strong>de</strong>l pecado y <strong>de</strong>l<br />

sufrimiento. De aquel hogar subieron alegres palabras <strong>de</strong> agra<strong>de</strong>cimiento, y Dios quedó glorificado<br />

<strong>por</strong> medio <strong>de</strong> su Hijo, que había <strong>de</strong>vuelto la esperanza al <strong>de</strong>sesperado, y fuerza al abatido. Este<br />

hombre y su familia estaban listos para poner sus vidas <strong>por</strong> Jesús. Ninguna duda enturbiaba su fe,<br />

ninguna incredulidad manchaba su lealtad hacia Aquel que había impartido luz a su obscurecido<br />

hogar.<br />

172

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!