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La Vida de Jesus por Elena de White

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

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CAPÍTULO 58 : "Lázaro, Ven Fuera"<br />

ENTRE los más constantes discípulos <strong>de</strong> Cristo se contaba Lázaro <strong>de</strong> Betania. <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la primera<br />

ocasión en que se encontraran, su fe en Cristo había sido fuerte; su amor <strong>por</strong> él, profundo, y el<br />

Salvador le amaba mucho. en favor <strong>de</strong> Lázaro se realizó el mayor <strong>de</strong> los milagros <strong>de</strong> Cristo. El<br />

Salvador ben<strong>de</strong>cía a todos los que buscaban su ayuda. ama a toda la familia humana; pero está<br />

ligado con algunos <strong>de</strong> sus miembros <strong>por</strong> lazos peculiarmente tiernos. su corazón estaba ligado con<br />

fuertes vínculos <strong>de</strong> afecto con la familia <strong>de</strong> Betania y para un miembro <strong>de</strong> ella realizó su obra más<br />

maravillosa. Jesús hallaba con frecuencia <strong>de</strong>scanso en el hogar <strong>de</strong> Lázaro.<br />

El Salvador no tenía hogar propio; <strong>de</strong>pendía <strong>de</strong> la hospitalidad <strong>de</strong> sus amigos y discípulos; y con<br />

frecuencia, cuando estaba cansado y sediento <strong>de</strong> compañía humana, le era grato refugiarse en ese<br />

hogar apacible, lejos <strong>de</strong> las sospechas y celos <strong>de</strong> los airados fariseos. allí encontraba una sincera<br />

bienvenida y amistad pura y santa. allí podía hablar con sencillez y perfecta libertad, sabiendo que<br />

sus palabras serían comprendidas y atesoradas. nuestro Salvador apreciaba un hogar tranquilo y<br />

oyentes que manifestasen interés. sentía anhelos <strong>de</strong> ternura, cortesía y afecto humanos. Los que<br />

recibían la instrucción celestial que él estaba siempre listo para impartir eran gran<strong>de</strong>mente<br />

ben<strong>de</strong>cidos. mientras las multitu<strong>de</strong>s seguían a Cristo <strong>por</strong> los campos abiertos, les revelaba las<br />

bellezas <strong>de</strong>l mundo natural. trataba <strong>de</strong> abrir sus ojos para que las comprendiesen y pudiesen ver<br />

cómo la mano <strong>de</strong> Dios sostiene el mundo.<br />

A fin <strong>de</strong> que expresasen aprecio <strong>por</strong> la bondad y benevolencia <strong>de</strong> Dios, llamaba la atención <strong>de</strong> sus<br />

oyentes al rocío que caía suavemente, a las lluvias apacibles y al resplan<strong>de</strong>ciente sol, otorgados a<br />

los buenos tanto como a los malos. <strong>de</strong>seaba que los hombres comprendiesen mejor la consi<strong>de</strong>ración<br />

que Dios conce<strong>de</strong> a los instrumentos humanos que creó. Pero las multitu<strong>de</strong>s eran duras <strong>de</strong><br />

entendimiento, y en el hogar <strong>de</strong> Betania Cristo hallaba <strong>de</strong>scanso <strong>de</strong>l pesado conflicto <strong>de</strong> la vida<br />

pública. allí abría ante un auditorio que le apreciaba el libro <strong>de</strong> la Provi<strong>de</strong>ncia. en esas entrevistas<br />

privadas, revelaba a sus oyentes lo que no intentaba <strong>de</strong>cir a la multitud mixta. No necesitaba hablar<br />

en parábolas a sus amigos. mientras Cristo daba sus lecciones maravillosas, maría se sentaba a sus<br />

pies, escuchándole con reverencia y <strong>de</strong>voción. en una ocasión, marta, perpleja <strong>por</strong> el afán <strong>de</strong><br />

preparar la comida, apeló a Cristo diciendo: "Señor, ¿No tienes cuidado que mi hermana me <strong>de</strong>ja<br />

servir sola? dile, pues, que me ayu<strong>de</strong>." esto sucedió en ocasión <strong>de</strong> la primera visita <strong>de</strong> Cristo a<br />

Betania.<br />

El Salvador y sus discípulos acababan <strong>de</strong> hacer un viaje penoso a pie <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Jericó. marta anhelaba<br />

proveer a su comodidad, y en su ansiedad se olvidó <strong>de</strong> la cortesía <strong>de</strong>bida a su huésped. Jesús le<br />

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