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La Vida de Jesus por Elena de White

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

EN el corazón de toda la humanidad, sin distinción de etnicidad, religión o clase socioeconómica, hay un indecible deseo ardiente de algo intangible - el alma tan vacía y desconforme. Este anhelo es inherente en la misma constitución del hombre por un Creador misericordioso, para que el hombre no se sienta satisfecho con su presente condición, lo que sea que pueda ser. Pero es posible la experiencia de plenitud espiritual en Jesucristo. El profeta Ageo llama con justicia a Cristo "el Deseado de todas las gentes". Es el propósito de este libro presentar a Jesucristo como Aquel en quien puede satisfacerse todo anhelo - con abundante enseñanza, poder insondable, muchas vislumbres de su vida ejemplar de Jesús de Nazaret.

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Señor, sean citados en prueba <strong>de</strong> que se <strong>de</strong>ba <strong>de</strong>scansar el domingo o tenerlo <strong>por</strong> día <strong>de</strong>l Señor.<br />

<strong>La</strong>s siguientes consi<strong>de</strong>raciones <strong>de</strong>muestran claramente que dichos textos no suministran prueba<br />

alguna <strong>de</strong> que el primer día tenga un carácter sagrado:<br />

1. Ni en estos pasajes ni en el contexto <strong>de</strong> cualquiera <strong>de</strong> ellos se <strong>de</strong>clara, como no se <strong>de</strong>clara<br />

tampoco en ninguna otra parte <strong>de</strong> la Biblia, que el domingo sea día <strong>de</strong> reposo o día <strong>de</strong>l Señor, ni<br />

día sagrado, ni que hubiese <strong>de</strong> reemplazar al sábado <strong>de</strong> Jehová. Por cierto que a quien observe el<br />

domingo como día santo, o en honor <strong>de</strong> la resurrección, el Señor podría preguntar, como preguntó<br />

antaño: "¿Quién <strong>de</strong>mandó esto <strong>de</strong> vuestras manos?" 2. Dicen los eruditos bíblicos que Mateo<br />

escribió su Evangelio <strong>de</strong> siete a treinta años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la resurrección; Marcos escribió su<br />

Evangelio treinta años <strong>de</strong>spués; Lucas escribió el suyo treinta y dos años <strong>de</strong>spués; y Juan unos<br />

sesenta años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la resurrección. Pero ninguno <strong>de</strong> estos escritores <strong>de</strong>signa el domingo con<br />

otra expresión que "primer día <strong>de</strong> la semana," mientras que el día anterior es uniformemente<br />

llamado <strong>por</strong> el nombre sagrado <strong>de</strong> "sábado." Por cierto que los escritores inspirados no conocieron<br />

cambio alguno <strong>de</strong> día <strong>de</strong> reposo. 3. Que ese día no se celebraba en honor <strong>de</strong> Cristo resucitado es<br />

evi<strong>de</strong>nte <strong>por</strong> el hecho <strong>de</strong> que los discípulos "no creían" que hubiese resucitado, ni aun <strong>de</strong>spués<br />

que se lo dijera María. (S. Marcos 16: 11.) Tampoco creían los discípulos la historia <strong>de</strong> los dos que<br />

habían visto a Jesús en Emaús. (Vers. 12,13.) Y cuando nuestro Señor apareció a los once, "ellos<br />

espantados y asombrados, pensaban que veían espíritu" (S. Lucas 24:37), y nuestro Señor<br />

"censuróles su incredulidad 786 y dureza <strong>de</strong> corazón, que no hubiesen creído a los que le habían<br />

visto resucitado." (S. Marcos 16:14.) <strong>La</strong> verdad es que los discípulos no se habían reunido para<br />

celebrar la resurrección <strong>de</strong> Aquel en cuya resurrección no creían.<br />

4. Es <strong>de</strong> notar que ese día no era consi<strong>de</strong>rado <strong>por</strong> los discípulos como día santo. Dos <strong>de</strong> ellos<br />

viajaron a Emaús, al<strong>de</strong>a que estaba a unos doce kilómetros <strong>de</strong> Jerusalén, y emplearon en ello una<br />

<strong>por</strong>ción consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong>l día Volviendo a Jerusalén al final <strong>de</strong> ese día encontraron a los discípulos<br />

reunidos, no con el propósito <strong>de</strong> celebrar una reunión religiosa, sino en una morada común <strong>de</strong><br />

Jerusalén, con las puertas cerradas "<strong>por</strong> miedo <strong>de</strong> los judíos." (Compárese S. Juan 20:19 con<br />

Hechos 1:13.) 5. Jesús no empleó un día consecutivo <strong>de</strong> una semana en resucitar <strong>de</strong> los muertos,<br />

como lo había hecho al <strong>de</strong>scansar <strong>de</strong> la creación, ni empleó todo un día ¿Por qué se había <strong>de</strong> poner<br />

aparte todo un día <strong>de</strong> la semana para recordar su resurrección? Dios dio al mundo un emblema<br />

recordativo más a<strong>de</strong>cuado para conmemorar su resurrección, a saber el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> una nueva vida<br />

en sus hijos creyentes. (Romanos 6:6) Ni la vida ni la enseñanza <strong>de</strong> Cristo o <strong>de</strong> los apóstoles,<br />

pro<strong>por</strong>ciona base para creer que el domingo tenga carácter sagrado. En otros dos pasajes <strong>de</strong>l Nuevo<br />

Testamento se menciona el primer día <strong>de</strong> la semana; a saber, Hechos 20:7 y 1 Corintios 16:2. El<br />

primero se refiere a la única reunión religiosa que se mencione celebrada en ese día evi<strong>de</strong>ntemente<br />

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